-¿Eh? - Miré a mi alrededor tratando de ubicarme. - Ese imbécil - me quejé. - ¿Me golpeó tan fuerte que perdí el conocimiento?
Me puse de pie y me dirigí al baño para observar mi cuerpo, lo extraño era que no sentía dolor en ninguna parte.Entré al baño y me miré en el espejo, en efecto no tenía ninguna marca o rastro de haber sido golpeado.
-¿Entonces qué sucedió? - Me pregunté en voz alta. - ¿Me habré desmayado? - volví a mirar mi rostro - ¿otra vez?
Voces fuera de la habitación irrumpieron mis pensamientos, al prestarles atención noté que eran las voces de Leonardo y Zyan.
-Déjame entrar te dije, ¿estas sordo? - demandó Zyan.
-¿Lo estás tu? Yo te dije que no - refutó Leonardo.
-¿Cuál es tu problema? - Zyan sonaba molesto.
-No me da la gana que entres a mi habitación - continúo reprochando.
-La habitación no es solo tuya - respondió. Cada vez sonaba más molesto.
-Jace esta durmiendo y mientras el tarado esté inconsciente, no tienes permiso de entrar. - Zyan rió al límite de su paciencia.
-¿Qué ocultas ah? - Zyan se mostró a la defensiva - ¿le hiciste algo a Jace o qué?
-¿Tanto te gusta la pulga esa? - Preguntó con tono de asco.
Hubo unos segundos de silencio.
-¿Perdiste la cabeza? - Respondió anonadado. - Es mi amigo - declaró - oh - pausó - espera - continúo malicioso - lo olvidaba, tu no sabes qué es tener un amigo porque nadie soporta tu cara de culo.
Abrí la puerta.
-Ya fue suficiente - los interrumpí.
-Oh, el bello durmiente - Zyan reaccionó al verme. Leonardo me miró con ojos asesinos por interrumpirlo y porque sabía que dejaría entrar a Zyan a la habitación. - ¿Puedo pasar? - finalizó.
-Adelante -. Le abrí paso. Leonardo estaba molesto.En el segundo que Zyan cruzó el umbral de la puerta, Leonardo agarró la manilla y tiró la puerta con tanta fuerza que me sorprendió que no se desprendiera o golpeara la espalda de Zyan que reaccionó ante el acto de violencia. Suspiró.
-Estoy seguro que quería partirme la espalda - dijo mirando la puerta.
-No me cabe la menor duda - negué con la cabeza.
Zyan se tiró en mi cama y miró su alrededor.
-No entiendo qué le pasa al idiota ese, no es la primera vez que estoy aquí.
-No le prestes atención - revolví mi cabello y luego me estiré.
-Veo tu ombligo - dijo divertido. No aguanté la risa.
-¿A qué viniste? - Le pregunté.
-Estaba aburrido y vine a verte - respondió.
-¿Tanto te gusto? - Pregunté en tono de burla.
-¡Ja! - soltó una carcajada. - ¿Escuchaste esa estupidez?
-Lo hice - continúe divertido tapando mi cuerpo - todo este tiempo, ¿solo quisiste este cuerpo? - Dramaticé la mejor impresión de Zyan.
Estiró su brazo para agarrar mi muñeca y tumbarme sobre la cama, luego se colocó sobre mí y me siguió el juego.
-Oh no -. Debería dedicarse a las telenovelas. - me haz descubierto - alzó sus manos y me hizo cosquillas hasta que mis ojos se llenaran de lágrimas de tanto reír.
-¡Para! ¡Para! - supliqué entre risas - me orinaré - reí - suéltame, baño, baño - Zyan rió y se quitó de encima.Cuando salí del baño no vi a Zyan pero lo oí decir:
-Hoy tampoco huh... - suspiró.
-¿Hoy tampoco qué? - Pregunté. Alzó la cabeza y la colocó en la punta de mi colchón. Me miró.
-Hoy tampoco tengo ganas de comer comida de la cafetería - dijo con un puchero. - ¿Quieres salir conmigo a comer algo? - Preguntó. Miré a la ventana y vi la nieve caer, algunos copitos eran rojos y brillaban levemente por el reflejo de las luces de los faroles frente a los dormitorios, para alumbrar los senderos. Devolví mi mirada a Zyan.
-¿Qué haces en el suelo? - Respondí con otra pregunta.
-Ataba los cordones de mis zapatillas - se puso de pie y luego se sentó en mi cama. Suspiré.
-¿No se supone que no podemos salir? - Continúe. No me apetecía salir y sentir la nieve sobre mi cuerpo.
-Hoy es viernes, podemos hacerlo -. Cierto. - ¿No quieres salir? - Volvió a preguntar. Me mostró su labio inferior en un puchero. Torcí los ojos derrotado.
-Ok, salgamos, pero solo un rato, ¿Ok?Caminábamos por el sendero de los dormitorios, escuchaba cada paso que dábamos, crujían en mis oídos. Dirigí mi mirada al suelo y vi nuestras huellas marcadas en el suelo sangriento que solo existía en mi mente.
-¿Sucede algo? - Preguntó Zyan. Miró atrás.
-No, solo creí haber pisado algo - respondí de forma casual. Lo miré. Devolvió su mirada al frente y estaba sonriendo maliciosamente. - ¿De qué te ríes? - Pregunté.
-Creí que alguien nos seguía pero no hay nadie - suspiró, luego rodeó su brazo en mi hombro. - ¿Me estaré volviendo paranoico? - sobreactuó su fingida preocupación.
-Tranquilo - me reí resignado. - Solo estas loco - Zyan rió.
ESTÁS LEYENDO
Noches de Invierno (Gay-Yaoi)©
Science-Fiction- EDITANDO PARA REESUBIR - Su sonrisa era seductora, y la profundidad de sus ojos era hipnotizante, sin embargo, mas que hermosura, reflejaban una advertencia... Una advertencia de peligro, una que no pude prevenir.