#5: Anotación

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El día de hoy debían hacer peleas de parejas. A Uraraka le tocó pelear contra Kaminari. Fue demasiado lista y pudo mandarlo a volar antes de que usara su quirk de electrificación. Pasaría a la siguiente ronda.

Se sentó junto a Tsuyu en una de las mesas a ver la pelea que seguía por la televisión del cuarto de descanso. Las demás chicas estudiaban para un exámen.

—Ahora le toca a tu príncipe —Susuró Tsuyu en su oído causando que se sobresaltara.

—¿A Uraraka-san le gusta Midoriya-kun?—Se acercó Ashido hacia ellas.

—Sí—Contestó Uraraka.

—Lo sabía —Hizo un agujero en la mesa por accidente cuando apoyó su mano en la superficie de madera—. Lo siento. Me emocioné —Puso sus manos alrededor de su boca, imitando a un megáfono —. Jiro-san, tenía razón. Mañana comprarás mi almuerzo en la cafetería.

Jiro dejó de hablar con Momo y escuchó cada una de las palabras de la pelirosa. A regañadientes sacó dinero de su bolsillo izquierdo y se lo entregó.

—Ha sido un placer hacer negocios contigo—Sonrió Mina satisfecha.

—Adiós a mis trescientos yenes—Suspiró—. También lo sospechaba, Uraraka-san, creí que jamás lo admitirías pero me equivoqué —Miraba su dinero en manos de Mina.

—La pelea va a empezar, chicas—Las calló Momo.

Bakugo hizo una explosión que lanzó a Deku al otro lado de la habitación. Sin embargo, antes de que el rubio pudiera hacer algo más, recibió un puñetazo limpio en plena cara.

—Desearía poder hacer eso—Expresó Ashido—. Bakugo-kun es muy molesto.

—Ashido—La regañó Momo.

—Lo siento. Haré silencio, Momo-san—Se disculpó.

La pelea había avanzado más. Ahora Bakugo pisaba la espalda de Deku y reía.

—¡Shine, Deku!—Le gritaba.

Uraraka masticaba demasiado rápido su mochi de fresa. Debía calmarse.

Deku pudo liberar uno de sus brazos y agarró una de las piernas de Bakugo, logrando que perdiera el equilibrio. Lo lanzó por los aires hacia una ventana. El cristal se hizo trizas.

—Midoriya, la próxima vez fíjate hacia dónde apuntas—Escribió en su cuaderno el profesor Aizawa—. Ganaste pero recibirás una sanción. Limpiarás la cafetería luego del almuerzo.

Midoriya se encogió de hombros. Le parecía justo.

Uraraka no podía estar más feliz por él. No solo había ganado sino que además le había dado una paliza a Bakugo, que lo molestaba siempre.

Tomó su cuaderno del bolso y anotó con una gran sonrisa.

#5: Nunca te rindes. [Gracias por inspirarme, Deku-kun].

1. No me gusta, no me gusta, no me gusta [Izuocha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora