Capítulo 7.

17 3 3
                                    


-¡Maldita sea Kael! - grité tan fuerte que el rubio asomó su cabeza por la puerta del baño.

-Dame cinco minutos Kass, ya casi termino - volvió a encerrarse, por lo qué sólo me quedó aporrear la puerta para fastidiarlo.

-¿Por qué tardas tanto? Llevas Cómo media hora encerrado allí dentro, ni yo tardó tanto - seguí golpeando la puerta para ver si el menso se daba prisa.

-Si no me concentro tardaré mucho más Kass, pero si quieres pasar para ayudarme con mi problemita no me negaré - dijo desde el otro lado.

Rodé los ojos y me recosté en la puerta a la espera de que el idiota salga y pudiéramos empezar a buscar a Rik.

Llevábamos tres días planeando cómo y por dónde empezar a buscar a mi hermano y la única respuesta que tuvimos era contactar a Leila para que Kael pudiese hacerle preguntas que nos ayuden a descubrir dónde estaba Frederik.

Aún no entendía cómo es que no quemamos  la casa las veces que intentamos cocinar. Por eso anoche decidimos salir a cazar, yo transformada en lobo y él... bueno Kael iba en su forma humana porque aún no tenía idea de cómo controlar bien la magia. Por eso me burlé de él toda la noche.

El rumbo de mis pensamientos se detuvo cuando caí sentada al piso del baño. El menso había abierto la puerta de golpe.

-Kass ¿qué haces en el piso? - la sonrisa que tenía el tarado en su rostro era como para borrarla a golpes.

-Busco una buen razón para no matarte - dije antes de levantarme y ver que Kael iba sólo en una toalla que le envolvía las caderas cubriéndo lo justo.

-Si me matas no podrás disfrutar de la buena vista que te das cada que violas mi intimidad en el baño, no te conviene asesinarme linda - me remangué el buso de dormir que llevaba y le miré fijamente.

-Empieza a correr rubio trastornado, porque como te alcance... -

-¿Vas a perseguir a un chico semidesnudo y menor de edad? Te podría denunciar por ser una acosadora y pervertida. Eres toda una traviesa Kassy - vamos Kass, no lo mates, si él muere no podrás encontrar a Rik.

Le miré con ganas de prenderle fuego pero me contuve al recordar que podía hacer algo mejor. Lo miré fijamente a los ojos y me metí en su mente y le quité la capacidad de ver.

-Kass ¿Apagaste la luz? - Lo vi intentar hallar el interruptor cual mimo y no pude evitar reír - ¿Qué es lo gracioso? - dijo molesto.

-Te quedarás así hasta que yo salga - lo empujé hacía su cuarto y cerré ambas puertas con seguro.

-¡Kass! ¡Kass, no puedes dejarme así! ¡Maldita sea, estás loca! - sus gritos se oían amortiguados por la puerta.

Una hora más tarde estábamos saliendo de la casa para ir hacia el lago.

Confiamos que el plan saldría a la perfección. Todo era perfecto, no tenía ningún fallo. Lo que no vimos venir es que la maldita de Leila no contestó su celular jamás.

-No te preocupes Kass, mañana podemos volver a intentarlo, ya verás que Leila atenderá la llamada y tendremos a Rik de vuelta muy pronto - dijo mientras caminábamos de regreso, pero se oía como si tratase de convencerse a él mismo.

Admito que a pesar de todo creí en Kael. Pero ya habían pasado tres días y Leila no atendía el maldito celular ¿Qué le pasaba a esa tipa? ¿Acaso no sabe que cuando te llaman debes atender?

-¡Kael! Se supone que es tu amiga ¡¿por qué demonios no contesta?! - estaba como loca en el patio lanzando piedras hacia el rubio con mi magia ¿Por qué lo hacía? Simple, alguien tenía que sufrir conmigo.

《Maldito Destino》  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora