Pasaron tres años desde que Jaebum fue salvado por YoungJae.
Su primer mes fue un tanto complicado. Demasiados papeleos para recuperar su hogar, visitas constantes al hospital, además lo tedioso que fue ordenar toda su casa para que luciera bien y poder comenzar por fin a vivir ahí.
Pero ahora todo estaba bien, porque durante un año completo Jaebum trabajó día y noche para retomar su vida, pasó por tres trabajos hasta que en el último por fin consiguió una paga merecida, y todo, por supuesto, con el apoyo de YoungJae. A él le debía gran parte de su felicidad actual, y jamás terminaría de agradecerle.
Cuando por fin consiguió el dinero suficiente, con apoyo de YoungJae, prácticamente le rogó a éste último para que se fuera a vivir con él. Si iba a comenzar su vida otra vez, tenía que hacerlo con la persona que amaba.
Diferente a lo que creyó, la madre de YoungJae fue la más entusiasmada con la idea de que ambos comenzaran a vivir juntos. Pensaba que sería un buen comienzo de su vida adulta, y mejor si era junto a alguien tan especial como Jaebum.
Medio año después de comenzar a su vida al lado del otro, la Navidad llegó. Para la cena de Nochebuena fueron ambos invitados a la casa de la madre de YoungJae, junto a algunas tías y a la amable vecina de Jaebum, quién se había vuelto cercana a la mujer.
Fue una noche agradable. Entre muchas risas y algunas anécdotas que YoungJae contaba acerca de su vida con Jaebum, las una de la mañana llegaron.
Después de abrazar con cariño a su madre y prometerle que se volverían a ver en año nuevo, ambos caminaron de regreso a su hogar.
Antes de dormir, YoungJae observó lleno de amor a su precioso novio descansando y suspirando de vez en cuando completamente apacible. Lo sabía, estaba demasiado enamorado.
—Eres tan bonito, bebé — se atrevió a darle un pequeño besito en la frente y volvió a su lugar para por fin comenzar a dormir.
Fue, aparentemente, una buena noche de sueño, pues despertó recién a las once de la mañana. Por alguna extraña razón, Jaebum no estaba a su lado.
Se preocupó especialmente por dos cosas. Jaebum siempre tardaba más que él en despertar, y de ser diferente, se encargaba de despertarlo también, y además, habían prometido pasar ese día entero juntos.
Aún cuando logró hacer todas sus actividades diarias al igual que días anteriores, no dejó de lado su preocupación, porque a pesar de haber ya pasado ese momento tan doloroso, él seguía profundamente preocupado por su novio. Y de hecho hubiera seguido con ese miedo latente, pero el sonido del timbre interrumpió todo pensamiento negativo que pudiera llegar a tener.
Lleno de curiosidad caminó hasta la puerta e intentó ver de quien se trataba por medio de la ventanita, pero el individuo se había anticipado a su acción y se había encargado de cubrirla. Así que, sin más remedio, abrió la puerta con algo de desconfianza.
YoungJae observó al visitante de pies a cabeza sin siquiera mostrar una expresión, ni de felicidad ni de desagrado, es que simplemente no sabía como reaccionar.
—¡Ho ho ho, feliz Navidad! — YoungJae estaba estático en su lugar, observando la frondosa barba que parecía querer escapar con el viento. Sabía que se trataba de Jaebum, pues había olvidado quitarse los aros de sus orejas — Soy Jaebumie, bebé — YoungJae soltó una gran carcajada y saltó a los brazos del mayor.
—Feliz Navidad, santa de pacotilla — sonrió cuando Jaebum correspondió el abrazo y acarició suavemente las hebras de su cabello — ¿Qué lo trae por aquí? Creo que mi regalo lo recibí ayer, ¿no? — Jaebum miró hacia el suelo, agradeciendo a su barba por ocultar el posible sonrojo que tenía en ese momento.
—E-en realidad hay algo que no te he dado — YoungJae ladeó su cabeza con confusión — Sé que no te gustan las cosas demasiado cursis, pero aún así preparé algo que considero bonito — YoungJae observó atentamente cada movimiento del azabache.
Primero, Jaebum tomó su saco rojo, buscó en él una caja grande y se la entregó a YoungJae esperando que la abriera. Era un bonito traje negro. Luego buscó otra caja un poco más pequeña y de ahí sacó un precioso ramo de flores con diversos tipos de ellas y se lo entregó también a YoungJae. El castaño ya estaba bastante avergonzado, pero tan feliz como la primera vez que Jaebum lo besó en vida.
Jaebum dirigió su vista hacia YoungJae y sonrió ampliamente. Su pequeño estaba feliz, y sólo le faltaba una sorpresa.
Mientras YoungJae estaba concentrado observando las flores, Jaebum aprovechó para quitarse el disfraz de santa y quedar con un traje formal, uno de los favoritos de YoungJae. De hecho, tras esa acción, la atención del castaño fue robada completamente por el nuevo aspecto de su novio.
—Woah, ¡te ves tan guapo! — soltó con emoción — ¿Iremos a cenar a algún lado — Jaebum no respondió ni positiva ni negativamente. Simplemente metió su mano al saco rojo otra vez y dejó a la vista una pequeña cajita amarilla. YoungJae tragó saliva y miró al mayor con los ojos bien abiertos — ¿Q-qué es?
Jaebum arregló un poco su traje y se ubicó con una rodilla en el suelo frente al castaño.
—¿Sabías que eres el amor de mi vida? Probablemente sí, después de todo no hay día en que no te lo repita, pero siento que decírtelo a diario jamás será suficiente. Si en este momento te digo que quiero pasar el resto de mi vida despertando al lado de tu precioso rostro, desayunando cualquier cosa que prepares con tus bonitas manos, y aguantando todos tus berrinches, así como tú los míos, ¿me creerías? — los ojitos de Jaebum brillaban casi tanto como los de YoungJae — Eres la única persona a la cual le pertenece mi corazón, desde hace muchos años. No imagino una vida sin tu preciosa risa. YoungJae... Me hubiera gustado que esto fuera un poco más romántico, pero así somos, ¿no?, muy simples. E-entonces — abrió la cajita, dejando a la vista un anillo tan brillante como la sonrisa del chico que ahora lloraba frente a él — Choi YoungJae, en esta Navidad quisiera preguntarte, dándote también todo el derecho a rechazarme, ¿Te casarías conmigo? — Jaebum bajó levemente su vista aún con los brazos estirados hacia el menor.
—Dios mío... — soltó YoungJae, para después saltar a los brazos de su novio provocando que ambos cayeran al suelo, pero no les importó — T-tu sabes que no hay nadie que ame más que a tí, y te diría que sí incluso si me pidieras acompañarte hasta el fin del mundo.
—¿Entonces es un sí? — preguntó esperanzado.
—El sí mas grande que podrías recibir en toda tu vida — ahora fue Jaebum quien comenzó a llorar como un grifo roto mientras abrazaba con fuerza a su novio, aún recostados en el suelo — Te amo tanto — Jaebum besó sonoramente la mejilla del menor y luego sus labios, importándole poco que estuvieran algo húmedos debido a las lágrimas.
—Te amo mucho más.
Más que un extra, parece un epílogo SJFKDKFH
Subiré dos extras más, uno sobre su luna de miel y primera vez, y otro sobre ellos y una hija.
Lamento subirlo un día después de Navidad, pero ayer no pude ;;
Espero que les haya gustado~
Muchas gracias por leer ❤
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¡Despierta, estúpido Jaebum! [2Jae]
Kısa Hikaye«Creo que hay un monstruo debajo de mi cama...» «Hey, eso dolió» «¡¿Q-qué?!» 🐣 No se aceptan copias ni adaptaciones 🐣