¡Difícil! Así le resultaba a Kuroo dormir esa fatídica noche. Dormir con un ex no era tarea sencilla y mucho menos... cuando no le habías podido olvidar. Había intentado mil cosas para desprenderse de la idea de no tener nunca más a Tsukki. Acostarse con otros estudiantes no le había resultado bien, tampoco el fijarse en mujeres ni centrarse en el deporte o en las leyes. Tsukki estaba demasiado clavado en su corazón, haciéndole sangrar cada vez que le veía. Le resultaba imposible cicatrizar las heridas que le había dejado. Tampoco le ayudaba posar siempre sus ojos en él, querer verle feliz, ser su hombro en el que llorar o como hoy... sólo un trozo de carne con el que desahogarse, un revolcón y cada uno a su vida nuevamente.
El rubio tampoco podía dormir. Aunque Kuroo le daba la espalda y él había hecho lo propio, saber que su espalda estaba tan cerca de la suya le animaba a querer acercarse a él. La relación con su novia había sido una gran farsa en la que no podía ni siquiera recordar un momento feliz y luego estaba ese chico, que le traería problemas con su familia pero al que amaba con locura.
Si sólo su familia aceptase esa relación, si sólo entendieran que le gustaba ese chico... todo habría sido perfecto, pero la vida no podía ser tan fácil. El ruido seguía viniendo del piso inferior, sus compañeros continuaban con la fiesta, pero Kuroo, pese a que siempre había sentido debilidad por los ruidos a la hora de dormir, no quiso moverse ni un centímetro. Tsukki sabía que fingía dormir y todo... para no afrontar el hecho de que acababan de acostarse. Intentaba evitarle en esa cama tan pequeña de la que ninguno podía huir.
Al final y aunque era incómoda la situación, Tsukki consiguió dormirse. En cambio, Kuroo siguió despierto, cerrando ligeramente los ojos en algún momento y moviéndose cada vez más hacia la esquina de la cama para evitar tocar a su compañero. Era irónico cuánto deseaba hacerle el amor de nuevo y, en cambio... sabía que sólo sería sexo, que los sentimientos entre ellos estaban muertos y que nada volvería a ser como antes. Tan sólo podía intentar resistir la tentación de volver a hacerle suyo una vez más, apartándose de él y alejando de su mente esa figura que tanto le atraía.
Tsukki abrió los ojos, incorporando su rostro y buscando sus gafas en la mesilla de noche a su lado, donde Kuroo las había dejado la noche anterior. Se las colocó enseguida, mirando entonces cómo su acompañante parecía estar profundamente dormido.
Se levantó con mucho cuidado y revisó el reloj del otro lado, justo en la mesilla de Kuroo para ver que eran las siete y poco. No se escuchaba ruido alguno y eso le indicaba claramente que todos los del Nekoma debían estar dormidos después de la juerga nocturna. Con mucho sigilo terminó de vestirse y abrió la puerta para marcharse. Estaba muerto si alguien le veía, los rumores correrían como la pólvora y si su padre se enteraba que se acostaba con hombres... sería su ruina.
Cerró la puerta tras de sí con delicadeza y todo parecía ir bien hasta el momento, hasta que observó abrirse la puerta contigua y dejar salir a Kenma jugando a la consola.
- Buenos días – fue su única frase con ese rostro casi inexpresivo que él siempre tenía.
- Kenma... - susurró Tsukki.
- ¿Sí? – preguntó extrañado de que pronunciara su nombre.
- ¿Podrías hacer... como que no me has visto, por favor?
Kenma movió los hombros hacia arriba y los bajó con fuerza, siguiendo su camino e indicándole al rubio que le daba igual lo que él hiciera. Aun así, Kenma seguía preocupado por su mejor amigo y capitán del equipo, pero sería un tema que trataría con la persona pertinente.
Al ver cómo se perdía en una de las puertas del fondo en dirección al aseo, decidió bajar las escaleras esperando que todos los borrachos del equipo de Kuroo hubieran conseguido subir hasta sus dormitorios. Los peldaños hacían un ligero ruido, pero no más que sus pies descalzos, que provocaban un incesante crujido de sus tobillos que intentaba mitigar poniendo poses raras para conseguir bajar en silencio. Una vez abajo, se calzó las zapatillas y con cuidado, cruzó la puerta del salón para ir a la puerta principal, quedando justo en mitad al escuchar el grito de los del Nekoma.
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Apuntando a la luna (Haikyuu)
Fanfiction¡Sólo era su ex novio! Tsukishima le había dejado, utilizado y tirado, pero en aquella lluviosa noche, observándole mojarse y deprimido como estaba, sentado en el bordillo de la acera y sin querer marcharse, no pudo hacer otra cosa que abrirle la pu...