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Después de haber regresado, y de haberle pedido miles de disculpas a YoungJae por abandonarlo, Jaebum sintió su corazón en paz otra vez.

Cuando decidió irse a su antiguo hogar, se encontró con muchas fotografías pegadas en las paredes. En esas fotografías se mostraban sus padres junto a él, sonriendo sinceramente. Recordaba muy bien esos tiempos, pero prefería evitarlos porque jamás volverían a él.

Jaebum hace muchos años había olvidado lo que era la calidez de una familia, lo que era querer y ser querido. Así fue, hasta que conoció a Youngjae. A pesar de no poder estar junto a él con total libertad y de poder mostrarle al mundo que por fin alguien lo apreciaba, YoungJae logró hacerlo sentir especial y amado. Aquello que estuvo apagado por tantos años en vida, fue revivido por el castañito.

Por esa razón, no soportó siquiera un día entero sin verlo. Sabía que lo necesitaba, y quiso llorar de felicidad cuando descubrió que él también lo necesitaba.

—Jaebumie... Sé que me extrañaste tanto como yo a tí, pero, ¿podrías soltarme por un momento? ¡Estoy buscando como salvar tu vida, maldición!

—Hoy estás más suave que de costumbre~

—Si quieres dormir, puedes usar mis piernas, ¡pero tienes que quedarte quieto!

—¿Tus piernas? Fantástico.

—Eres muy sucio — se quejó el castaño.

Al final Jaebum obedeció lo que YoungJae le había dicho y terminó apoyando su mejilla sobre las piernas del castaño.

YoungJae estuvo el resto del día leyendo en internet historias de personas que despertaron de un coma, y como fue que lo lograron. Pensaba que aplicando algunas de esas acciones podría ayudar a Jaebum, y en realidad nada perdía con intentarlo, bien había dicho él que haría todo lo que estuviera a su alcance para ayudar al azabache.

Descubrió, gracias a los distintos relatos, que lo mejor que podía hacer por Jaebum era hablarle, tal vez acariciarlo suavemente de vez en cuando, cantarle, porque ya sabía que el azabache podía escuchar todo, aunque resultaría un poco extraño para él hacer todo eso teniendo al protagonista justo a su lado.

Quedaban sólo cuatro días para la fecha en que Jaebum sería desconectado, por lo que durante ese breve tiempo se encargaría de visitarlo tanto como fuera posible.

—Hey — susurró en el oído del azabache — Despierta un poco, también tengo sueño — Jaebum frotó sus ojos con sus manos y se levantó lentamente del lugar en que estaba — Vamos a la cama, mañana iremos a visitarte otra vez.

—Bien... — Jaebum observó el rostro del castaño por unos segundos — Quiero un beso de buenas noches.

—Jaebum, por favor. Eso es muy cursi y vergonzoso.

—Entonces no me iré a dormir — se cruzó de brazos. YoungJae bufó, pero de todos modos depositó un beso en la mejilla de Jaebum — ¿Sólo en la mejilla?

—Nunca especificaste el lugar — el azabache hizo un puchero mientras se acurrucaba en la cama y YoungJae entre risas se posicionaba a su lado.

Jaebum estaba dándole la espalda al castaño, pero al sentir su presencia se giró de inmediato. YoungJae sonrió y decidió atraerlo a su cuerpo, Jaebum por supuesto no se negó y gustoso se acurrucó entre los brazos contrarios.

—Aquí me siento en casa.

—Es tu hogar, Jaebumie. Siempre puedes llegar a mí.

A la mañana siguiente, tanto Jaebum como YoungJae estaban camino al hospital.

Lamentablemente, el castaño no pudo idear un plan 100% efectivo para salvarle la vida a Jaebum, pero sabía exactamente que hacer.

La enfermera Jung saludó a YoungJae tan amable como siempre y lo acompañó hasta la habitación del azabache.

A decir verdad, jamás podría acostumbrarse a verlo ahí sobre una camilla. No era la imágen que veía a diario.

—¿Vas a probar lo que leíste en internet? — YoungJae asintió.

Buscó una silla para ubicarse justo al lado del azabache y lo primero que decidió hacer fue llamarlo por su nombre.

—Im Jaebum — susurró cerca de su oído — ¿Cómo estás? Hum... No me conoces, al menos no de esta forma, pero yo a tí te conozco muy bien.

—Es un poco extraño verte haciendo eso — confesó Jaebum tras soltar una risita — Me siento algo extraño — YoungJae dirigió su vista hacia él.

—¿Por qué? ¿Estás bien?

—Sí, no te preocupes. Continúa hablando, amo tu voz — YoungJae sonrió ampliamente y continuó.

Le habló sobre las cosas que han hecho juntos desde que se conocieron, sobre las veces en las que le ha cantado hermosas canciones, sobre lo mucho que aman tomar la mano del otro, y le contó también que habían comenzado a enamorarse.

Jaebum intentaba escuchar todo atentamente, pero no podía. Repentinamente su cuerpo había comenzado a sentirse pesado al igual que sus ojos, tenía también mucho sueño y mareos repentinos. Intentó acercarse a YoungJae y decirle que se sentía mal, pero no lo logró, pues acabó desplomándose en el suelo, justo al lado del castaño.

—¿J-jaebumie? — YoungJae había logrado escuchar el golpe, por lo que se giró rápidamente — ¿Dónde estás? — pero no veía a Jaebum por ningún lado.

Dirigió su vista al suelo, donde creyó haber escuchado al azabache caer, pero ahí sólo estaba la bufanda que le había prestado en la mañana antes de salir.

—N-no puede ser...

Ésta vez Jaebum no lo había abandonado, sino que había desaparecido.









¿Qué creen?
¿Ya valió verga el yebumi?

Eso y más, descúbralo en el próximo capítulo... Ahr

Hey, se acerca el final ;;
Antes mencioné que la historia no pasaría de los 10 capítulos unu tal vez, sólo tal vez llegue a los 12(?

Muchas gracias por leer, y si hay algún error no duden en avisarme ❤

PD: todo lo que venga ahora es pura ficción, por lo tanto, si hay situaciones "incoherentes" que no concuerdan con lo que sucedería en la vida real, no se alteren ;;

¡Despierta, estúpido Jaebum! [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora