Suelto un suspiro mientras veo los papeles de nuevo. Era demasiado dinero. No podría costearlo.
— ¿No hay nada que pueda hacer para obtener un descuento? — pregunto angustiada. — Mi padre realmente necesita este tratamiento.
— Hay un hombre, un amigo mío, su nombre es Mark Lynch. Tiene una tarea para una mujer hermosa y capaz de dar vuelta la vida de un hombre, creo que tú eres la indicada. — comenta el doctor Jekins.
— ¿Qué tengo que hacer?
Busca algo en su escritorio y me tiende una tarjeta, la leo y sonrío levemente.
— Me reuniré con él. Su hijo va a mi instituto. — afirmo. — Sea lo que quiera, se lo daré.
Él asiente y yo me levanto para irme, pero su voz me detiene justo cuando estoy agarrando el pomo de la puerta.
— Laura, no te enamores.
— Mi corazón no late por hijos de puta. — respondo, para después irme de allí.
Camino por los pasillos, intentando procesar los últimos diez minutos de mi vida. Oh, jodida mierda.
Mi padre, Damiano Marano, ha sido diagnosticado con cáncer hace tres meses atrás y al estar demasiado avanzado su tratamiento costaba una fortuna. Fortuna que mi madre se encargó de quitarnos.
Mis ojos se llenan de lágrimas cuando salgo del hospital y muerdo mi labio para evitar llorar. Estos últimos meses habían sido una auténtica mierda.
Miro la tarjeta, en donde está el contacto de Mark Lynch, y decido llamarlo de una vez por todas. Al tecer timbrazo, atiende.
— Mark Lynch. Buenas tardes. — saluda.
— Buenas tardes, señor. Soy Laura Marano, su amigo, el señor Jekins, me ha dado su contacto ya que ofrece una recompensa a la mujer que pueda enamorar a su hijo.
— Ya veo... ¿Estás libre en treinta minutos?
—Si.
— Nos vemos en el bar Roxy's. Sé puntual.
— De acuerdo. Ahí estaré. — afirmo, y él corta la llamada.
Suelto un suspiro y me subo a mi auto. No iba a mentir, estaba nerviosa y aterrada. Esta no soy yo. Pero las personas tomamos medidas desesperadas al encontrarnos en situaciones desesperadas.
Llego exactamente media hora después, provocando una sonrisa ladeada en el señor Lynch.
— Toma asiento, por favor. — me pide, y yo obedezco.
— Señor... — comienzo a decir, pero él me interrumpe.
— Dime Mark, por favor. Así que eres Laura Marano... La misma Laura que ha golpeado en las bolas a mi hijo, ¿verdad?
Mi cara toma color y bajo la mirada. Jodido Lynch. Eso había sido ayer. Ross es un mujeriego, cerdo y un gran hijo de puta, tenía bien merecido ese golpe.
— Intentó besarme. — me excuso.
— Me gustas, Laura... Eres la primera chica que lo rechaza. Es por eso que quise reunirme contigo, sinceramente me ha sorprendido tu llamado ya que pensaba que lo último que querías era pasar tiempo con mi hijo.
— Es lo último que quiero, pero mi padre se está muriendo y necesito el dinero para salvarlo. Si enamorarlo y dejarlo, si romperle el corazón, es la solución a mis problemas entonces lo haré. No me enamoraré de Ross, eso téngalo por seguro.
— ¿Por qué estás tan segura?
— Ya he salido con hombres como él y han roto mi corazón. No necesito más lágrimas en mi vida. Me iré al finalizar el verano, en ese momento dejaré a Ross.
— Ya veo... Bueno, ciertamente me tienes encantado y mi esposa adorará tenerte en nuestra familia. ¿Cuándo tiene que empezar el tratamiento tu padre?
— Lo más pronto posible.
— Yo costearé todo su tratamiento, me pondré en contacto con su médico esta misma tarde. Para la próxima semana, tu padré ya estara siendo atendido.
Mis ojos se llenan de lágrimas de alivio. — Mark, muchas gracias... — susurro, y él me da una sonrisa cálida.
— Eres una buena chica, Laura, y para que estés haciendo esto... Se nota que estás desesperada.
— ¿Por qué quiere romperle el corazón a su hijo?
— Porque es demasiado blando en el fondo, y quiero que lo metas en mi negocio. Quiero que lo convenzas de entrar en mi empresa y lo hagas fuerte. Una vez que lo enamores, él hará todo lo que tú creas que es correcto... Y cuando le rompas el corazón, él será frío y fuerte.
— Ya es frío y fuerte, Mark. Es un hijo de... — recuerdo que su madre es la esposa de él. — Una hermosa y dulce madre.
Mark se ríe y niega con la cabeza.
— Lo sé, pero es solo una apariencia. En realidad, no quiere entrar en mi empresa porque cree que somos unos hijos de puta que dejamos sin hogares a cientos de familia. Pero él no entiende que para ser poderoso, se tiene que tener a las personas en la palma de tu mano.
— De acuerdo, lo enamoraré y lo romperé.
— Buena chica. — me apremia, para después darle un sorbo a su bebida.
Suelto un suspiro y me despido de Mark, no sin antes agradecerle por ocuparse del tratamiento de mi padre.
Podría hacer esto.
Yo rompería el corazón de Ross Lynch.

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Break Him (Raura)
RandomUna misión. Enamorarlo antes de terminar el verano. Una recompensa. Diez millones de dólares en efectivo. Dos personas. Laura Marano y Ross Lynch. Laura, desesperada por salvar la vida de su padre, está dispuesta a todo incluso si eso es romperle...