Capítulo 13.

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-Entonces... ¿estaba explicándole a Kass lo que hicimos en la semana en clases? - Luriel estaba con una bolsa de hielo en la cabeza debido a que el golpe que le había hecho Kael en la mañana se había puesto de susto.

-Si, te desmallaste ¿te había pasado antes? - Rik mantenía la calma a su lado, al parecer el problema más grande se estaba solucionando.

Kael se había llevado al asiático al segundo piso. Mientras, Rik y yo nos quedamos con Luriel en la sala. Si todo salía bien, mañana estaría en clases y de una vez por todas las cosas se calmarían.

- No, nunca me había desmayado de la nada. Creo que mejor me voy a mi casa - él se levantó y miró a todos lados.

-Si... mejor te acompaño a tu casa. Vamos Kassandra - mi hermano se puso en pie y me miró expectante al no ver reacción por mi parte.

-Esto... pensé en quedarme para ver cómo iba Criss - me mantuve en el sofá ignorando la mirada insistente de Rik.

-No lo creo, vamos - su tono de voz no dejaba lugar a dudas así que tratando de evitar una pelea, que estaba segura perdería, me levanté y los seguí a los dos desde atrás.

La verdad, aún tenía algo de recelo con Luriel, a pesar de que él no recordara nada yo lo hacía. Y no me sentía muy cómoda junto al idiota.

¡Había intentado asesinar a Kael y a mí! Estaba conteniendo mis ganas de causarle dolor de una ma era impresionante.

En el camino a casa de Luriel todos estuvimos en silencio, veinte minutos más tarde una casa blanca de una sóla planta se mostraba frente a nosotros. La verdad la casa era grande, además los grandes ventanales hacían que destacara con todo el fondo verde de la naturaleza.

Me quedé en silencio mientras apreciaba el lugar.

-Gracias por cuidar de mí, eres una buena persona Kass - dijo el más joven acercando su cara a la mía para despedirse con un beso en mi mejilla.

Sonreí forzosamente, sonreí lo mejor que pude pues la verdad en estos momentos sólo quería volver a casa.

-Si, que tengas una buena noche - me di la vuelta y me alejé hasta que una voz hizo que detenga mis pasos.

-Lucas ¿Qué horas son estas de llegar? - una señora de alrededor de los 35 años habló desde el recibidor de la casa.

-Estaba en casa de los Dobreen - dijo Lucas mirando a su madre quien tenía la mirada fija en mi hermano.

-Su hijo se desmayó, mi hermana y yo creímos conveniente acompañarle hasta aquí - Rik me miró expectante.

Si mi lindo hermano quería que explicase algo se tendría que esperar sentado sino quería cansarse.

Alcé las cejas y miré mis uñas esperando que Rik entendiera la indirecta.

Podía notar algo de ansiedad en la mirada de la señora de cabellera castaña, por sus facciones se podía notar que no era de las personas que sonreía mucho.

Mi mirada se desvió a Luriel quién tenía una expresión llena de confusión adornando su rostro.

Tardé poco en fijarme que lo único que tenía Luriel de su madre era el color de su cabello.

-Pues les agradezco - su voz dejaba a entender con total claridad lo "agradecida" que estaba con nosotros.

En aquel momento supe que existen personas que no son agradables de conocer ni un poco.

Cuando volví a fijar mi mirada en el castaño, él me estaba observando con intriga, alcé una ceja en su dirección y él se sorprendió un poco aunque sólo se alejó unos pasos más mientras sonreía levemente.

《Maldito Destino》  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora