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Capítulo 9.- Miel para el corazón, fotografías para el alma.

Capítulo 9.-Miel para el corazón, fotografías para el alma.

La sesión de ese día era para promocionar una popular marca de perfumes para hombre que recién empezaba a circular por el mundo de las celebridades. Usualmente para esa clase de productos pedían a un modelo que tuviese mayor experiencia en ese tipo de escenas, donde la piel era expuesta y las miradas denotaban una seducción pura. No era como si consideraran a Izuku Midoriya poco apto para el papel, pero los clientes siempre querían popularidad.

Sin embargo, en esta ocasión pidieron al modelo más carismático que tuviesen y el más dispuesto a transformarse en las cámaras. El joven Midoriya tenía cierta experiencia con eso de los cambios de personalidad, por lo que cuando el cliente contempló la galería de fotos del joven, no negó su participación, él buscaba que su perfume fuese sumamente llamativo no solo para hombres, si no también para las esposas, novias o amantes de éstos y sólo un rostro encantador que no intimidara pero a la vez fuese atractivo, lograría tal cometido.

Por tal razón, todo fue acordado como debía ser y Mirio se encargó de ser sumamente profesional a la hora de concretar el trato. Tamaki por su parte, fue uno de los primeros en comunicarle a Izuku sobre la propuesta de trabajo y el joven pecoso, con un ánimo bastante decaído accedió.

El gran día de la sesión llegó y después de un largo rato con la maquillista y con el encargado de vestuario, Izuku llegó al set con una bata larga para dormir que cubría todo su cuerpo. Las escenas de desnudos nunca las había realizado, pero él era sumamente dedicado y sabía muy bien que no existía ni un solo rastro de morbo en lo que estaba por realizar, después de todo, su único trabajo era recostarse en una gigantesca cama con sábanas blancas de satín que le cubrirían sus partes íntimas, dejando muy poco a la imaginación.

Pero daba igual, pues todo lo que debía hacer era mirar seductoramente a la cámara y demostrar que el perfume promocionado era perfecto para cualquier ocasión.

Tamaki y Mirio le miraron llegar a la agencia con sus ropas sumamente normales y combinadas, por lo que se preocuparon por él, temiendo que no se sintiera cómodo, después de todo, era la primera vez que Izuku representaba un producto tan importante. Él nunca buscaba destacar, siempre aceptaba trabajos sencillos que no le dieran mucha fama, pero era momento de acabar con ello, pues el jovencito era un diamante en bruto y debían pulirlo lo suficiente. Si él lo quisiera, el mundo de las pasarelas sería suyo. Sin embargo jamás había dado indicios de querer algo así, por lo que se preguntaban constantemente qué era exactamente lo que Izuku buscaba.

Si el modelaje no era su objetivo... ¿Cuál era su verdadero sueño?

—¿Estás seguro de esto?—preguntó en voz baja Yaoyorozu al oji-verde, preocupada un poco por él.

Desde su pelea con Bakugou, su mejor amigo parecía un zombi, sumamente bien vestido cabe mencionar, pero un zombi al final de cuentas. Su mayor temor era que la sesión la hubiese aceptado en un afán de olvidar su reciente depresión. El chico era impulsivo cuando de emociones se trataba y cualquiera podía darle la razón en ese hecho.

—Lo estoy Momo—sonrió el modelo desatando la bata y asintiendo para comenzar.

Sin otra opción, la fotógrafa dio su visto bueno con el pulgar y todos guardaron silencio para comenzar. Izuku dejó caer la bata al suelo, tratando de no pensar que estaba desnudo frente a varias personas que eran como conocidos y a su vez sabían muy poco de su vida. Se recostó en la cama y enredó su cuerpo en las sábanas para iniciar. Cerró sus ojos y así poder concentrarse sin pensar en nada más.