Cuando desperté el reloj marcaba las 5:43am, apenas logré dormir unas horas, despertando vi los pies de ambos hermanos colocados en el piso, los dos estaban sentados en el mueble que estaba sobre mi mientras dormía, salí por la parte de atrás y vi hacia la ventana, y podía ver el sol saliendo poco a poco, ver esa pequeña cantidad de luz que iba creciendo lentamente en esa densa oscuridad de nubes grises era muy motivante, me impulsaba a seguir con esta locura, así que inspirado me despedí de los hermanos triclopes, me dirigí hacia la caja de acero y les pedí ayuda para moverla.
— ¿Estás seguro de lo que haces? Será tu sentencia promedio — me preguntó el hermano mayor.
— Supongo que sí.
— Existen personas que solo llenas de odio e incomprensión, personas que jamás llegaras a entender si tratas de hacerlo usando la lógica, Byberry tiene muchas personas así — dijo el hermano menor.
Salí de la habitación mientras lentamente se disminuía mi entusiasmo con forme al hermano mayor me cerraba la puerta en la cara.
— Golen no es el único peligro... — dijo el hermano menor justo cuando se cerró la puerta.
Asustado nuevamente toqué la puerta pidiendo entrar, pero nadie me abrió. Respire hondo y empecé a caminar asumiendo la decisión que ya había tomado.
Súbitamente repente escuché a alguien corriendo gritando de pánico por el pasillo, pasillo que terminaba con conexión al que yo estaba, lo vi chocar contra la pared ya qué no veía por donde corría, veía a quien lo perseguía esto sumado a la gran velocidad con la que corría, el golpe lo desoriento un poco, al retomar el rumbo notó mi presencia justo al momento de ser alcanzado por una silla lanzada con gran potencia, inmediatamente me escondí detrás de un escritorio que estaba a unos pasos de mí, el impacto fue tal que lo hizo rebotar contra la pared y apareció nuevamente Golen, levantándolo del suelo por la nuca, poniéndolo en lo más alto que podía, mirándolo a los ojos, enterrando su mano derecha entre sus clavículas y separando su cabeza de su cuerpo con sus propias manos, dejó que el cuerpo decapitado se desplomara en el suelo, vió como aun chorreaba sangre de él y siguió caminando con la cabeza en su mano izquierda.
Afortunadamente él se fue por donde vino y yo me devolví por donde vine, cuando consideré que estaba lo suficientemente lejos empecé a correr preso del pánico, desesperado por perderlo de una vez por todas, cruzando pasillos, abriendo y cerrando puertas, subiendo y bajando escaleras, fueron horas de desespero pero muy tarde me di cuenta que la desesperación no es una buena amiga en este lugar, no pensé que aparte de perder a Golen, también me estaba perdiendo por los pasillos de la institución.
Después de muchas horas de buscar una salida caminando, viendo cadáveres, escuchando voces y leyendo los mensajes en las paredes escritos en sangre, me topé con unos cables sueltos que me bloqueaban el camino, cables que posiblemente eran eléctricos y yo no quería confirmarlo, así que acerqué a una puerta que estaba cerca y vi que era la puerta del comedor, decidí entrar esperando que me diera acceso a otro pasillo para seguir buscando una salida.
Al apenas abrir la puerta sentí como un olor nauseabundo literalmente me golpeaba en la rostro, caminé por las mesas viendo pacientes muertos tendidos sobre ellas, pero ese no era el asqueroso olor, no era el típico olor a descomposición que invadía todos los pasillos, era algo más, un olor mas denso, incluso mas húmedo, entré a la cocina y di con la fuente del olor, eran tres brazos y una pierna en un caldero con sangre hirviendo, al lado había un torso despojado de órganos internos y relleno con lo que parecían ser manos y pies sin piel y por ultimo un vaso de vidrio trasparente que permitía ver perfectamente el interior de este, estaba lleno de sangre e incluso tenia tres cubos de hielo. Me tapé la boca y la nariz y miré impactado, ver algo así no podía ser nada bueno, alguien se había se preparado un festín con partes humanas, de repente escuché ruidos extraños, sonidos viscosos, era más que obvio que no estaba solo en la cocina, asustado caminé lentamente para no hacer ruido y en una mesa a lo lejos vi a un hombre que estaba comiendo una pierna, justo al lado de él estaba la otra puerta que buscaba, la puerta que me alejaría de ese fétido olor y ese enfermizo banquete. Agachado y escondido mire al caníbal.
— No me mires — dijo en voz baja y se volteó, dándole la espalda a la puerta.
Caminé agachado con los ojos clavados en la salida pero cuando estaba por la mitad del camino el caníbal paró de comer y volteó su mirada hacia a mí, me esforcé por no verlo y comencé a gatear pero terminó de girar su torso en mi dirección y puso las manos sobre la mesa, aunque no lo veía, imaginaba como saboreaba sus labios mirándome, me puse nervioso, mientras mas me acercaba a la puerta mayor era la adrenalina que sentía, ya estaba casi afuera de la cocina y sentía el corazón a mil, cuando ya había pasado su mesa volteé mi cabeza para ver si aún me observaba.
— ¡¡TE DIJE QUE NO ME MIRES!! — gritó con fuerza lanzando la pierna contra la pared.
Me levanté y empecé a correr, cuando di con el final del pasillo gire la mirada a ver si me perseguía, y estaba en la puerta de la cocina con la pierna en una mano y un gran cuchillo de carnicería en la otra, me miró y empezó a caminar en mi dirección, corrí hacia otro pasillo y entré en una habitación, cerré la puerta y me escondí debajo de una cama.
— ¡Eres mío! — gritó tocando la puerta con la pierna que tenía en su mano.
Forzó la puerta hasta que la rompió y entró a la habitación, me tapé la boca y vi como sus pies descalzos paseaban por la oscura habitación que solo era iluminada por la poca luz del el pasillo que pasaba por la puerta, el caníbal se detuvo unos segundos, yo quedé observando sus pies que apuntaban en mi dirección, y se asomó debajo de la cama, traté de salir por el otro lado pero me agarro por el brazo, me golpeó en el rostro, yo le pegué con la linterna en la nariz y luego lo empuje, salí corriendo y entré a otra habitación, esta vez entré en un ducto de ventilación, me deslicé con desesperación por él hasta que consideré que estaba a salvo, después de un rato me relajé y paseé mas tranquilo por los ductos, pasé por encima de la cocina y vi por una ventila que él estaba sentado de nuevo cerca de la puerta y le gritó a nadie ''¡Eres mío!'' y siguió comiendo de la pierna, pero en la mesa había algo más que la pierna y el gran cuchillo, estaba mi reloj, seguro se me cayó cuando me tomó por el brazo, ahora no sabré que hora es, y llevo tanto tiempo sin ver una ventana que no sé si ese destello de luz que vi en la mañana se ocultó otra vez, me deslicé un poco mas por el ducto, me alejé de la cocina y decidí descansar.
Sábado, creo. Esta mañana vi una hermosa luz que crecía poco a poco y me llenaba de emoción y en este momento estoy encerrado en un ducto de ventilación escondiéndome de un caníbal, ya no tengo reloj, no sé qué hora es y dudo si es de noche o de madrugada, estoy perdido en este manicomio, cada vez le doy menos importancia a los cadáveres a mi alrededor, estoy más preocupado por los que aún están con vida y seguramente querrán matarme, ojala nunca hubiera entrado.
Tengo que salir de aquí, quiero dejar de ver tantos cadáveres, quiero sentir nuevamente el calor del sol en mi cara, quiero ir a mi segura casa, quiero dormir de nuevo en mi cálida cama, quiero pasarla bien con mis familiares y mis amigos, quiero escapar de este lugar, tengo que salir de aquí.
Cerré la libreta y dormí.
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El macabro hospital mental Byberry (Outlast)[En Corrección]
HorrorUn lugar donde la sangre está esparcida por el suelo, las paredes y el techo. Köe quiso entrar a un manicomio en busca de una noticia, en busca de dinero, pero nunca espero que entraría a un lugar tan horrible, nunca pensó que iba a presenciar tanto...