Apenas pude abrir los ojos, estaba en una habitación pequeña tipo cárcel, donde la única puerta era una reja del tamaño de una pared, había un escusado y una colchoneta en el piso, en la cual desperté.
— Hola... vaya, pensé que estabas muerto — escuché.
— ¿Qué? — apenas tenía energías para hablar, sentía un dolor inmenso en las sienes y en toda la cabeza, sin mencionar las piernas.
— Me tenías preocupado amigo — dijo alguien que estaba en la habitación conmigo.
— ¿Por qué estoy en este lugar? ¿Dónde estamos?
— Estarás bien, solo necesitas descansar, aquí era donde contenían a los psicópatas demasiado peligrosos, descuida ya ninguno está por aquí, todos escaparon de sus celdas.
— ¿Y dónde están? — pregunté preocupado, intentando sentarme en la colchoneta ver a quien me dirigía la palabra.
— No lo sé, tal vez estén caminando por el hospital, tal vez ya los mataron — dijo junto a una risa, era alguien aparentemente simpático, no tenía manchas de sangre ni voz amenazante, ni siquiera el ceño fruncido, estaba sentado en el suelo a pocos pasos de mí.
— ¿Cuánto duré inconsciente?
— No tengo idea pero te juro que pensé que eras un cadáver.
— ¿Y no vas a hacerme daño?
— ¿Por qué lo haría? No tengo ningún motivo para hacerlo, además yo soy una persona muy pasiva.
— Entonces... ¿Por qué estás en este lugar?
— Pues porque en estas celdas no hay nadie, todo es muy tranquilo — expresó una rápida sonrisa al hablar.
— No me refiero a eso, me refiero a este horrible manicomio.
— ¡Ah! Eso, bueno es muy complicado de decir, pero te digo que si ves este lugar con buenos ojos puede llegar a ser muy acogedor.
— ¿Por qué es complicado?
— Porque tendría que decirte mi vida, y eso es algo que nadie se dispone a escuchar.
— Vamos dime... yo si te escucho.
— ¿Es en serio? ¿De verdad te propones a escuchar mi vida? — despertó una curiosidad en él.
— Claro que si.
— Yo nací en Wisconsin, segundo hijo de un padre alcohólico y una madre que fanatizaba la religión.
— Vaya combinación — le interrumpí.
— Sí, mi amada madre era quien nos cuidaba mientras que mi padre era prácticamente un inútil, poco más que un estorbo en la familia, o una criatura inservible como le solía decir mi madre. Mi madre rogaba mucho por nosotros, hasta nos compró una granja para alejarnos del pecado de la ciudad.
— Vale... continúa.
— Mamá solía pegarnos de vez en cuando — risa— lo hacía mucho porque no quería que siguiéramos los pasos de papá. Yo adoraba a mi madre, ella solo quería lo mejor para nosotros, era la mejor persona del planeta.
— ¿Tu mamá era muy importante para ti verdad?
— ¡Claro! Incluso cuando papá murió mi hermano Henry y yo buscamos empleo para mantener la granja, mi hermano trabajaba en otras granjas y yo cuidaba a los niños de los vecinos. Pero Henry empezó a tener discusiones con mamá, eso era imperdonable.
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El macabro hospital mental Byberry (Outlast)[En Corrección]
HorrorUn lugar donde la sangre está esparcida por el suelo, las paredes y el techo. Köe quiso entrar a un manicomio en busca de una noticia, en busca de dinero, pero nunca espero que entraría a un lugar tan horrible, nunca pensó que iba a presenciar tanto...