Capítulo 10

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Final

Dos años después...

Ross

— Señor Lynch, su padre quiere saber si irá a cenar esta noche. — dice mi secretaria, mientras veo unos papeles.

— No, no iré. — respondo.

Mónica suelta un suspiro y se sienta en frente mío, dejo mis papeles y la miro.

— No puedes seguir ignorando cada cena familiar solo porque Laura también irá. ¿Por qué la dejaste? ¿Tienes miedo a que te odie? ¿Tienes miedo a descubrir que ella ya no siente lo mismo que tú?

— No lo sé, Mon. No estoy listo para verla, no puedo... Fui un cobarde.

— Oye, ahora estás mejor. Las cirugías sirvieron y te dijeron que estás libre de cáncer, ¿no crees que es hora de decírselo a Laura?

— Su padre se murió de cáncer, Mon.

— ¿Y? Eso no quiere decir nada. Tú sobreviviste, y creo que lo que hiciste por ella fue algo muy dulce y bueno. Soportaste dos años lejos de ella solo para no verla sufrir y no ser una carga para ella, es hora de volver a su lado.

— Tiene pareja. — digo. — Estoy seguro de que tiene una pareja. Una mujer tan perfecta como ella no queda sola ni por dos meses.

— Si, los hombres la codician. — acuerda conmigo. — Pero para estar en una relación, ella tiene que querer estar con un hombre. ¿Cómo sabes que su corazón no te pertenece aún?

— Porque jamás me perteneció. — respondo, antes de recoger mis papeles y levantarme.

— Ve a la cena, yo te acompañaré.

Suelto un suspiro y asiento. — Te recojo a las siete.

Ella sonríe ampliamente, besa mi mejilla y se marcha. Niego con la cabeza riendo. Mónica ha sido mi secretaria desde que ingresé a esta empresa, pero también se ha convertido en mi mejor amiga.

Me paso todo el día pensando en aquella castaña con ojos marrones. Jamás había dejado de extrañarla. Estos dos últimos años habían sido realmente duros para mi, entre el diagnóstico, las cirugías y la distancia con Laura.

Nadie entendía cómo pude perdonarla depués de que me haya engañado y mentido, pero ellos no sabían que yo conocía a Laura desde que éramos niños, que yo era su mejor amigo. Sabía que todo lo que hizo fue para su propio bien y el de su padre, realmente la comprendía. Pero no estaba seguro de si ella podía amarme como yo lo hacía.

A las siete de la tarde, paso a recoger a Mónica. Ella tiene un vestido verde sencillo y su cabello recogido, le sonrío. Le sentaba bien con su cabello rojizo.

— Estás hermosa, Mon. — le digo, y ella me dirige una de sus sonrisas.

— Lo sé, gracias por recordarmelo.

Río y niego con la cabeza, suelto un suspiro y me dirijo a la casa de mis padres. En el camino, ninguno de los dos habla demasiado ya que yo estaba nervioso y Mónica lo sabía por lo que respetaba mi espacio.

— Llegamos... — susurra.

— No sé si esto es una gran idea... Tal vez deberíamos irnos. ¿Pizza y netflix?

— Suena muy tentador, pero adoro a esta chica y creo que harían una gran pareja. Ahora vamos. — manda.

Suelto un bufido y la sigo a la puerta de la casa de mis padres, toca el timbre por mi y yo la fulmino con la mirada por no darme un minuto más.

 Break Him (Raura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora