-Me gustas, sé que quizás sea tonto para ti, pero aunque no te conozca bien ni tú a mí, me gustas... -Dijo la chica mientras se sonrojaba cada vez más.
-Yo... -
Melina gusta de un chico al cual ni
si quiera le habla y sólo lo ve sábados y domingos...
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—¿Y qué? ¿no me vas a contar? —Insistió Mery a su amiga que sólo dejaba ver una sonrisita falsa.
—Sí, es sólo que... Lo estoy formulando... —Dijo como si tratase de ocultar algo.
—Hey, ¿Pasó algo malo? —dijo curiosa la chica con una cara de preocupación que no tardó en notar su acompañante.
—Me le declaré... —Musitó —Fue muy rápido creo, él prefiere ser sólo mi amigo por ahora, para él no contaron los meses que lo veía desde lejos, pero tiene razón es muy rápido, lo mejor sera esperar o no se, conseguir olvidarlo porque no voy a llorar... —le temblaba la voz, y se hizo notorio más aún cuando su amiga la abrazó fuerte para tranquilizarla.
—Ya tranquila, esperemos todo salga bien ¿sí?—
«Creo que es muy pronto para decirle lo de Chris»
—Sí, gracias... Pero bueno, después de todo pase una tarde amena con él, fue muy lindo todo. —
—Claro es obvio salir contigo es muy cool, divertido lindo, contigo nadie se aburre Melina... Ay y si vieras yo por eso casi no tengo amigas —bufó comediante.
—Uy sí, tienes mas amigas que yo Mery y además es muy especial ser tu amiga eres una amiga estupenda, que siempre me saca de mis problemas sean buenos o malos, sin mencionar lo buena cocinera que eres, por cierto estaba deliciosa tu comida de ayer chica. —dijo la joven a su amiga.
Las dos asintieron muy felices y como siempre la clase comenzó y siguió sin cosas muy importantes hasta el bien merecido descanso.
—Melina —cantó sonoro Mateo.
—Mateo —respondió de igual manera.
—Asco como se hablan amigos —dijo Mery con una sonrisa de oreja a oreja.
—Jajaja Lo siento me deje llevar —rió Melina.
—Melina, Mery ¿quieren comer con nosotros? O sea con Christian y conmigo —
—Muy sospechoso —Comentó Mery aún pensando en lo que había escuchado el fin de semana que recién había pasado.
—Ni tanto, es que nuestras madres hicieron comida y trajimos un poco y pastel —
Las chicas se miraron algo sorprendidas y curiosas, por lo qué asintieron.
«Así tal vez me distraiga un poco y me relaje»
«Creo que ya se para donde va esto, seguro quiere conquistar a Melina...»
Salieron juntos en busca del faltante, chico que se encontraba sentado en una palapa.
—¡Hasta que llegan! —exclamó el moreno.
—Es que Melina no encontraba su teléfono y no quería salir sin el. —dijo el de cabellos rubios.
