Sin ti - Creek - Tweek x Craig

Día 0 -Prologo-

 «Es el ultimo»  Se obligó a pensar mientras daba la ultima pitada al cigarrillo que yacía entre sus dedos congelados; y en un suspiro cansado soltó la sustancia que se encontraba retenida entre sus pulmones y labios. 
Tenía la mala costumbre de no tirar el cigarro hasta que no le quemara los dedos o la garganta herida por aquella mezcla desagradable de frío y humo; quizás era por el miedo que le generaba quedarse sin aquel preciado químico que le desgastaba el cuerpo, o por su más profundo instinto de avaricia. 

Sabía tenía que dejar aquel habito, "no me gusta el olor" era lo que Craig le decía usualmente, y aunque se había prometido a sí mismo que no iba a volverse adicto, la nicotina lo terminó consumiendo más de lo que la cafeína lo había hecho en un pasado.
Arrojó la colilla desde su ventana, intentando hacer que cayera lo más alejada posible de la entrada de su casa, porque prefería ahorrarse la discusión con sus padres.

Estaba cansado tanto mental como físicamente, pero aun así se se sentía completamente incapaz de cerrar sus ojos y dormir. Estaba ansioso, y aunque generalmente la nicotina resolvía ese tipo de problemas, esta vez era diferente, y esto, probablemente, debido a la naturaleza de su ansiedad. 
En intentos desesperados de conseguir su propósito, había cumplido con rituales que algunos llamarían estúpidos, pero que para él, que no guardaba ni una pizca de esperanza, eran mejor que nada. 

Sacó el teléfono del bolsillo de su pantalón con exasperación, miró la hora que se encontraba en la pantalla, y rápidamente su rostro cambio por completo a una mueca de disgusto. Se había pasado un minuto, y si algo sabía del 11:11 es que es preferible no desear nada a hacerlo tarde, o por lo menos, esa era la teoría que había desarrollado tras meses de incontables fracasos. 

Se tiro a la cama, haciendo que la misma crujiera bajo su cuerpo, miro el techo, con aquellas estrellas fluorescentes que había pegado con Craig alguna vez cuando aun eran niños. 
«Lo extraño» Fue lo único que se digno a pensar sobre él. No quería arruinar aquel recuerdo tan puro y bello que se encontraba en su cabeza, pero la realidad era que, en parte —más bien en gran parte— añoraba todo aquello que habían descubierto juntos tiempo atrás.

Cerró los ojos con fuerza, intentando evitar alguna de sus insignificantes lagrimas se escaparan, pero era imposible, una vez que lo recordaba no paraba hasta que sus lagrimales quedaran completamente secos. 

A veces —por no decir bastante seguido—, desperdiciaba noches enteras llorando su amor perdido, pero sabía perfectamente que su dolor no iba a cambiar absolutamente nada.

Abrió la caja grande de Marlboro, la escritura a sus laterales rezaba "tu peor enemigo", aunque en aquellos días donde la ansiedad lo inundaba lo veía como su único amigo.
Tomó un cigarro, lo prendió con lentitud y dio una gran pitada, saboreando hasta la ultima pizca de humo que pudiera conseguir con una sola respiración.