Capítulo 11.

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Llevaba casi veinticuatro horas encerrada en mi cuarto, eso incluía haber trabado la cerradura del baño que conectaba mi dormitorio con el de Kael.

Maldición, ese estúpido rubio había logrado cautivarme.

Luego de nuestra muestra de afecto tan "linda" de la tarde anterior frente al asiático, éste  tuvo que carraspear algo fuerte para poder separarnos. De sobra está decir que ambos estábamos algo aturdidos por el momento.

Sólo bastaron veinte segundos para que procesara que había estado pensando en besar al rubio.

-¡Ahh! - chillé contra la almohada.

Genial, te has vuelto loca Kassandra. ¿Loca por el rubio que ya has besado y que por cierto tiene bonitos ojos? Respiré intentando calmar todo el revoltijo de emociones que tenía encima.

Primero, resulta que Luriel sabe lo que somos. Luego, mi hermano fue el culpable de que Mara nos convirtiera en vampiros, por todo lo bueno ¿A quién en su sano juicio se le ocurre dejar a alguien y darlo por muerto luego de que te confiesa su amor?
Y por último estaba Kael, ese estúpido rubio que día a día lograba sacarme de quicio con sus tonterías.

-¡Kass, ya despertó el pato! ¡Tienes cinco segundos para bajar, a no se qué quieras que se convierta en mi comida! - hablando del Rey de Roma.

Me separé de la almohada y me lo pensé antes de bajar a velocidad vampírica a la sala.

Kael tenía a Lucas agarrado de la camiseta y cuando me escuchó entrar lo dejó caer al mueble.

-¿Qué tenías pensado hacer? - dije algo divertida.

-Iba a morderlo, pero prefiero torturarlo juntos - el rubio sonrió de manera dulce, y un segundo más tarde agarró a Luriel del cabello y golpeó su cabeza contra el filo del sofá.

El castaño soltó un grito bastante fuerte antes de llevarse ambas manos a su tabique.

-¡Estás loco! - gritó el castaño antes de lanzarle encima a Kael, que sólo se movió rápidamente y Luriel casi se cae por el impulso que había tomado.

-Creo que tu entrenamiento para enfrentar vampiros no fue el mejor - dijo el rubio con calma y llegó a mi lado en unos segundos.

Dejé a Kael divertirse un rato con el castaño antes de intervenir y usar algo de mis poderes para dejarlo sin movimiento sobre un sillón.

-¿No piensan soltarme? ¿Acaso piensan matarme de hambre? Tal vez no lo saben pero mi familia está al tanto de lo que son todos ustedes - sonreí con algo de malicia ¿En serio él creía que podía amenazarnos?

-Yo creo que tiene razón ¿Y tú Kael? - el rubio me miró como si tuviera un tercer ojo o algo por el estilo.

-¿De qué hablas? - Kael se acercó a Luriel por el respaldo del sofá y le agarró de vuelta el cabello sólo que esta vez se limitó a jalarle el cabello lo suficiente para que el castaño supliqur que lo suelte.

-Creo que mencionó algo sobre dejarlo morir de hambre, nunca he visto algo así. Yo digo que lo dejemos sin comida hasta nuevo aviso cuando sepamos como borrar su memoria - Kael asintió antes de aflojar el agarre en el castaño.

- Me parece bien, usa tus poderes para silenciarlo y lo metemos al sótano ¿Te parece bien, ojos lindos? - dijo el rubio llegando junto a mí en un segundo.

Evité pensar en que volvía a insistir  con eso de "ojos lindos" seguramente ya se había acostumbrado.

- Por si no lo han notado, sigo aquí y... -

《Maldito Destino》  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora