Día 8: Comunicación

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Lo había hecho, finalmente había admitido en voz alta todo lo que había estado viviendo durante los últimos meses de su vida, y de cierto modo, le había sacado un gran peso del pecho, sentía que podía volver a respirar en paz. 
Se quedó en silencio un par de minutos mientras se recostaba lentamente en su cama y cerraba sus ojos. 

—¿Te acordás de aquella vez que pensamos en escaparnos de casa? —. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro mientras hacía memoria —. Lo habíamos decidido exactamente un par de horas antes. Agarramos nuestras mochilas, la consola y nuestros ahorros, y pensamos que, con 16 años, sin terminar los estudios, y sin ningún tipo de independencia económica o experiencia de trabajo íbamos a vivir perfectamente... 

Hizo una pequeña pausa como esperando la respuesta de Craig, sin embargo, esta nunca llegó, por lo que decidió terminar de contar la historia, al menos, para sí mismo. 

—Y cuando estábamos esperando el autobús, que vale aclarar que no sabíamos ni siquiera a donde queríamos ir, me miraste a los ojos y me dijiste: «Lo único que necesito para vivir feliz, sos vos» —. Suspiró profundamente y abrió los ojos, como esperando encontrarse con Craig cuando lo hiciera —. Al final nos tomamos un autobús hacia un pueblo incluso peor que este, y terminamos volviendo a casa. Pero por más que todo aquello hubiera sido una pelotudez, fue uno de los días más felices de mi vida... Todavía me acuerdo hasta de las canciones que escuchamos mientras caminábamos intentando descifrar donde estábamos, me acuerdo de tu rostro de desesperación cuando te diste cuenta de que no teníamos señal como para llamar a nuestros padres para pedir ayuda, todavía me acuerdo de cómo me apretaste la mano convenciéndome de que todo eso era una fantástica idea, solo que lo habíamos planeado mal. Y es que la verdad, por más que intente pensar en algo malo de nuestra relación... Algo malo de vos... Lo único en lo que puedo pensar es que todo momento en el que estuve contigo, fui feliz. Incluso cuando me convencías para hacer ese tipo de idioteces —. Tomó un respiro y se dio vuelta en la cama, quedando de costado, así podía ver la pantalla de su celular —. Así que, Craig, no esperes que haya sido feliz, no esperes que te haya superado, y no esperes que esto lo haga más fácil. Porque la verdad, es que, aunque me quisiera morir, me había adaptado a la idea de que estaba solo, y que hayas vuelto no me deja la más mínima esperanza de poder olvidarte, o de superarte, o de dejar de amarte. 

Se levantó de la cama y se vistió lentamente, no había conseguido respuesta ninguna por parte del espíritu. No sabía si lo estaba ignorando o si simplemente no quería responder, pero fuera lo que fuera, no pensaba dejar de lado la honestidad con tal de alegrarlo, pues la realidad era, que, aunque lo amara con toda su alma, en el fondo de su corazón se concebía lentamente una amargura inexplicable, que lo hacía sentirse aún más culpable y despreciable que antes de que volviera. 

Dejó su cuarto y cerró la puerta al salir, no sin antes tomar una mochila y guardar en ella un montón de cosas que sentía necesarias. 
Bajó las escaleras lentamente, y observo el triste aspecto de su hogar, aquel que alguna vez tuvo la alegría de una familia clase media-alta, con un hijo completamente dedicado a su futuro en las artes y dos padres trabajadores que lo único que buscaban era poder jubilarse e irse a una cabaña frente al río. No obstante, aquellos sueños y esperanzas cada vez se veían más y más lejanos. De un momento para otro, lo único con lo que soñaba Tweek era dejar de sufrir, y su madre, quien antes trabajaba un futuro tranquilo, ahora lo hacía para devolverle la sonrisa a su hijo. 

Recorrió la casa hasta llegar a la puerta principal, y cuando la abrió, escucho como su madre se acercaba apresuradamente a su encuentro. 

—Tweek, mi amor, ¿A dónde vas? —. Preguntó la mujer con preocupación. 

—Voy a pasear, necesito despejarme —. Respondió el rubio rápidamente, intentando evitar la angustia de su madre, pues la realidad era, que, aunque se sentía incapaz de quitarle la poca libertad que le quedaba a su hijo, cada vez que se iba, tenía miedo de no volver a verlo —. No te preocupes, mamá —. Musitó finalmente al ver la cara de disgusto de su progenitora. 

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2023 ⏰

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Sin ti - Creek - Tweek x CraigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora