El día transcurrió con naturalidad, no hizo nada fuera de lo común, más allá de, claramente, hablar con Craig.
Sin embargo tampoco habían sido conversaciones muy relevantes. Y es que la realidad era que estaba asustado; quería contarle todo, especialmente cuanto había deseado que algo así sucediera, sin embargo, no quería preocuparlo con cosas que no podría resolver. No tenía las fuerzas para explicarle al alma en pena de su novio todo lo que había sufrido, que desde que él había muerto, su vida se convirtió en un mismísimo infierno.
Se sentía culpable, pues ni siquiera se atrevía a decirle cuanto lo amaba, porque sabía que no podría contenerse; así que engulló sus palabras, e intento mantener una conversación normal.
Pero era evidente que el rubio había recuperado parte de la esperanza que mantenía cuando su novio aún seguía con vida; y al parecer, fue lo suficientemente evidente como para que su madre, quien hacía meses no sabía como tratar con su hijo, notara un gran cambio en su estado de humor.En cuanto entró a su casa, se abrió paso hacia su habitación, sin embargo su madre lo detuvo en el primer escalón hacia el segundo piso.
—¿No me vas a saludar? — Preguntó la Señora Tweak al ver que la había esquivado completamente; no obstante, se llevó una sorpresa. El rostro de Tweek no era el de siempre, tenía un brillo particular, como que si hubiera recuperado el color en la piel —. ¿Te pasó algo?
—Hola... —Se limitó a decir el más joven, e hizo una pausa antes de continuar —.Nada en particular —A pesar de aquella respuesta tan vaga y para nada especifica, la Señora Tweak conocía a su hijo, y estaba más que segura de que, al menos, no había tenido un mal día.
Después de esa pequeña interrupción, continuó con su corto recorrido, y en cuanto llegó a su cuarto, tiró la mochila al suelo, se sentó a los pies de la cama y prendió la pantalla del celular.
—¿Estas ahí? —Cuestionó en voz baja, intentando no ser escuchado por su madre. Casi al instante, la pantalla de su celular, que ya estaba oscureciendo, se volvió a encender.
"Si, tampoco creo que me pueda ir muy lejos"
Por alguna razón, el rubio no estaba interesado en saber todo el funcionamiento de la vida fantasmal, quizás porque estaba desbordado mentalmente; en un corto periodo de tiempo habían pasado un millón de cosas, ninguna realmente fácil de entender. Aún así, era la primera vez en meses que estaba tan tranquilo. Nuevamente sentía que la paz le recorría el cuerpo, y su cerebro no resumía todo pensamiento a una angustia constante. Sin embargo, asumió que Craig esperaba que preguntara, y por el cariño que le tenía al espíritu que lo había acompañado durante los últimos dos días, contestó con la voz baja, casi en un susurro:
—¿Por qué? Pensé que podrías hacer lo que quisieras.
"No es tan simple, creo que estoy atado a ti, o quizás al celular. No me queda del todo claro como termina de funcionar. Yo también pensé que podría hacer cualquier cosa, pero al parecer estoy más limitado de lo que pensaba"
Tweek no sintió la necesidad de indagar más en el tema, porque hicieran lo que hicieran, probablemente no podría descubrirlo, por lo que se quedó en silencio unos minutos. No era porque no supiera que decir, sino porque en su cabeza, Craig estaba a su lado, recostado en la cama, mirándolo de reojo, y esperando a que lo acompañara, para poder acurrucarse durante horas. Su rostro se enrojeció, y siento un calor descomunal brotando de su cuerpo. Y fue entonces, cuando Craig mandó otro mensaje:
"No te lo había dicho hasta ahora, y la verdad era porque no sabía si te seguías sintiendo de la misma forma, pero te amo."
Tweek releyó el mensaje al menos unas tres o cuatro veces antes de contestar, sin embargo, Craig volvió a escribir.
"Esta bien si ya avanzaste y seguiste con tu vida, mi mayor deseo es que puedas seguir siendo feliz aún si no estoy. Pero necesitaba decirte que yo aún te amo, tanto como el día en el que me fui"
Los ojos se le llenaron de lagrimas. Nunca pensó que podría leer algo así nuevamente, y aunque deseaba desde lo más profundo de su corazón, poder escuchar esas palabras con aquella voz que tanto lo enamoraba, no podría pedir nada más. Se sentía completamente satisfecho.
En los últimos meses se había visto obligado a acostumbrarse a la falta de cariño, y aunque no quisiera admitirlo, los mensajes de Craig eran como un mimo al alma, una dulce caricia a su autoestima derrotada, y a la falta de amor propio que le había generado perderlo.
En aquel transe de sus sentimientos alborotados se dio cuenta de que no quería guardarse las cosas para él. Por primera vez desde que Craig había muerto, sentía que tenia la oportunidad de liberar aquel peso que cargaba en el alma.—Te amo. —Exclamó sin rodeos. A continuación, tomó una gran bocanada de aire, y se lleno de valor—. La realidad, es que que te amé, te amo y te amaré tanto, que no puedo seguir.
El ambiente en su habitación cambió por completo en un segundo, el aire se congelo de repente, y el oxigeno parecía haber desaparecido, porque cada vez le costaba más respirar.
—No puedo seguir... — Sollozó mientras se cubría el rostro con las manos. —¿Qué se supone que haga sin ti? Estaba todo planeado... —Con cada palabra iba subiendo más el volumen, hasta que finalmente terminó gritando —.¡Habíamos planeado todo, Craig! La boda, la casa, los hijos... Todo, absolutamente todo.
En cuanto pronunció aquellas palabras se arrepintió. Ya sabía que no era la culpa de Craig, y que él nunca lo hubiera abandonado por gusto; sin embargo, estaba tan frustrado que no pudo evitarlo. Y es que le resultaba completamente injusto, que de todas las personas en el mundo, fuera su novio quien había muerto.
Le pesaba el cuerpo entero, y una puntada de dolor atravesó su pecho; respiraba con dificultad, y sus extremidades temblaba al son de sus gritos ahogados. Le dolía en el alma que Craig estuviera muerto, y de haber podido tomar su lugar, lo hubiera hecho una y mil veces.—Es tan injusto. —Susurró ahogándose en lagrimas. —Te necesito tanto...
No llegó ningún mensaje, sin embargo sabía que él estaba ahí. Las luces se apagaron como por arte de magia, y una calidez prácticamente indescriptible inundo su cuerpo. Sintió todo el amor de Craig en su representación más cercana a un abrazo.
Entre lagrimas y jadeos de agotamiento, el calor que aquella alma en pena le entregó, lo acurrucó con cariño. Tweek cerró los ojos lentamente hasta finalmente dormirse, recordando todas las tardes en las que se abrazaban bajo los rayos de sol que entraban por su ventana."Buenas noches, mi amor"
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Sin ti - Creek - Tweek x Craig
FanficCraig se había ido. Después de tantos años juntos, después de haber soñado todas las noches con su futuro, después de todo, Craig se había ido.