Día 2

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Abrió los ojos de golpe, estaba asustado, nervioso y sudado, todo esto porque, nuevamente, había soñado con él.
Estaba cansado de todo aquello, de soñarlo, de extrañarlo, de pensarlo, de anhelarlo, de desearlo, pero por sobre todas esas cosas, estaba cansado de amarlo. 

Desde que Craig había muerto su vida se había convertido en su propio infierno terrenal. Todo lo que hacía, sentía o pensaba, terminaba, tarde o temprano, recordandole que no podía ser feliz, por lo menos no sin él. ¿Como fue que llegó a ese punto? 

Se sentía enfermo, y lo único en lo que podía pensar era en soltar las cadenas que Craig había atado con tanta fuerza y precisión a su pecho. Aunque sabía que era completamente incapaz de hacerlo.
Se aferraba con fuerza al recuerdo de su difunto novio; a todo lo que habían hecho juntos, y a la esperanza de volver a verlo —aún sabiendo que esta ultima era imposible—. 

Se odiaba, se había convertido en un ser completamente dependiente, sin el morocho su existencia perdía completamente el sentido; todos los que alguna vez fueron sus planes a futuro se desmoronaron de golpe. Aquello había sido un sismo a gran escala, y lo peor de todo era que no tenía ni la más remota idea de como reconstruirse a sí mismo. 

Rápidamente la ansiedad se apoderó de él, le dolían las piernas, sentía el pecho apretado y le temblaban las manos; en resumidas palabras, su cuerpo le pedía a gritos nicotina, por lo que, en un movimiento que denotaba desesperación, se levantó de la cama y busco los cigarros.

Si existía algo que no podía evitar era, sin duda alguna, el divagué que sufría cada vez que fumaba.
Mientras sus pulmones eran consumidos por las toxinas, su cerebro le recordaba que tenía que matar la soledad de alguna manera, aunque eso significara simplemente pensar. Y fue en ese momento critico que se dio cuenta de que no se odiaba a sí mismo, lo odiaba a él. 

Craig lo había abandonado por completo, había decidido esfumarse, aún cuando sabía que lo necesitaba. Ahora eran los demás quienes debían lidiar con ello, pues él estaba cubierto por kilos de tierra y flores. 

Tenía mil y un adjetivos para describir lo frustrado, triste y enojado que estaba, y tendría varios más si no hubiera sido por su teléfono, que, con el exasperante sonido de las notificaciones, lo había alterado más de lo que ya lo estaba. 

Dejó el cigarro en el cenicero y extendió su mano para luego quedar completamente confundido por lo que sus ojos presenciaban. Era un mensaje de Craig.

En medio de un transe, trató, bruscamente, desbloquear su celular. Con la mirada fue recorriendo el muro de notificaciones hasta que lo encontró, realmente podía afirmar que aquello era un mensaje. 

Abrió WhatsApp desesperado y leyó, inconscientemente, en voz alta, el "te extraño" que se encontraba en su pantalla. 

La definición de miedo que se encuentra en el diccionario es "Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario", y sin duda alguna, eso era exactamente lo que sentía en aquel momento.



Sin ti - Creek - Tweek x CraigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora