La llegada a la Capital del Cuerpo de Exploración y la Policía Militar fue anunciada por todo lo alto. Hacía mucho tiempo que los soldados comandados por Erwin no recibían tan calurosa bienvenida, más acostumbrados a ser abucheados cuando todavía estaban llorando a sus muertos. Y aunque sabían que la mayor parte de esos vítores iban dirigidos a los soldados de la Policía Militar, sentaba bien recibir apoyo de vez en cuando.
Los que más contentos estaban, y con diferencia, eran los integrantes del nuevo cuerpo especial que habían sido los elegidos entre los elegidos para estar bajo las órdenes directas del Capitán Levi: Eren, Mikasa, Armin, Sasha, Jean y Conny. Y aunque ello también significara estar casi las 24 horas del día con un hombre que imponía más que los propios titanes, sabían que eran unos afortunados por el simple hecho de verle en acción.
Si ya tenían claro que el Capitán Levi era el mejor de los mejores, en los últimos días habían descubierto que directamente parecía de otro mundo y que jamás podrían estar a su altura. Si acaso Mikasa Ackerman podría acercarse ligeramente a su nivel, pero sólo tras mucho esfuerzo.
No obstante, por desesperante que fuera descubrir que había alguien tan por encima de ellos, poder trabajar codo con codo con una auténtica leyenda en vida era todo un honor. Y que incluso el Capitán les felicitara por su trabajo (solo ocurrió una vez, la última noche de la expedición) consiguió que estuvieran todo el viaje de regreso con una sonrisa de satisfacción que nadie podría borrarles en años.
O eso es lo que creían...
Fue poner un pie en la Capital y todo comenzó a torcerse.
De entrada, los ánimos que había entre los altos mandos del Cuerpo de Exploración contrastaban con la calurosa bienvenida. Pese a estar siendo vitoreados por los ciudadanos el Comandante Erwin permanecía impasible, la mirada al frente y sin hablar con nadie. Y a su lado Mike y Hange preferían mirar al suelo para no tener contacto visual con su Comandante, lo que volvería la situación aún más incómoda.
El culpable de esa tensión entre compañeros era el hombre que trotaba al lado de Smith, el Comandante Nile Dawk. Un hombre que se había convertido en la sombra de Erwin para desgracia del hombre más menudo que cabalgaba tras ellos.
Levi no había vuelto a hablar con Erwin desde aquella conversación nocturna. Y lo peor es que aún no tenía muy claro si era porque seguía enfadado con él o justo lo contrario y estaba intentando hacer lo que pedía: dejarle vía libre para que hiciera lo que fuese que pretendía hacer, demostrándole que se fiaba de él.
Fuera como fuese, Erwin no le había dicho nada, ni para bien ni para mal, por lo que supuso que lo mejor era seguir como hasta ahora y esperar a que fuera él quien iniciara el próximo acercamiento.
Con lo que le gustaba a Levi estar a la espera....
El Capitán apretó con más fuerza las correas de su montura hasta el punto de que sus nudillos se quedaron blancos y siguió mirando al frente, ansioso por llegar al cuartel y perder de vista a Nile por un rato.
Hacía tiempo que no viajaba a la Capital. Le traía demasiados recuerdos de cuando vivía bajo tierra. Y tener que ver a esos cerdos presuntuosos, más preocupados por engordar sus estómagos que por salvar la vida de los ciudadanos que se morían de hambre, no era su idea de una visita agradable.
Sí. Se podría decir que Levi estaba ansioso porque esa visita oficial acabara pronto y que las palabras de Erwin, "pronto todo volverá a la normalidad" se hicieran reales.
Lo único que le alegraba un poco era comprobar que el Comandante de la Policía Militar, el que más tendría que estar disfrutando de aquel recibiendo propio de héroes, era quien más cabreado parecía estar.
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El Pacto
FanfictionErwin Smith y Levi acaban de conocerse. Sus fuertes personalidades, con un carácter muy marcado y donde ninguno está dispuesto a ceder, harán que su relación sufra constantes altibajos y ambos se vean perjudicados por la situación. Pero por el bien...