CAPÍTULO 2 - INICIOS

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SEIS AÑOS ANTES

Había sido una auténtica masacre.

En principio iba a ser una sencilla misión de abastecimiento en la que ni siquiera estaba previsto que entablaran contacto con los titanes. Todavía no habían llegado los nuevos reclutas del Cuerpo de Exploración y las últimas incursiones fuera de los muros les habían dejado en mínimos, por lo que no podían arriesgarse a perder más hombres.

Por tanto, lo más lógico habría sido esperar a tener más reclutas.

Pero Erwin no quería esperar. Las voces más contrarias al Cuerpo de Exploración, sobre todo las que llegaban directamente de la Capital, cada vez eran más tenidas en cuenta. Ya eran muchos los que creían que mantener a un grupo de hombres que se dedicaban a buscar titanes era una completa pérdida de tiempo y de recursos.

Por ello Erwin no pudo quedarse de brazos cruzados. Necesitaba ofrecer pruebas concluyentes de que el Cuerpo de Exploración era la única manera de que la raza humana recuperara poco a poco el territorio perdido. Y confiaba en sus hombres, aunque estos fueran pocos, para conseguir ese objetivo.

Por desgracia, el azar quiso que esa misión rutinaria que tenía como único objetivo afianzar posiciones para una incursión más importante chocara de lleno con una tormenta que impidió la visibilidad y el sistema de larga distancia que Erwin había diseñado. Como resultado acabaron metiéndose de lleno en un grupo de titanes que acabó con una tercera parte de los efectivos.

Levi llevaba cuatro meses en el Cuerpo de Exploración y hasta entonces no había tenido que afrontar ninguna derrota, aparte de la que le llevó a tomar la decisión de unirse al Cuerpo.

Precisamente por ello que se dieran las mismas circunstancias que cuando perdió a sus dos mejores amigos fue la gota que colmó el vaso de su paciencia... y motivo por el que se presentó en el despacho de Erwin Smith con ganas de romper unos cuantos huesos.

Ver al Comandante sentado tranquilamente en su despacho, leyendo documentos, cuando él venía de amortajar a sus compañeros caídos para entregar los trozos a sus familiares, hizo que se preguntara por qué demonios no cumplió la misión que le habían encomendado de matar a Erwin Smith.

- Y cuando empezaba a creer que tan sólo eras un hombre.

Erwin levantó la vista de los papeles, extrañado por la curiosa manera de saludar de su subordinado, así como porque hubiera entrado en su despacho sin llamar; como si tuviera todo el derecho del mundo a hacerlo.

Aunque, siendo ese hombre Levi, todo era posible.

El Comandante se reclinó en su asiento. Solo por la mirada del moreno, más fría de lo habitual, intuía que la conversación no sería agradable. Y por pocas ganas que tuviera de hablar con nadie sabía que con Levi ordenarle que se marchara no iba a servir de nada.

Lo mejor sería atender sus peticiones y, con suerte, que todo acabara pronto.

- ¿Qué puedo hacer por ti, Levi? –preguntó, cordial.

Sus buenas maneras no sirvieron para que Levi dejara de asesinarle con la mirada.

- Cuando te conocí pensé que no podías ser un simple mortal. Siempre adelantándote a cualquier imprevisto o con un plan que aprovechaba todos los contratiempos que teníamos... Incluso fuiste capaz de derrotarme. -chasqueó la lengua en señal de desagrado y entrecerró los ojos hasta convertirlos en dos rendijas- Ya sé cuál es tu problema: Eres un monstruo.

A Erwin le sorprendió el discurso del Cabo Levi, tanto porque se hubiera atrevido a decirle algo así a la cara, como porque hubiera empleado tantas palabras. Y precisamente porque se veía lo molesto que estaba, además de porque no dejaba de haber dicho la verdad, le dio la razón guardando silencio.

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