Capítulo 9.

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Luego de intentar calmar al rubio, Criss dijo que lo mejor sería ver si avanzaban positivamente entre ellos un poco para luego ver cómo irían las cosas.

Al llegar a dicha conclusión Kael ni dudó en reaccionar mal y la verdad podía entenderle, pues tanto como a él le fastidiada el no querer juntar su poder yo estaba tratando de comprender quiénes serían los hechiceros encargados de Rik y de mí ¿Por qué no nos habrán buscado?

Me dejé caer sobre la cama y por un momento deseé que Criss supiera qué hacer para encontrar a mi hermano y poder tenerlo de vuelta.

-Kass... necesito hablar contigo - dijo el rubio asomándose por la puerta del baño.

-¿Puedes dejar de entrar a mi cuarto por ahí? Es raro ver a alguien aparecer como si nada tipo "hey nuestro baño se conecta ¿qué tal vecina?" - agarré la cobija y me enteré en ella de forma desesperada.

-¿Es normal que hagas un tamal humano contigo? - cerró la puerta luego de entrar a mi habitación y sentarse a los pies de mi cama.

-Es muy normal que lo haga, en especial cuando me estoy debatiendo entre golpearte por no colaborar para encontrar a mi hermano o noquearte para acelerar el proceso - dije intentando deshacer el desastre en que quedé atrapada por la colcha.

Kael me quedo mirando fijamente y yo seguí peleando con la manta para poder levantarme pero se estaba haciendo inútil.

-¿Estás atrapada? - pude notar que trataba de aguantar su risa.

-No, estoy... - Me moví más pero sólo conseguí llegar hasta el filo de la cama provocando por poco que me diera contra el piso - Bien, si lo estoy - esperé a que el rubio me ayudase pero él se puso de pie y se encaminó hacia la puerta - Oye ¿No me ayudarás? - dije mientras seguía moviéndome.

-No, que tengas una linda noche Kass - el tarado se metió al baño y cerró la puerta con fuerza.

Maldito cabrón. Nota mental no volver a ayudarle en la vida. Seguí moviéndome hasta que terminé por rodar en el piso, y a pesar del golpe eso me permitió deshaceme de la manta.

Me volví a recostar en la cama y sentí el teléfono vibrar en mi bolsillo.

Era un mensaje de Jamie en el que me invitaba a una fiesta en su casa luego del partido de mañana que me había mencionado Luriel por la tarde.

Al pensar en el castaño mi corazón se aceleró. Nunca en la vida pensé que sentiría tantas cosas por alguien, Luriel me gustaba así como me despertaba curiosidad. Izz podía ser su novia y todo, pero esa tarde sentí  la entrega en el beso por parte del castaño y aunque yo no tenía mucha experiencia, sabía que no podías besar de la manera en que él me beso y no sentir nada.

Me puse boca abajo y escondí el rostro en la almohada. Aún no sabía si Criss era alguien que realmente podía ser fiable, pero en definitiva era bueno tener más ayuda que sólo el rubio, ya que las ideas del tarado no habían dado frutos.

¡Maldición! Aún no entendía muy bien cuál había sido la razón por la que Kael se había molestado antes en la tarde. Él rubio era demasiado difícil de entender. La loca de Leila lo traicionó de la peor forma y él seguía creyendo en ella de alguna manera, Kael aún confiaba en que ella cumpliría su palabra.

Sentí un poco de pena por él, seguramente debe ser horrible sentir cosas por alguien que no siente lo mismo por tí. Y en los pocos días que había pasado con Kael supe que el rubio merecía a alguien que realmente lo quisiera, y que principalmente no lo manipulara o le diera falsas esperanzas como lo hacía la loca esa.

Me sobresalté al estar en total silencio y escuchar un golpe en mi ventana. Maldición ¿quién era capaz de andar a las once de la noche por donde vivía? La verdad es que resultaba algo raro hasta para mí. Dejé pasar por alto el sonido pero no pasaron ni dos minutos antes de volver a escuchar el mismo ruidito.

《Maldito Destino》  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora