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Después de haber llorado prácticamente toda la mañana, YoungJae logró levantarse de su cama e ir a comer algo.

—¿Seguro que es sólo fiebre? — preguntó su madre con preocupación.

—Lo es, mamá. No te preocupes — terminó de digerir su tostada y se levantó de la mesa para caminar hasta el sofá — Dormiré aquí un rato.

—Está bien, cariño. Iré a trabajar, nos vemos luego, ¿sí?. Cuídate mucho, te quiero.

—Nos vemos mami. ¡Te quiero más!

Apenas la mujer cruzó la puerta, YoungJae secó un par de lágrimas que habían caído recientemente y corrió hasta el baño.

Viéndose al espejo y sintiéndose ridículo por desperdiciar valioso tiempo llorando, mojó sus manos y las llevó hasta su rostro, eliminando así cualquier rastro de un llanto pasado.

Inocentemente buscó en internet como tratar por una persona en coma. Terminó llegando a un par de páginas de reflexión que probablemente no servirían demasiado, pero se asemejaban mucho a lo que él tenía planeado.

Ese día hacía un poco de frío, por lo que tomó una gruesa chaqueta y salió rápidamente de su hogar en dirección al hospital.

Mientras caminaba se preguntó en silencio si Jaebum estaría bien estando sólo, ¡apenas soportaba las horas que YoungJae pasaba en la escuela, e incluso le temía a la oscuridad! Pero a su vez él sabía que Jaebum necesitaba pensar bien las cosas, procesar todo lo que había recordado.

Al llegar al hospital la enfermera Jung lo recibió con la misma sonrisa de siempre.

—¡Llegas justo a tiempo! Vino una mujer a visitar a Jaebum y le platiqué sobre tí. Dice que quiere conocerte — YoungJae la miró extrañado y caminó hasta la habitación del azabache.

Efectivamente, junto a la camilla una mujer de cabello castaño y corto con detalles canosos lo recibió con una enorme sonrisa, al igual que la enfermera.

—¿Eres Choi YoungJae? — el nombrado asintió —Soy Kang Ji, una de las vecinas del joven Jaebum — tras mencionar aquello, YoungJae de inmediato corrió hacia la mujer y la rodeó con sus brazos, aún si no la conocía en absoluto, pero él sabía lo que ella hizo y por supuesto estaba más que agradecido.

—Muchísimas gracias por ayudarlo... Podrán pasar incluso cuarenta años y no dejaré de agradecerle por salvar su vida.

—Oh, chiquillo, no tienes nada que agradecer. Jaebum es tan importante para mí como lo es para tí. Cada vez que sus padres lo dejaban solo en casa, el corría a comer galletas conmigo y con mi esposo. Aunque me siento un poco lastimada porque jamás me contó que tenía un prometido tan lindo — YoungJae soltó una risita mientras deshacía el abrazo y se ubicaba con una silla al lado de la mujer.

—Es que le pedí que lo mantuviera en secreto por un tiempo.

YoungJae y la señora Kang continuaron hablando hasta casi una hora, en todo momento junto al azabache, permitiendo que éste también "escuchara" absolutamente todo.

Finalmente ambos salieron del hospital, agradeciéndole a la enfermera Jung por permitirles estar ahí. La señora Kang también prometió visitar seguido a Jaebum antes de que lo desconectaran, y YoungJae le manifestó que haría hasta lo imposible para que ese día no llegara. La señora Kang, afortunadamente, le brindó todo su apoyo, y le dejó claro que siempre podría recurrir a ella cuando la necesitara.

YoungJae caminó de regreso a su hogar con una sonrisa en el rostro al sentirse un poco más confiado y apoyado para ayudar a Jaebum.

Al momento de abrir la puerta, ese sentimiento de felicidad fue reemplazado por uno de tristeza que inundó por completo todo el ser de YoungJae. Estaba tan acostumbrado a ser recibido lleno de amor en su hogar por parte del azabache, que el no tenerlo incluso sólo por un día era suficiente para tenerlo llorando nuevamente.

En ese momento de profunda tristeza, comenzó a reflexionar.

Jaebum desapareció recién esa mañana y YoungJae ya sentía como si no tuviera más motivos para continuar, entonces pensó: ¿cómo soportaría perder a Jaebum para siempre?

Esa simple y rápida interrogante le devolvió las ganas de seguir luchando casi de inmediato, mas sus lágrimas no cesaron ni siquiera cuando escuchó el timbre de su casa.

Arrastrando sus pies caminó hasta la puerta. Ni siquiera se molestó en ver de quien se trataba, pues a su mente sólo llegó la conclusión de que su madre regresó antes del trabajo.

Abrió la puerta desganado, intentando mostrar su mejor cara, pero fallando inmediatamente. Su expresión de sorpresa y las lágrimas cayendo de sus ojos fueron épicas luego de lograr identificar al individuo que tocó su puerta.

—J-jaebumie...

—Jae... T-te... ¡Te extraño mucho! — YoungJae no alcanzó a decir siquiera una palabra cuando ya tenía el liviano cuerpo del azabache sobre el suyo, rodeándolo fuertemente con sus brazos y llenando su rostro de besos — Lo siento mucho por haberme ido sin decir nada — murmuró muy cerca de los labios contrarios — Comencé a creer que podría ser una molestia para tí... Pero me di cuenta de que no lo soportaría, y-yo te necesito... Y veo que tú también a mí.

—¡Jamás serías una molestia! — regañó — T-tú... Idiota — ahora fue él quien rodeó con sus brazos a Jaebum, aprisionándolo con fuerza y besando delicadamente su mejilla — No vuelvas a irte... Te necesito siempre — el azabache sonrió

—Créeme que yo te necesito más.









Me resultará complicado narrar los siguientes capítulos porque nunca he estado entre la vida y la muerte (creo que es obvio JSJDKKD), así que inventaré amikos, o leeré mangas con temáticas parecidas para hacerme una idea... So, si ven algo similar ahí está la explicación ;; o simplemente, como dije antes, inventaré todo, la situación, el proceso y el resultado uvu
Lo único que espero es que les guste ;;

Muchas gracias por leer ❤

¡Despierta, estúpido Jaebum! [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora