#7: Anotación

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Uraraka ingresó a la pastelería para retirar el pastel de tres pisos con relleno de crema y fresa para el cumpleaños de su madre.

Le tardó un par de minutos llegar hasta la caja registradora pues había una larga fila de personas y en las mesas varios estudiantes disfrutando de sus postres. No conocía a ninguno de ellos, no iban a Yueii.

—¿Señorita, qué se le ofrece?—Volvió a preguntar el cajero de la panadería.

—Vengo a retirar un pastel—Le entregó una nota firmada y el dinero correspondiente.

—Entiendo. Uraraka Ochaco—Leyó—. Debes ir detrás de esa señora para recibir tu pedido. Gracias por comprar en nuestra pastelería.

Uraraka hizo lo que le decía el encargado. Esperó detrás de aquella mujer hasta que fue su turno.

La caja era más grande de lo que había pensado. No era problema para ella. Solo tenía que activar su quirk y asunto arreglado. Tocó el objeto y este se puso a levitar. Ella lo controlaba sin ningún esfuerzo pues se estaba volviendo muy buena gracias a las clases que recibía en la academia.

Abrió la puerta y se encontró cara a cara con Izuku Midoriya. Por la conmoción perdió el control de su quirk y el pastel le cayó encima. Ahora estaba cubierta de crema y frutas de distinto tipo.

Deku no entendía qué había ocurrido. Su amiga estaba mejorando en el control de su quirk.

—Hola, Deku-kun—Lo saludó cubierta de pastel.

—Uraraka-san, estás cubierta de pastel.

“Bienvenido al mundo de lo obvio ”, pensó la castaña, amante de los mochis.

Se había quedado sin pastel para el cumpleaños de su madre y ya no tenía dinero para comprar otro.

—Fue mi culpa, Uraraka-san. Te sorprendí y perdiste el control de tu quirk—Dedujó—. Te compraré otro pastel como una forma de disculparme.

—No es necesario, Deku-kun. Es un pastel muy costoso. Cuesta 1000 yenes. He reunido el dinero por varios días en trabajos de medio tiempo—Le explicó.

—Porque te haz esforzado mucho, significa que es muy valioso para ti. Si así lo es también lo es para mí —Tomó su mano y formaron nuevamente en la fila.

No podía creer lo amable que era Deku. ¿Gastar dinero por ella? ¿Haría eso por otra chica? Esas dos preguntas rondaron por su cabeza un par de minutos.

—Ten—Deku le entregó la caja con el pastel que ella le había indicado ordenar.

—Te lo pagaré luego, Deku-kun.

—Es un regalo, Uraraka-san. Es lo menos que puedo hacer por haberte asustado.

—Gracias, Deku-kun—Hizó una reverencia.

—Uraraka-san, dile feliz cumpleaños a tu madre de mi parte— Le sonrió.

—Lo haré.

Se despidió de él y salió de la pastelería. Marcó el número de sus padres, avisándoles que llegaría en una hora.

Cuando regresó a su habitación escribió la séptima razón:

#7:Siempre estás ahí para mí.

1. No me gusta, no me gusta, no me gusta [Izuocha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora