Las voces que me acompañaban entre los largos corredores me incomodaba, eran estrechos y constantemente poblados, especialmente en invierno que no es realmente apetecible estar en el patio.
Buscaba un lugar tranquilo para pensar, usualmente no había mejor lugar para aquello que mi habitación, pero en este momento era el peor lugar posible, ya que Leonardo estaba allí.
Por lo que solo quedaba un lugar al que podía acudir, lejos de los dormitorios, en el tercer edificio a la derecha del principal, en el tercer piso se encontraba un salón de música.
-Aula 4, Música - se podía ver escrito en la placa junto a la puerta. Podía tocar libremente el piano que se encontraba dentro. Hoy no había actividades del club de música.
Las cortinas impedían el paso de la luz mientras se mantuvieran cerradas, no obstante en espacios la luz lograba penetrar la fortaleza color vino y mantenía una luz tenue en la habitación, lo que lo hacía aun más agradable para alguien como yo.
Cerré la puerta una vez dentro y me senté frente al piano, coloqué mis dedos sobre las teclas y cerré los ojos.Tocaba Requiem for a dream.
-¿Estás aquí? - Pregunté sin abrir los ojos o detener la melodía.
Silencio.-¿Por qué apareces cuando quieres?
Silencio.-¿Por qué no me dejas en paz?
Silencio.-¿Hola? ¿Jace? - Tenía miedo de abrir los ojos a lo desconocido. Quería enfrentar mis miedos, mi propia locura, pero no sabía exactamente cómo lo haría, solo me dejé llevar por mis emociones.
Silencio.-Respóndeme - intenté una última vez.
Silencio.-Ésto es ridículo - dije entre dientes derrotado. Dejé de tocar. Sacudí la cabeza y abrí los ojos. Al hacerlo pude observar unas pequeñas manos sobre las teclas, seguí con la vista el camino hasta su rostro sin ser capaz de mover la cabeza en su dirección, para finalmente encontrarme con la figura del pasado que deseaba invocar.
-¿Me temes? - Preguntó sin mirarme acariciando las teclas del piano. Lo hago y mucho, pero quería abandonar aquél temor.
-Lo hago... - no tenía sentido intentar mentirme, él soy yo. Él rio amargamente. - ¿Por qué te veo? - Me atreví a preguntar con la sensación de tener el corazón en la garganta, mi respiración se tornaba cada vez más irregular.
-Porque te sientes solo... - me respondió con la mirada fija en las teclas. Lo miré.
-Eso no es cierto - me defendí. Apretó los labios y finalmente enlazó su mirada con la mía. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, sentí la adrenalina expandirse en mi cuerpo.
-No tiene sentido mentirme, ¿recuerdas? Yo soy tú.
Tragué en seco y no tuve otra opción que darle la razón.
-Entonces nunca desaparecerás... Siempre me siento solo - reí amargamente.
-No siempre, solo no lo recuerdas - volví a mirarlo. - Tu sabes por qué estoy aquí - estaba atónito y muy confundido.
-No... No lo sé - frunció el ceño y sentí su presencia detrás de mí.
-¡Claro que sí! - Se exaltó. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
-No... - también sentí aquellas repentinas ganas de llorar.
-No pudes olvidar Jace... - arrastró cada palabra.
-¿Olvidar qué? - Un nudo se formo en mi garganta.
-A nuestra madre, el incidente... - de pronto estaba a centímetros de mi rostro - promételo.
-¿Cómo podría? - Respondí instintivamente. En un pestañeo, la ilusión había desaparecido. Me dejé caer en la silla tratando de recuperar el control sobre mis emociones.
Miré las teclas y comencé a tocar la melodía nuevamente, quería ordenar mis pensamientos y mis conclusiones, además quería liberar la presión de mi mente.Comenzaba a entender la raíz de mis alucinaciones con la corta conversación que tuve conmigo mismo, disfrazando el vacío salón de música con mi locura.
La noche de mis recuerdos ocurrió hace ocho años, tan solo tenía nueve años de edad, sería natural que olvidara ciertos detalles con el transcurso de los años, no obstante, mis ilusiones mantiene intacto cada segundo de lo sucedido hasta el momento en el cual perdí la consciencia.
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Noches de Invierno (Gay-Yaoi)©
Science Fiction- EDITANDO PARA REESUBIR - Su sonrisa era seductora, y la profundidad de sus ojos era hipnotizante, sin embargo, mas que hermosura, reflejaban una advertencia... Una advertencia de peligro, una que no pude prevenir.