Matt apagó la radio y aparcó el vehículo en frente del edificio.
- Vamos, hemos llegado. - Dijo abriendo la puerta y saliendo del coche. - Daros prisa, que están entrando.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
La casa de Valerie era mucho más grande que la mía, claro, un ático duplex.
- Coger de aquella vitrina el alcohol y empezar a preparar cubatas. - Dijo señalando la nombrada vitrina. - El tekila está en esos estantes de arriba. ¡Chicas, venid conmigo!
Todas las siguieron escaleras arriba mientras yo ayudaba con las bebidas.
- ¡Tess, tú también! - Su voz chillona retumbaba en mis oídos, pero esa barbie me empezaba a caer bien, ¿para qué mentir?
- ¿Yo?
- ¿Eres una chica, no? - Arqueó una ceja y sonrió. - ¡Vamos, no mordemos!
Seguí a Valerie escaleras arriba.
- ¡Hoy desfase! - Gritó abriendo su armario y empezando a tirar vestidos a la cama.
- Vamos, coged el que más os guste. - Dijo cogiendo uno dorado palabra de honor con unos tacones a juego. - Los complementos están en ese cajón. - Dijo señalando una cómoda. - Y el maquillaje en el baño.
- Hey, ¿no coges nada? - Preguntó poniendo su mano en mi hombro. - Toma este, el verde te pega mucho.
- Gracias. - Sonreí.
El vestido era precioso, tapaba justo lo que había que tapar, tenía un gran escote en la espalda, unos colgantes dorados incoorporados y detalles negros por la cintura.
Luego me dió unos tacones negros con plataforma y me cogió de la mano conduciéndome al baño, donde me repasó el maquillaje, pintándome los labios de rojo y me planchó el pelo.
- Joder... Muchas gracias.
- De nada. - Dijo guiñándome un ojo.
De repente se escuchó mucho ruido abajo y empezaron a aparecer luces de colores.
- ¡Sííí, fieeeeestaaaa! - Gritó Valerie emocionada.
Bajé las escaleras y pude comprobar que el número de gente se había multiplicado.
Debería irme, la gente empieza a estar borracha...
Eh, eh, eh, Tess. ¿A dónde te crees que vas? ¡Ahora mismo vas a bajar las escaleras y a divertirte!
¿Hacía cuánto que no iba a una fiesta como esta?
Sonreí para mis adentros, me acerqué a la barra de la cocina y cogí un cubata.
- ¡Que empiece la fiesta! - Grité a pleno pulmón bebiéndome la mitad del cubata del tirón.
Ya habría tiempo mañana para arrepentirse.
2:15.
¿Cuántos cubatas llevaba? ¿Cuatro? Creo que alguno más.
Alguien me agarró de la cintura y me dió una vuelta.
- ¡Diana! - Grité abrazándola.
Llevaba una minifalda ajustada rosa chicle con un top negro y unos zapatos también negros con plataforma, muy parecidos a los que me había dejado Valerie.
- ¿No estabas en el aniversario de tus madres? - Se me escapó una risita tonta, el alcohol me estaba empezando a afectar.
- ¿Pero qué dices loca? ¡Llevas un ciego que lo flipas!
- ¡Naah, estoy bien!
Diana se encogió de hombros y bebió de su cubata.
- Oye... ¿ese no es tu primastro? - Me preguntó hablando por encima del nivel de la música.
- S-sí. ¿Quién es esa con la que se está enrrollando? Creía que salía con Valerie.
Diana estayó en carcajadas.
- ¿De qué te ríes? - Pregunté ofendida.
- Esos dos son incapaces de mantener una relación seria con otro ser humano. Mírala. - Dijo señalando a la rubia, que se estaba comiendo los morros con... ¿John? Sep, John.
Mierda... Entonces la foto no me servía de nada.
- ¡RONDA DE CHUPITOS! - Gritaron desde la cocina.
4:45.
Habíamos terminado sentados en el suelo, solo quedábamos diez.
- Ookaaay. - Dijo una chica levantándose mareada. - Vamos a jugar al juego de los tres minutos.
- ¿Y cómo mierda se juega a eso? - Preguntó Diana.
- Déjame explicaaaaar. - Le interrumpió Britney, la que había propuesto el juego. - Hay que separar las chicas por un lado y los chicos por otro. Las chicas elegimos a una y la llevamos a una habitación a oscuras, y los chicos hacen lo mismo llevando a su candidato al mismo cuarto.
Asentimos y las que quedábamos, Britney, Valerie, Diana, Brooke y yo, nos fuimos a un dormitorio que comunicaba con otra habitación, dejando a Matt, John, Kevin, Nathan y Christopher en el otro dormitorio que también comunicaba con dicha habitación, el cuarto de invitados.
- Bien, ¿quién va primera? - Pregunté.
- Tú misma. - Respondió Brooke quitándome el vaso vacío de las manos.
- Okay. Val, ¿el cuarto está a oscuras?
- Totalmente. - Respondió.
Yo ya había dejado de beber hacía un raro, pero seguía "alegre", no sé si me entendeis.
Abrí la puerta y entré en el dormitorio, donde divisé una figura alta y oscura que se dirigia hacia mí decididamente y me cogía a peso, uniendo sus labios con los míos...
ESTÁS LEYENDO
¿Con derecho a NO enamorarse?
Novela JuvenilTodos asocian el tener dinero con una vida feliz, pero las cosas no son así, o por lo menos no para Tess. Una apuesta hizo que dejara su ciudad, confundida por el amor y consumida por el despecho, decide volver. ¿El inconveniente? Tendrá que vivir c...