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Después de haber escuchado toda la terrible historia de Jaebum, YoungJae inmediatamente lo rodeó con sus brazos, conteniendo todo su pesar, toda su tristeza, y permitiéndole así poder liberar sus lágrimas.

El doctor se había ido hace un rato, por lo que era libre de hablar con Jaebum y consolarlo.

YoungJae intentaba pensar en el alegre Jaebum que decía estupideces a diario, pero ya no podía, no después de haber conocido al verdadero. Y es que en ningún momento se le pasó por la cabeza que el azabache podría haber tenido una mala vida, su personalidad no concordaba. Bendita ignorancia, pensó.

—S-sólo quedan seis días... — se lamentó Jaebum en los brazos contrarios.

—Y seis días son más que suficientes. Voy a salvarte, Jaebumie. Lo juro.

—Jurar no es bueno...

—Cuando no puedes cumplirlo.

Jaebum no terminaba de comprender los planes de YoungJae, pero éste sí lo tenía muy claro.

YoungJae sabía que encontrar a al menos uno de los padres de Jaebum sería muy difícil de conseguir en apenas seis días, así que tendría que salvar al mayor por su cuenta. Jaebum lo necesitaba, y él estaría ahí.

Esa noche, después de que ambos regresaran del hospital, Jaebum no consiguió dormir. No podía parar de pensar en que en unos cincos días estaría completamente muerto, sin ver a su YoungJae. Y no es que no confiara en la palabra del más bajo, él sabía que YoungJae haría todo lo que estuviera a su alcance para salvarlo, pero lograr aquello, a su parecer, era imposible, incluso para alguien tan positivo como YoungJae.

Eran las tres de la mañana y Jaebum sólo se dedicaba a observar a YoungJae. Le dolía pensar que el castañito gastaría su preciado tiempo buscando una manera de salvarlo, estresándose por él, perdiendo horas de sueño e incluso clases. Jaebum no quería eso para el menor.

Se asustó un poco cuando vio a YoungJae moverse, pues pensó que lo había despertado, pero afortunadamente YoungJae seguía tan dormido como hace una hora.

El azabache se levantó de la cama y caminó hacia el espejo de la mesita de noche. No tenía reflejo. Era obvio, después de todo no estaba vivo.

—¿Realmente valgo la pena, YoungJae? — murmuró, volteándose hacia la cama del nombrado — Volveré a lo mismo si sobrevivo... Tenía una clara depresión, y ni "volviendo a la vida" se irá, ¿no crees? — YoungJae seguía durmiendo pacíficamente — Me gusta verte tan tranquilo y feliz, como lo estabas probablemente antes de conocerme... No quiero darte problemas...

Claramente YoungJae no iba a contestar ninguna de sus interrogantes, por lo que simplemente suspiró y salió de la habitación.

El azabache sabía muy bien que no podía salir sin tomar la mano de YoungJae, pero en ese momento no pensaba con claridad.

Miró a su alrededor con una expresión neutra y sombría. Era como si hubiera perdido por completo el control de sus emociones y racionalidad. Tampoco parecía estar en sus cabales cuando abrió lentamente la puerta y estiró uno de sus brazos, sorprendiéndose al instante al ver que logró atravesarlo sin problema.

Nervioso, Jaebum condujo todo su cuerpo hacia afuera. De alguna manera lo consiguió. Él estaba en el exterior sin la ayuda de YoungJae.

Suspiró viendo hacia el cielo. No quería hacerlo, pero sabía muy bien que sería lo mejor. YoungJae no tenía razones para seguir conviviendo con un alguien como él.

—Si logro sobrevivir, al menos estarás tranquilo, pero por favor olvídate de mí — murmuró, y luego comenzó a caminar en dirección a su hogar.

Eran las siete de la mañana cuando YoungJae despertó. Un escalofrío recorrió su cuerpo producto de una repentina corriente de aire que azotó su espalda. Rápidamente tomó sus frazadas y se acurrucó entre ellas.

Cuando estuvo a punto de volver a dormir pensó que besar la mejilla de Jaebum antes de hacerlo sería una buena idea.

Con una pequeña sonrisa en su rostro se giró, cambiando automáticamente a una expresión de pura confusión. Jaebum no estaba a su lado como todas las mañanas.

—¿Estará en el baño? — olvidó por completo el frío y se levantó de su cama para caminar hasta el baño. No había nadie.

Decidió bajar las escaleras, tal vez Jaebum sintió hambre. No era lógico, Jaebum no se levantaba ni por estar muriendo de hambre, pero prefería agotar todas las opciones hasta encontrarlo.

Ni en la cocina ni en la sala de estar había siquiera un rastro de Jaebum.

Otra corriente de aire llegó a él. Se giró para ver de dónde venía, y sintió su corazón casi detenerse cuando vio la puerta semi abierta. Corrió hasta ahí.

Su corazón latía con fuerza y sin darse cuenta las lágrimas se habían acumulado en sus ojos.

—J-jaebum... — miró hacia las calles que apenas comenzaban a mostrar movimiento. Vecinos, algunos perros, los autobuses que recogían a la gente para llevarlas hasta su lugar de trabajo, pero ninguno era Jaebum — ¿M-me has abandonado?










Lo siento si quedó muy corto, pero tenía que acabar ahí :c

Por cierto, estoy escribiendo esto a las 3 a.m JAJAJAJA

Por cierto x2, necesito eliminar free fire de mi vida. Siempre que instalo esa clase de juegos termino MAL, MUY MAL
Y YA ESTOY COMPLETAMENTE VICIADA.

En fin, gracias por leer ❤

¡Despierta, estúpido Jaebum! [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora