Capítulo 4

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Sabes que, si tienes una incomodidad acerca de todo y nada, puedes llamarme y controlaré a este cerebro de paja -revolvió el cabello de Harry mientras Draco reía con el comentario de Hermione y se iba por la puerta -hasta luego Draco

Draco no cabía aun en lo que pasaba, tenía la sonrisa congelada, no lo podía creer, al fin se alejaba de todos, si, extrañaría a Minerva, ya que era con la única que se llevaba lo suficientemente bien, los demás podían pudrirse ahí mismo.

Se sonrisa menguó y sus mejillas se coloraron, tapándose inmediatamente el estómago y tragando grueso, escucho la risa de Potter, lo ha de creer un niño anoréxico

¿quieres ir a comer? Escuche que hay un lugar por aquí cerca -le indicó con el dedo pulgar hacia atrás, en señal en lo antes dicho

Ve y así se conocen mejor -le sonrió Minerva -y aliméntalo bien que pesa menos de 90 -ya casi aventándolos de su despacho agrego -estoy muy contenta, acá te veo Draco



Era algo, incomodo, no habían hablado desde que habían salido hasta llegar a una cafetería/restaurante.

Draco mantenía silencio más que nada, porque nunca había viajado con sus ojos más allá del portón del orfanato, aunque la distancia hasta el lugar no era tan lejos, Draco veía, memorizaba y saboreaba cada sensación, olor y paisaje que se le presentaba, aún estando quieto en su asiento del auto, no pudo evitar abrir la boca solamente para decirle a Harry que quitara el aire acondicionado pues abriría la ventana, estaba maravillado.

¿Cómo te sientes? -le había llegado de repente que casi la escuchó cuando salió de su ensimismamiento y cuando lo hizo bien arrugo el gesto extrañado

Bien... supongo -siguió partiendo con lentitud su pedazo de carne y hundiéndola en la salsa blanca que tenía, con el ceño fruncido por rara pregunta

¿Qué piensas sobre mí? -demonios, Draco era algo malo para mentir, consideraba que todos le daban igual, pero Harry no tenía que escuchar aquello

Eres... una persona que... pues... muy especial -se escuchaba mejor en su conciencia

¿Cómo así? -le miro confundido, por qué él tenía que hacer tantas preguntas
Pues, porque, me adoptaste por... excluir mi expediente -cuando termino Draco lo miro, veía que ese cuestionamiento iba a ser largo

Lo lamento no lo leí, solo me hablaron que un niño tenía que ventilarse de un ambiente que no lo dejaba progresar -se alzó de hombros -pero me pica la curiosidad ¿cómo es tu expediente? -entrecerró los ojos.

Draco haciendo acopio de su paciencia, por tal impulsiva acción, se sintió triste, pensaba que alguien estaba dispuesto a quererlo no solo adoptarlo como un perro, no tenía nada contra ellos, pero esto era más vergonzoso, que las personas que lo intentaban adoptar solo por tenerlo y que el mismo dijera que estaba muy agradecido por la ayuda, le paso dos veces, pero sin dudas esto era peor, estaría de más mencionar lo que Harry exhibió y no supo si lo hizo a propósito o simplemente es como su facha, descuidado, porque igual fue el motivo de las demás adopciones, lastima.

Solo, malos entendidos -trató de recomponerse inmediatamente, no sería tan obvio con alguien extraño, volviendo la vista a su plato

¿Cómo cuáles? -hizo una pausa para tomar de su bebida

Minerva lo tiene -respondió ya firme

No lo veía, no levantaba la vista de sus trozos de carne, mientras comía despacio y pausado, escucho el suspiro de Harry, si seguía así, Harry lo devolvería y no iría a la escuela, decepcionaría a Minerva y dañaría todo tu futuro, aunque la culpa la tenía Harry
Me contaron que te apasiona leer -sintió la mirada en él, sin más Draco asintió- ¿Qué géneros te gustan? -se removió en su asiento, Draco se alzó de hombros

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