Cap.1 (Parte III) - Feliz Cumpleaños

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Patty vio salir Priscilla de su oficina, volvió la mirada a su monitor para seguir revisando su Bandeja de entrada. Iba a contestar el primer correo cuando comenzó a sonar la música de Marcos a través de los parlantes distribuidos por el primer piso de la editorial. Ella cerró fuertemente los ojos, inclinó hacia atrás la cabeza y lanzó un silencioso "porqué" hacia el techo.

La regla decía que cada semana se realizaba un sorteo entre los miembros del equipo de la editorial, de los que trabajaban en el primer piso, y los premiados tenían el derecho a colocar la música para disfrute de todos. Normalmente, Patty gustaba de las canciones que los chicos ponían, pero si había algo que a Patty no le gustaba era, definitivamente, la bossa nova. Mucho menos, la bossa nova con covers de canciones que a ella le encantaban en su forma original.

Así, un ritmo carioca ligero y armónico, acompañado de una suave voz femenina y elegante jazz se difundió por las paredes de la editorial, cantando "Viva la Vida" de Coldplay. "Oh, no..." pensó Patty, "cualquiera excepto Coldplay". Estaba a punto de colocarse los audífonos cuando Karime tocó la puerta.

―Adelante. ―Una muchacha en silla de ruedas entró en la oficina. Llevaba una blusa larga a tiras color gris claro, adornado con una media luna y seis estrellas dibujadas en trazos negros que acompañaban la frase "Keep calm and read Prisma".

―Jefa, te quería entregar los bocetos que hice ayer sobre los oshones de Prisma, ―Karime se acercó con la silla hacia el escritorio con un poco de dificultad y cuando Patty iba a pararse para ayudarla, la detuvo diciendo ―no, no te preocupes, solo es que ayer hice muchos ejercicios con los brazos y hoy me están doliendo un poco.

Le entregó su block de dibujo y mientras Patty los revisaba, Karime movía la cabeza de lado a lado, escuchando la bossa nova de Marco.

―¡Hey! Están buenísimos. Me gustan, sobre todo las marcas de lucha en la espalda. Bastantes sutiles. Están muy buenos. ¿Ya los vieron arriba?

―No, aún no. Quería mostrártelos primero a ti. Tengo miedo de que no les guste mi trabajo.

―No es tu trabajo, ―Patty cerró el block, estiró los brazos para entregárselo de vuelta ―estás capacitándote y practicando. Tu trabajo principal sigue siendo Jefa del área de Atención al Cliente.

―Sí, yo sé... pero sabes que quiero hacer esto. He soñado siempre con hacer esto. Me encanta dibujar.

Había un brillo en los ojos de Karime que Patricia conocía muy bien. Uno que solo lo tienen los que aman lo que hacen, tienen y se nota de forma obvia cuando hablan de ello.

―Lo sé, Kari. Hagamos algo, muéstraselos arriba a Marjory y veamos qué me dice en un rato.

―Dale. ―La muchacha colocó los bocetos sobre sus rodillas, dio la vuelta con la silla de ruedas, comenzó la marcha y antes de retirarse, volteó ligeramente y preguntó. ―¿Jefa?

―¿Sí?

―Este año... en cuanto al aniversario...

―Sí, sí ―interrumpió Patty ―, ya lo sé... haremos algo diferente este año.

―Sí... es que la vez pasada no nos fue muy bien.

―Ya lo sé. ―Patty suspiró, sonriendo ligeramente. ―Será algo más sencillo, te lo prometo.

―Gracias. Ya no la molesto.

―Nunca lo haces... ―Y la chica regresó a su Bandeja de entrada.

En las tierras lejanas de Prisma, una elfa miraba el horizonte desde lo alto de la torre sur del castillo. Estaba ansiosa y preocupada. Ya serían cinco lunas desde que su padre, el Rey, fuera a las tierras prohibidas de Tarkan, buscando señales del retorno de la bruja Cilivren. Esta era la tercera vez que su padre salía con la comitiva de elfos alados de su Guardia Real y si no regresaban esta noche, sería entonces la más larga campaña ya.

Prisma : Se busca magoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora