Come As You Are (Omegaverse)

XX

Café recién hecho y un par de wafles que saltaron de la tostadora. Mermaid observaba a Saori dar vueltas por la cocina, atareada y envuelta en una bata de colores tan vivos como el sol. Fue un regalo que le hizo tiempo atrás. Apenas lo vio pensó en ella.

Consiguió que se siente a la mesa luego de que colocara un par de platos para poder desayunar juntos. El televisor quedó encendido, pero ninguno de los dos le prestó atención.

En el noticiero hablaban de un misterioso hallazgo: dos cadáveres, de quien asumían eran cazadores, ambos cuerpos fueron descubiertos en un paraje desolado del bosque. La policía de la zona, a cargo de las investigaciones, presumía que fue un extraño suceso en el cual ambos sujetos se dispararon entre sí.

No tenían pistas ni motivo, ni como identificarlos. Pedían a la población ayuda para reconocerlos.

Saori se sentó al lado de Mermaid, cruzando las piernas y bebiendo un sorbo de café. Apoyó su cabeza lila y desordenada, sobre el hombro de quien la acompañaba. De pronto le entraban deseos de ponerle un sobre nombre.

-Podría acostumbrarme a esto -murmuró Mermaid sin ahorrarse una sonrisa -Desayuno hecho en casa, calientito y de manos tuyas.

-Si tan solo no estuviera nevando.... sería todo tan perfecto.

Saori suspiró con los ojos puestos en la ventana escarchada. Se abrazó a sí misma y tembló por causa de un falso escalofrío.

-Baby it's cold outside-canturreó mermaid riendo al final de la última nota.

-Tienes toda la razón. Por eso es hora de pensar en tu retiro y el mío. Lejos de aquí, donde el sol brille todo el año, donde solo tenga que ver la nieve en tarjetas de navidad-ella soltó una risa contagiosa. Infectó a mermaid y ambos terminaron riendo tristemente.

-¿Sigues pensando en Florida?

-No, estoy pensando en Hawái. Sí, Hawái, larguémonos allá y vivamos felices hasta que un sumimi y un volcán nos mate -Saori encontraba todo tremendamente divertido.

Tomó unos wafles y se los puso sobre el pecho. Pretendió bailar Hula y ambos estallaron en risas.

-¿Sunimi? ¿De qué hablas solecito? ¿De dónde sacas esas ideas?

-Sumimi, se dice su-mi-mi, eso que pasó allá en Asía, en año nuevo. Salió en las noticias.

Mermaid la tomó en sus brazos. No quería aceptarlo, pero la idea de irse los dos juntos a una isla paradisiaca, resultaba tentador.

-¿Un volcán o un tsunami? -murmuró besándola en la nuca-Cualquiera de los dos resultar mejor que morir en manos de poseidon.

-Tú sí que sabes malograr el momento -reprochó Saori apartándose-Podrías cambiar de trabajo y dedicarte a matar pasiones, mermaid. En eso eres un experto.

Ella se liberó de sus brazos y devolvió la atención al desayuno servido. De pronto perdió el interés en la comida que preparó con esmero. El humo del café se revolvía entre ambos, sinuoso y llenando el espacio que los separaba.

-Anda, no seas tan sensible Solecito. Es la realidad- Mermaid tomó la palabra, para liquidar el silencio amenazante-No desperdiciemos el momento. Pasamos la noche juntos, estamos compartiendo el desayuno.--Saori dejó escapar una sonrisa.
-Si no estuviera aquí, tendría una mano en mi café y la otra en el cuello de ese maldito mocoso berrinchudo...

Esta vez Saori dejó salir una carcajada que rellenó el pequeño espacio de la cocina. Mermaid la ponía de buen humor y aunque quería mantenerse seria, le era imposible con él a su lado.