Introducción

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Caroline Ceniutt
Mi madre me contó que la primera vez que sostuve una cámara fotográfica fue cuando tenía cinco años, mis manos eran tan pequeñas que me costaba trabajo poder sostenerla, lloraba cuando me la quitaban de las manos y si no la tenía a un lado justo antes de dormir permanecía despierta toda la noche, una cámara fotográfica se convirtió en mi juguete favorito, nunca tomé una foto, no sabía ni siquiera como encenderla, no hasta que en mi cumple años número ocho mi madre me regalo mi primera cámara fotográfica, ella me enseñó como usarla, fotografiaba todo lo que en mi camino se cruzara; cuando cumplí doce, mi cuarto estaba tapisado con todas las fotografías que había tomado y para entonces ya había usado tres cámaras diferentes, la mayoría de las fotografías que adornaban mi habitación eran de mi madre, sonriendo o haciendo muecas; cuando cumplí dieciséis me olvidé de la gran colección de cámaras que permanecían esperando a ser usadas en mi habitación, mamá enfermó gravemente, fuimos a el hospital, le diagnosticaron leucemia mielógena aguda...
Un año después, una mañana mientras preparaba el desayuno, ella cayó a el suelo inconciente, inmediatamente pedí ayuda pero para cuando los paramédicos llegaron, ya era demasiado tarde...
fue así cuando a mis diecisiete años quedé sola, mamá era a la única persona que tenía a mi lado, las fotos de mi habitación fueron guardadas en cajas junto a la gran colección de cámaras fotográficas, deje de ir a la escuela, lloré en la habitación de mi madre noche trás noche durante días, la extrañaba demasiado, mi corazón dolía y mis fuerzas dismimuían al pasar de los días, aunque comiera sentía que todo dentro de mi estaba vacío...
Emma Rivera, se convirtió en mi mejor amiga cuando cumplí siete, desde entonces somos inseparables, ella tocaba a mi puerta cada mañana para verificar que estuviera bien, me hacía comer aunque no quisiera, me obligaba a tomar duchas y cuando llegaba la noche lloraba conmigo, sin ella estaría acabada, ella es la restauración de mi vida...
Habían pasado ya dos meses desde que mi madre murió, mis lagrimas dejaron de salir, mis fuerzas comenzaron a regresar y mi corazón sanó gracias a la motivación que recibía de mi mejor amiga.
Regresé a la escuela, mi vida había cambiado para bien o para mal y nisiquiera me importaba que me esperaba en el futuro, siempre fui la chica que permanecía apartada de todo pero que jamás estaba sola gracias a Emma.
Llegó el día de mi graduación, por fin saldría de la preparatoria, obtuve un reconocimiento por obtener las mejores calificaciones aún con mis ausencias, tenía que dar un discurso y fue muy estúpido tomando en cuenta que nadie excepto Emma me hacia en el mundo, fue triste no tener a mi madre en un día tan importante pero sabía que ella estaba presente en mi corazón...
La decisión más importante de mi vida estaba a punto de ser tomada, ¿qué carrera eligiría?, cada vez estaba más cerca el día para entrar a la universidad, mientras limpiaba mi habitación accidentalemente tropeze con las cajas que guardaban mis fotografías...
Ví las fotos de mamá sonriendo, mi corazón se estremeció, esta vez era diferente, esta vez sonreí en vez de llorar, recordar cada momento que pase junto a mi madre me hacia felíz y entendí por que cuando ella enfermó me dijo que debería detenerme por un tiempo en la fotografía, no quería que recordara momentos tristes...quería que la recordara como ella había sido sin una enfermedad que opacara su belleza.
Las fotografías no son simplemente un pedazo de papel, las fotografías son recuerdos...
Sally Mann, una fotógrafa estadounidense dijo:
"Las fotografías abren puertas al pasado, pero también permiten echar un vistazo al futuro".
Fue ahí cuando decidí dedicarme a la fotografía, sueño con ser una fotógrafa muy conocida tan lo menos en el país, sin embargo, la humanidad me hace perder esperanzas...

Las personas ya no se detienen a apreciar el arte...ya no sueñan en grande, ya no imaginan,  ya no ven a la vida desde su ángulo más hermoso...
El mundo es una mierda en estos días...
Tres años estudiando fotografía, es mi último año y se pudiera decir que estoy a punto de llegar al clímax de mi vida, sólo tengo que cumplir una última tarea y no tengo ni una maldita idea de como lo haré.

Narrador omniciente

-Caroline Ceniutt, tu tarea no es solo tomar una fotografía...ni siquiera es tomarla desde su ángulo correcto...tu tarea es plasmar la perfección en ella...¡HACER QUE MOJE MIS BRAGAS!-Caroline ríe ante la exgaración de su profesora-¡NO TE RÍAS Y DIME QUE LO HARÁS!-la regaña la profesora, una mujer algo madura de edad pero con la suficiente fuerza en los pulmones como para seguir respirando muchos años más.
-lo haré- le responde Caroline firmemente y sin dudar.
-ahora sal y no regreses hasta que tengas la perfección entre tus dedos...-

¡ROMEO! posa para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora