¿Podría ser que yo...?

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Hola y disculpen la extrema demora en actualizar. Como les había comentado, me quedé como dos meses sin laptop y también había estado sumamente ocupada con el trabajo y la universidad.

Con respecto al fic, lo releí para poder continuarlo y no sé si es idea mía, pero siento que todo va muy rápido y lo seguirá siendo, el tema es que, yo tenía planeado que fueran pocos capítulos y muy cortos. Es bastante simple, así que me disculpan si la relación de Johnny y Jack no tiene suficiente desarrollo, o si se siente que se enamoraron muy rápido.

En fin, ¡espero que les guste!

¿Podría ser que yo...?

El episodio del centro comercial había quedado atrás. Jack procuró no centrarse en esos extraños sentimientos que había descubierto aquel día, y prefirió enfocarse en los problemas más serios que le aquejaban. El samurái tenía un objetivo en mente y no descansaría hasta poder concretarlo, pero le preocupaba bastante que al paso que iba, le tomaría incluso años lograr reunir el dinero suficiente para poder construir la máquina del tiempo que lo regresaría a su época.

La paga que el maestro Hama le daba, no era muy elevada y a pesar de que prácticamente estaba viviendo a costa de Bunny, justo como su hijo; tampoco le era suficiente para lograr su cometido rápidamente. Jack tenía otro tipo de gastos, como cuando fueron a comprar su ropa, o cuando salía a divertirse con Johnny y Suzy. Ya que siempre le insistían que no podía pasársela solo trabajando, sin tener tiempo para distraerse de sus obligaciones. Así que a pesar de llevar unos meses viviendo en esa época, aun no llevaba reunido ni la mitad del dinero que necesitaba.

Pensó en buscar un segundo empleo, ya que ya se había acostumbrado a cómo funcionaban las cosas en esa época y le podía ser más sencillo llegar a desempeñar algún otro tipo de trabajo. Pero se rindió de inmediato a esa idea, ya que poseía un segundo trabajo mucho más importante: cuidar a Johnny.

Desde que había comenzado a vivir con los Bravo, Bunny le había encargado el cuidado de su hijo. Acompañarlo, cocinarle, hacer quehaceres del hogar, entre otras cosas; de las que la mujer se encargaba antes de la llegada de Jack. Pero teniéndolo a él, podía delegarle esas tareas y tener más tiempo libre para ella misma. Cosa que le caía de maravilla, porque Bunny era primero que todo, madre de tiempo completo. Jack por su parte, no podía negarse ya que se sentía en deuda con la mujer por haberlo acogido en su hogar.

Aunque eso no era del todo cierto, Jack realmente sentía que debía retribuirle a la mujer de alguna manera. Pero ser "el niñero" de Johnny, no era una tarea que le desagradara en absoluto. En el poco tiempo que tenía de conocerlo, Johnny le había dado muchas enseñanzas al sabio y experimentado Jack. Algo que jamás esperó, ya que al ser un hombre tan mayor como lo era (aunque no en apariencia) y habiendo vivido tantas cosas durante sus viajes, jamás pensó que hubiese más cosas que pudiera aprender.

Sin embargo, encontrarse con el descabellado rubio, le probó todo lo contrario. Solo que las enseñanzas que Johnny le daba, no tenían nada que ver con las que tuvo que aprender en el pasado, con el fin de derrotar a Aku. Johnny le había enseñado a vivir una vida feliz, despreocupada y pacífica.

O al menos así era la mayoría del tiempo...

Uno de tantos días, a Johnny se le había ocurrido llevar a Jack a una de sus "cacerías" al parque. El rubio deseaba deshacerse de esos extraños sentimientos que Jack le causaba, y ¿qué mejor manera que conquistando a una de sus "nenas"? Sabía que lo único que podía distraer su mente en ese momento y hacerlo olvidar todas esas confusas emociones que el samurái le causaba, era logrando conseguir una novia de una buena vez por todas. Así que, decidió tomar ventaja de su maestro, para ir al parque a lucir sus nuevos movimientos de karate y así, lograr llamar la atención de alguna mujer.

El último viaje de JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora