Keith es una chavala de ojos verdes con un pequeño matiz en marrón, cabello teñido de gris con las puntas de colores, alta, con el cuerpo muy cuidado, viene de una familia acomodada, nada más terminó sus estudios empezó a trabaja en la clínica priva...
Mis padres aceptaron pagarme la casa completa, pero como Kavin me digo que no, pues le dije que la mitad solo, de todos modos digo mi padre que hablaría con el para pagar la casa al completo, por eso de que me salvo de las garras de esos tres.
- No sé si lo convencerá. -Le conté a mi amiga que estaba al teléfono.
- Verás que si tu padre es bueno negociando.
- Tengo ganas de estar fuera del hospital e ir a veros chicas.
- En breve lo estarás.
- ¿Pero enserio era camarero?
- Sí, y ahora está trabajando para mí padre por mí.
- Keith, ojazos ya acabe con tu padre ¿Quieres que te traiga algo para comer?
- Un segundo. -Le dije a mi amiga- Traeme un batido de vainilla y una palmera de huevo y chocolate mi héroe.
- Voy.
- Volviendo al tema, esta aquí para darme una vida mejor y encima me cuida cada rato, ya no me imagino una vida sin él.
- Bueno amiga mía, tengo que ir a las clases de Italiano, deberías apuntarte.
- Tengo que ver si puedo, Kavin quiere que seamos económicamente independientes y esas clases son caras y quiero no dejar mis clases de baile.
- ¿Cuando volverás?
- Pues estaba de descanso este año, volveré después de las navidades.
◇ Kavin ◇
Le subí lo que me pidió, estaba mucho mejor su aspecto, sus heridas ya no estaban infectadas, y estaban sanando muy rápidamente.
- ¿Te duele Kavin?
- No soy un chico bueno, siempre tenía peleas, así que ando acostumbrado. ¿Y tú ojazos?
- Me duele más lo emocional a lo físico.
- Imagino que no estas preparada para el juicio contra ellos.
- Es la semana que viene, y la verdad que hoy en día no, pero voy a empezar a mentalizarme para enfrentarme a ellos.
- Keith, no quiero de verdad estar separado de ti, no saber de ti ha sido una tortura.
- No he estado mejor que tú.
- Lo sé, ojazos tu te has llevado la peor parte.
- Te quiero como no imaginas.
- Y yo a ti, me he dado cuenta de eso y de mucho más, mi vida es tuya. -La besé dulcemente.
- Eso a sonado tan.....
- Cursi.
- Iba a decir tierno.
- ¿Te vistes y damos un paseo?
- ¿Puedo salir?
- Sí, se lo he dicho a tú padre.
- Perfecto, ¿Que me pongo?
- ¡Mierda! no tienes ropa aquí.
- ¿Entonces?
- Voy a por algo de ropa, en la tienda de aquí a lado.
- ¿Ropa sin marca?
- Sí.
- Vale.
No estaba para nada de acuerdo se le notaba en el tono de voz.
Entre en la tienda, por suerte acababa de cobra mi quincena así que podría comprarle también un bolso, aparte de la ropa y los zapatos.
Miré la tienda 5 veces, a la quinta vuelta que me dí, empecé a cojer la ropa.
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Nada más pagar salí del lugar para ir a donde estaba Keith, le di las bolsas y las abrió con cierto miedo.
- ¡Oh! Me encanta que pantalones pitillo burdeos más chulos.
- Sí son básicos.
- Son perfectos, y la bufanda del mismo color, eres el mejor.
Me dio un abrazo y un beso en la mejilla.
- Me alegro que te guste.
- La básica negra, con las botas de cordón y tacón alto quedarán perfecto.
