Capítulo 11: Colapso.

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No había dormido nada y sus antebrazos estaban amoratados por las innumerables recepciones que había estado practicando contra la pared del pabellón deportivo. Aun así, la pelota seguía elevándose una vez más y bajando contra sus brazos con suavidad. Allí la mantenía sin dejarla caer al suelo, una y otra vez, perdiendo su mirada en el movimiento del balón como si ello le hiciera olvidarse del problema con Tsukki.

- Kuroo, te he traído algo para desayunar – comentó Kenma a su espalda.

¡Estaba preocupado por él! Sin duda alguna, por eso mismo y sabiendo que se habría centrado en el entrenamiento, decidió traerle algo para que desayunase antes del partido. Además, también le servía para comprobar el estado de ánimo de su capitán, pero éste deshizo la posición de brazos, tomó la pelota que bajaba entre sus manos y se giró con una sonrisa.

- Gracias, Kenma. Sí tengo algo de hambre.

- Te esperaré en el pabellón del partido. No llegues tarde.

Kenma depositó la bolsa con el desayuno y la taza de cartón con el chocolate caliente cerca de la puerta, en el primer banco que vio antes de marcharse. Al menos su capitán parecía no estar tan hundido como la última vez y eso en parte, le alegraba pese a tener una mala sensación en el cuerpo respecto al tema.

En cuanto su compañero se marchó, Kuroo caminó hasta la bolsa del desayuno para comprobar que había un par de bollos y chocolate caliente, pero la verdad era... que no tenía hambre. Su estómago estaba totalmente cerrado desde el día anterior.

Tomó la bolsa junto al vaso y salió del pabellón. Quería darse una ducha, recoger su uniforme e irse al partido. Era mejor llegar temprano para no preocupar a sus compañeros. De camino a la residencia, se encontró con Keiko, quien parecía estar esperándole bajo las escaleras que conducían al pabellón del Nekoma.

- ¿Keiko? – preguntó Kuroo al verla allí, pero ésta sólo sonrió.

- Te esperaba. Uno de tus compañeros comentó que podrías estar aquí.

- Lo siento... prometí que te llamaría pero... he estado muy liado entre exámenes y el partido de hoy.

- Sé lo de tus exámenes y las prácticas. ¿Cuándo descansas?

- Pues... - se rascó la cabeza con inocencia – un par de horas supongo.

- Seguro que hoy ni has dormido, tienes ojeras.

- Es un partido muy importante.

- También lo es tu salud. Deberías cuidarte un poco más.

- Supongo que sí.

- ¿Podría acompañarte hacia donde vayas? – preguntó la chica con un leve sonrojo.

- Claro, sin problemas. Iba a la residencia para arreglarme antes del partido.

- Iré a animarte.

- Seguro que me traes suerte – sonrió Kuroo con dulzura.

***

Las persianas se abrieron estrepitosamente, dejando entrar la luz y obligándole a apartar el rostro hacia otro lado, colocando su almohada sobre el rostro para intentar evitar la luz.

- Tsukki, despiértate, ya son casi las diez – habló Yamaguchi.

- ¿Y?

No quería despertarse, de hecho, prefería volver a dormirse. Anoche había tenido que trasnochar con todo el asunto de la cena conmemorativa y para colmo, la situación no mejoró con Kuroo ni con su padre. No tenía un motivo para despertarse y si lo que querían era entrenar... él pasaba de ir. Con esa idea, movió la manta y la lanzó por encima de su cabeza una vez más.

Apuntando a la luna (Haikyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora