Una Boda Navideña

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El 23 de Diciembre llego rápido y por primera vez en mi vida siento que el traje que llevo puesto me está cortando la circulación, toda la decoración del lugar, tener a un prefecto y un sacerdote a unos metros, hacen que mi cuerpo y mente recuerden que hoy es El Gran Día.

Hoy me caso con la mujer más hermosa, extrovertida y atrevida que Dios ha puesto en mi camino.

Todo termino siendo de color azul cielo y dorado, todo el jardín del lugar que hemos alquilado está decorado con esos colores, así como lo está el salón principal.

Nuestras familias, aunque no nos hayan conocido por completo están aquí presentes y a mi lado mi mejor amigo y padrino de la boda, a pesar de que me habla no logro escuchar nada.

Solo quiero que Perla entre y tome mi mano, necesito calmarme, la necesito a ella.

-¡Bien! por lo visto no reaccionaras...así que....ven conmigo- dice mi mejor amigo de pronto me toma de un brazo, como si fuese un niño pequeño. Llegamos a una habitación y el toca la puerta.

-¿Quién es?- es la voz de Valen.

-Cielo a Raúl le va a dar algo si no toca por lo menos la mano de perla- dice Carlos. Después de unos minutos la puerta se abre y nos dejan pasar, pero no veo a Perla.

-Está detrás de la cortina hermanito- dice mi hermana- pero no puedes verla Vestida de novia, así que cierra los ojos- hago lo que me ordena y me guía a algún lugar, siento como alguien toma mi mano.

-Raúl-Es la voz de Perla- no debes abrir los ojos- me recuerda, solo sentir su piel me calma por completo- ¿Podemos hacer una oración los dos antes de salir al altar?-su pregunta, me hace sonreír.

-Siempre, no importa el lugar o lo que hagas siempre puedes hacer una oración- Respondo y comienzo- Señor, te doy gracias por este Día, por tener a nuestra familia unida, en esta ocasión especial te pido nos cubras con tu manto y nos protejas de todas las cosas malas.- guardo silencio un segundo y escucho la voz de Perla.

-Acompáñanos y sé tú nuestro guía en este nuevo camino que tomaremos hoy, y ayúdanos a tomar las decisiones correctas, te pido que cuides del hombre al que hoy uniré mi vida y que seas y tú y solo tu señor quien decida sobre nuestras vidas.

-Pedimos tu bendición, protección y amor para nuestra familia. Y qué tú, solamente tú señor tengas el poder para separarnos- culmine la oración, sentí como apretaron mis manos y luego me rodearon sus brazos.

-Estas muy guapo mi gigante- susurro mi oído.

-Gracias- susurre, salimos de la habitación y luego de unos minutos, escuche el vals para Elisa sonar y vi entrar al pequeño cortejo entrar, incluyendo a mi pequeña Marianita.

De pronto suena la Marcha Nupcial y al girarme al fondo del jardín vi a la mujer más hermosa, con vestido Princesa Blanco, con mangas largas, cubiertas por pequeños toques de encaje, su cabello está recogido en un moño alto, pero con algunos rizos, bordeando su hermoso rostro, lleva una pequeña corona, que se perteneció a mi madre, y un velo, que aún no cubre su rostro, pero amo ver su rostro, esta hermosa, pronto la veo cerca y cuando llega al altar se acerca a mí y con sus delicados dedos, limpia mis mejillas de varias lagrimas que no sabía que corrían por mi rostro.

-No llores mi gigante o me harás llorar a mí- susurro.

-Estas Hermosísima Perla- susurre y me gane una hermosa sonrisa.

-Gracias- dijo ella, ambos nos giramos al frente, donde tanto el sacerdote como el Prefecto estaban presentes y listos para casarnos.

Después de un rato el padre nos pide decir nuestros votos.

-Llegaste a mi vida en el momento indicado- dije- llegaste a mi vida dándole color a todo, cambiando mi modo automático de trabajar en mi vida, porque cambiaste mi vida, me llenaste de travesuras, de ánimo y ternura, me recordaste lo hermoso que es la vida y lo hermoso de siempre tener esa compañía especial, ese amor que existe y muy pocos encontramos, gracias por recordarme y brindarme un amor para Dos.

-Llegaste a mi vida, para enseñarme y corregirme, me apoyaste en los momentos más duros de mi vida, pero lo más importante es que me enseñaste a amar, amar a Dios, amarme a mí misma, pero lo que más me ha llenado es que durante ese hermoso proceso, me enamore de ti, de tu carisma, de tus ánimos, de tu forma de actuar, te amo mi gigante.

Después de rato, ya estábamos casados los dos, existía, como dijo mi padre la cuarta señora Franco, lo que me hizo muy feliz, fuimos al salón principal después de la hermosa sesión de fotos, vi como salían las imágenes en la pantalla gigante dentro del salón.

Una, ella y yo tomados de la mano, una besándonos, una con el cortejo, una con la familia, pero cada una con su drama de forma chistosa, pero hubo una que llamo mi atención, estábamos ambos tomados de la mano con los ojos cerrados, y tras nosotros, los chicos del cortejo de igual forma por el fondo supe que fue tomada cuando estábamos orando, pero se veía hermosa.

Disfrute de cada momento, de cada paso que di de su mano esta noche y sé que disfrutare de cada paso que dé mientras este a su lado, lo último por hacer para nosotros, fue picar el pastel, donde ella como toda traviesa coloco crema en mi nariz y mi boca, pero ella termino comiéndolo, mientras me daba un beso.

Un Amor para DosWhere stories live. Discover now