CAPITULO 3: EL DESPERTAR

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NARRA ALBA

No. Joder. No. Otra vez la música. Llevo dos días aquí y lo único que odio de este maravilloso sitio es la música que ponen como despertador. Intento sentarme en el filo de la cama, con más torpeza que destreza, todo hay que decirlo. Miro justo en frente de mí y veo la cama vacía. Después de un ejercicio de recuerdo bastante complicado para la hora que es, caigo en que es Joan quien falta en esa cama.

Es un chico muy mono, no penséis que me gusta o algo por el estilo, pero se parece mucho a mí cuando era más joven. Es tímido y algo callado, pero le sale la bondad y la ternura por los ojos, y es por eso por lo que me sale protegerlo y abrazarle constantemente. Decido ir a buscarlo mientras mis compañeros empiezan a despertarse. Algunas como África ni siquiera hace intención de mover un dedo. Entonces me doy cuenta de que Joan está en la cama de Miki. Me acerco a él. Duerme como un bebé.

- A: Joan, despierta. Tenemos clase con Gotzon.

- J: Cinco minutos más porfa.

- A: No. Imposible. Tenemos que estar allí en nada.

NARRA JOAN

Me levanto de la cama de Miki. Tengo miedo de que alguien me preguntE el por qué de haber amanecido allí. Pero me doy cuenta de que muchos de mis compañeros también han compartido cama. Salgo al pasillo y me encuentro con uno de los mejores despertares que me podía encontrar. Marilia:

- Ma: Joan, coshita, ¿Cómo has dormido, ricurita? - Me dice abrazándome.

- J: Muy bien, Marilia- Digo mientras pienso: "¿Se puede ser más adorable a las 8 de la mañana?".

En este contexto sale Miki de la habitación y empieza a hacer la coña de que el amor está surgiendo en OT al vernos a Marilia y a mí abrazados. No sé qué cara ponerle. Pero Marilia se encarga de Miki, corriendo hacia él, dándole en el brazo con una fuerza que prácticamente ni una hormiga sentiría y diciéndole que está muy enamorada de su novio mientras le da a él también un beso de buenos días.

Llegamos a la clase y empezamos a hacer ejercicios. Gotzon nos pide que nos pongamos por parejas. Instintivamente me sale buscar a Miki con la mirada sin saber muy bien el por qué. Pero no va a poder ser. Está en la otra punta de la clase junto a Carlos, su compañero de canción esta semana.

Me pongo con Alba Reche, quien intuyo que quería ponerse con Natalia, por los pucheros que le hace pero no son de una estatura parecida. Intentamos hacer los ejercicios, pero la suave voz de la chica rubia me hace salir de los pensamientos en los que estaba inmerso:

- A: Joan, sé que soy un poco bajita pero si no me miras es imposible que nos coordinemos.

- J: Ay perdón. Estaba un poco distraído.

Intenté hacer todos los ejercicios como habían mandado, pero no entendía por qué sentí cierto malestar cuando Miki no vino a ponerse conmigo. Pasó la mañana, tuvimos clases de imagen, técnica vocal y baile. En la clase de baile Alba me pisó varias veces.

- J: Vaya. Parece que no soy el único despistado.

- A: Lo siento, Joan. Es que no estoy en lo que tengo que estar. De verdad, lo siento.

- J: No te preocupes, todos tenemos nuestras cosas en la cabeza. Pero bueno quería decirte que- Dije haciendo un esfuerzo por entablar una amistad con la chica de Elche- que... si me necesitas... que... que puedes hablar conmigo cuando quieras.

- A: Ay Joan, gracias, eres un sol- Dijo acariciándome la mejilla.

En ese momento sonreí y levanté la vista. Lo que encontré fue un Miki que agachó rápidamente la cabeza para evitar que descubriera que nos estaba mirando.

SUEÑOS POR CUMPLIR / MIKOANWhere stories live. Discover now