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Chapter 4

—Eso y más, Sseunie. Mucho más...

Jackson sintió su garganta seca al ver la mirada de Jaebeom mientras pronunciaba esas palabras. Era extraña la forma en la que toda esa situación le estaba haciendo sentir. No le cabían dudas de que se estaba excitando, sin embargo, no entendía por qué la presencia de Mark allí le molestaba cada vez menos.

Lo sabía porque aún no lo había soltado. Todavía sus manos sujetaban la cintura de Mark, ya no tan firmemente como antes, pero definitivamente era suficiente fuerza como para no dejarlo ir. Mark también tenía sus manos en su pecho. Ambos miraban a Jaebeom, pero eran plenamente conscientes de la cercanía del otro.

Además, estaba esa sensación lo suficientemente obvia como para ser notada por los tres, esa sensación de que a Jaebeom le gustaba lo que veía. Se podía percibir en su mirada intensa, en la forma en la que jugueteaba con sus propios labios y en todo el rumbo que había tomado la conversación. Jackson sabía que, si a Jaebeom le gustaba algo, él lo haría gustoso, lo haría porque cada vez sentía con más fuerza que no podría vivir sin ver a ese Jaebeom complacido que estaba viendo ahora. Sabía que Mark pensaba igual. A ambos les causaba un retorcido placer el saber que el mayor disfrutaba la vista que le estaban dando. Por muy insano que sonara...

—Dinos, entonces, que es lo que quieres ver —Jackson habló con firmeza, aferrándose aún más a cuerpo de Mark. Sintió como el americano crispaba sus dedos en su camiseta, pero aun así no lo soltó. Mark tampoco dijo nada.

—Solo estoy evaluando... —Jaebeom sacudió la botella de agua que tenía entre sus manos, jugueteando con el contenido, haciéndolo girar dentro— De ustedes depende demostrarme qué tanto saben hacer.

Jackson sintió como una de las manos de Mark lo sujetaba por la mejilla y lo obligaba a dejar de ver a su tutor, haciéndolo volverse al frente y encontrarse nuevamente con los oscuros ojos de su amigo. Notó sus cejas ligeramente fruncidas y una de sus comisuras siendo mordisqueada con insistencia.

—¿Mark?

—Yo también puedo hacerlo. —Fue la breve respuesta que le dió el americano antes de que el espacio entre ellos se viera cerrado con un nuevo beso. Esta vez Jackson realmente no se lo esperaba, por lo que gimió, sorprendido, al sentir los labios de Mark moviéndose contra los suyos. Aún así, le tomó apenas un segundo entender lo que sucedía, por lo que no tardó en agarrarle el ritmo. Notó que los besos de Mark eran distintos a los suyos. Mark besaba más lentamente, poniendo atención a cada movimiento, haciendo que cada detalle de lo que sus labios hacían se sintiera de forma electrizante. Un escalofrío recorrió su espalda al sentir los delgados dedos de su amigo deslizarse por su cuello y entrelazarse en su nuca. Jackson usualmente no besaba así, pero definitivamente no tenía nada en contra de hacerlo.

Ninguno de los dos notó cuando Jaebeom se puso de pie y se acercó a ellos. Ambos tenían los ojos cerrados y estaban tan engrosados en lo que hacían que solo se percataron de la presencia del mayor cuando este acarició el cabello de ambos, haciendo que se separaran súbitamente, sorprendidos, dedicándole un par de miradas sonrojadas y algo tímidas.

—Sigan.... —instó Jaebeom— Solo quiero ver de cerca.

Al oír su respuesta, ambos volvieron a unir sus bocas, pero esta vez con la vista fija en él. Los dos chicos le sostuvieron la mirada por unos segundos mientras se besaban para pronto volver a cerrar sus párpados y enfocarse en lo que hacían. Jaebeom seguía acariciando los cabellos de distintos tonos de rubio, sintiendo los leves movimientos en sus manos, mordiendo sus propios labios ante la preciosa vista que tenía frente a él.

Sus manos se fueron deslizando hacia abajo, recorriendo todo el camino por las espinas dorsales de ambos chicos, haciendo que un par de gemidos se ahogaran en el beso. Mark y Jackson se estremecieron un poco con su tacto, aumentando inconscientemente la intensidad de lo que estaban haciendo. Jaebeom notó que abrían sus ojos de vez en cuanto, compartiendo una mirada de complicidad, para después volver a cerrarlos y continuar besándose y acariciándose ligeramente.