Espléndido Servicio de Banquetes

Capítulo 1.-¿Quién es Izuku Midoriya?

Capítulo 1.- ¿Quién es Izuku Midoriya?

El joven plantado en el altar fue serio y sumamente frío una vez que supo que la novia no llegaría. Bakugou Katsuki ya se esperaba la cancelación de todo el evento, lo cual iba a ser demasiado costoso, pero ya lo había vivido, además de que cobraba siempre un porcentaje menor al 30% de lo cotizado. Sin embargo, en esta ocasión, algo más allá de sí mismo le suplicaba no ser tan inoportuno, por lo que consideró correr con los gastos de ese porcentaje por su propia mano.

¿Acaso soy un imbécil? ¿Por qué tengo tantas consideraciones con esta enredadera viviente?

Curiosamente, todo ese apoyo y esas preguntas que rondaban su cabeza, no fueron necesarios, ya que el novio en cuestión tomó la palabra pidiendo una disculpa a los invitados, pues la boda no se celebraría. Aunque sí el banquete, acto que les hizo dudar sin comprender. El chico lo explicó con una sonrisa conciliadora, alegando que no consideraba justo que hubiesen invertido su tiempo para asistir a una fiesta sin que ésta se llevara a cabo.

Al final, el banquete se festejó, sirviendo la comida y las bebidas en un ambiente de incomodidad, pues nadie sabía a ciencia cierta qué había ocurrido, simplemente la novia no llegó y era todo lo que se murmuraba. El novio ocupaba su lugar en la mesa principal, pero estaba solo, pues ni siquiera la compañía de su madre había querido.

Para Bakugou era una idiotez continuar con la fiesta teniendo toda esa mierda flotando encima, pero si el chico quería hacerlo, en esta ocasión no sería un cabrón, por lo que, como el buen tirano que era, mandó a todos sus empleados a cumplir su rol, actuando como si nada hubiese sucedido. La comida se sirvió, hubo música y alcohol, además del jodido espectáculo de luces. En ningún momento se acercó al abandonado, pues incluso siendo un blandengue lleno de buenas intenciones, en esas horas expedía una vibra negativa. Sí, hasta el cielo se puede oscurecer si lo atormentas.

Cuando la noche llegó y el gran jardín comenzó a vaciarse de todos esos invitados que dejaban su regalo con las madres de los respectivos novios, y a Camie Utsushimi apoyando en el retiro de sus empleados, Bakugou consideró que ya era suficiente de drama barato. Ese blando de mierda ya había vivido su duelo y continuaba solo en la mesa de los novios sin haber probado bocado alguno.

Él no era un bastardo, pero tampoco tenía mucha paciencia, por lo que valiéndole mierda si era bien recibido o no, tomó una botella de tequila de la cocina y con dos vasos tequileros en la mano, se sentó junto al tipo jalando su silla. El callado muchacho contempló al organizador de eventos a su lado, creyendo que nada peor le podría pasar, si a Bakugou-kun le daba por burlarse, le dejaría hacerlo sin problema.

Pero obviamente, no estaba preparado para la forma en la que el gruñón rompió el hielo.

—Si me lo preguntas bonsai con piernas, creo que al final ella se lo pierde.

Bien pudo ser grosero, le habían plantado en el altar, por lo que tenía derecho a no ser una persona cordial, como siempre era. Sin embargo, no pudo hacerlo, todo lo contrario. Las palabras de Bakugou-kun sólo le dieron risa, claramente porque al hombre no le importaba la sutileza ni un poco.

—Tienes que dejar los apodos, son malos en verdad.

—Me vale una mierda cabeza de césped—le dio uno de los vasitos y ofreció servir la bebida. El otro aceptó mientras el rubio continuaba—. Además, no tengo otra forma de llamarte, lo creas o no, no tengo idea de cual es tu puto nombre.

Ante aquella confesión, no pudo evitarlo más y lanzó una gran carcajada que hizo a los pocos presentes sorprenderse en verdad. Se suponía que era un terrible momento... ¿Por qué un chico botado por la que creía la mujer de su vida sonreía de esa forma? Era un verdadero misterio.