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Capítulo 22.-La mejor de mis bodas.

Capítulo 22.-La mejor de mis bodas.

Como era de esperar de la última de las bodas de Izuku Midoriya, la fiesta era todo un éxito, la comida servida consistía en platillos más allá de lo gourmet, combinando el talento de Inasa, el profesionalismo de Sero y la frescura de Kaminari. Eso sin mencionar el ambiente con música de todo tipo que tenía a todos los invitados en la pista de baile. Izuku bailó con todas sus damas de honor, una por una y también con su madre, al igual que Bakugou, aún si odiaba bailar, decidió que no era del todo tan malo cuando bailaba con el nerd, su ahora esposo.

Con todo y la fiesta, no pudieron pasar desapercibidas las rivalidades, desde discusiones entre Todoroki y Bakugou, Uraraka y Bakugou, Camie y Bakugou. Pensándolo bien, Bakugou peleaba con más de la mitad de los presentes, pero era parte del encanto.

Sin embargo, las alarmas del planeador de bodas se prendieron cuando pudo percibir a la distancia el peligro más grande de su carrera y vida privada. Masaru Bakugou, con varias copas encima tenía el micrófono en sus manos dispuesto a empezar a soltar mierda inentendible. Sabía que su padre era un rarito que todo el tiempo se expresaba con metáforas, agregar semejante cosa a los recuerdos de su boda sería demasiado y más con su progenitor completamente ebrio.

Desafortunadamente para él, fue muy tarde, pues nada detuvo a Masaru de empezar.

—Hoy... celebramos... estamos contentos de tenerlos aquí... si mi gloriosa Mitsuki estuviese aquí, con su infinita sabiduría bañaría sus corazones de paz y gozo. Su voz era como un bálsamo capaz de curar cualquier herida y sus ojos, perfectos luceros de la noche...

—¡Suficiente, cierra la boca!—le interrumpió el rubio arrebatándole el micrófono.

Cosa que no detuvo al hombre por supuesto, pues se alejó de su hijo y acercándose sin decoro alguno a la mesa que compartía Katsuki con su esposo, tomó a Izuku en sus brazos al estilo de un hijo recién adoptado antes de empezar a gritar peor que un juglar en plena edad media.

—¡Este cielo de muchacho es la nueva guía de tu vida! ¡Hoy celebramos cómo el amor une los destinos de las personas y les brinda la profunda felicidad! ¡Somos como aves pasajeras en el mundo y si nunca nos conectáramos con otros, nuestras vidas estarían vacías!—Katsuki se dio un zape por las tonterías que estaba soltando pero a Izuku le parecieron muy dulces—. ¡Su futuro está plagado de belleza! ¡Lo veo en las estrellas de su rostro y las luminarias de sus ojos...!

Avergonzado hasta la muerte por el ridículo que estaba padeciendo frente a sus empleados, conocidos y hasta rivales, a Bakugou no le quedó otro remedio que propinarle un ligero golpe en la nuca a su padre, el cual sirvió para derribarlo de una vez por todas. Un par de sus trabajadores, para nada sorprendidos con la acción, se aparecieron en plena pista y se llevaron al desmayado Masaru para atenderle en cuanto despertara. O encerrarlo para siempre en un desván, lo que fuese más apropiado.

Camie tomó el control de la situación, haciendo un anuncio demasiado simple para aliviar la tensión.

—Bien... después de eso... nos toca ahora el lanzamiento del ramo—miró a los recién casados esperando su aprobación, quienes asintieron ante la propuesta. La rubia suspiró un poco más relajada y continuó—. Hagan una fila frente al novio por favor.

Todas las chicas solteras en edad casadera obedecieron la indicación, desde Mina hasta Himiko, quien fue sacada de la fila por su hermanastro, pues a pesar de todo, el joven Tenko Shimura también fue un invitado en la boda. Por supuesto el resto de las novias de Izuku no podían faltar y cuando Kaminari Denki también se colocó en la fila, a Bakugou le dio un derrame de bilis, provocando la muerte inminente de Kirishima sin que éste tuviese posibilidad alguna de defenderse, pues el rubio recién casado lo arrastró lejos hacia la bodega de la cocina lentamente hacia su final.