Capítulo 2 Domingo

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Durante lo que restaba del día Melina estuvo desanimada, en realidad no sabia si contarle a su mejor amiga sería lo mejor

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Durante lo que restaba del día Melina estuvo desanimada, en realidad no sabia si contarle a su mejor amiga sería lo mejor.

«No se que dirá Mery, seguramente se reirá de mí o algo así, pensé que el día en que nos conociéramos sería distinto... Ah mañana no se si deba ir, será muy raro, tal vez ahora les estará contando a sus amigos de la chica estúpida que no se da cuenta que tenía un bicho reposando en su hombro. »

Un sonido proveniente de su celular sacó de sus pensamientos a la de ojos oscuros, posando éstos en su escritorio. La estudiante tomó entre sus manos el smartphone y prendió la pantalla para ver el porqué de la notificación.

—Ah un mensaje de Mery —

•Animo, yo sé que puedes ir y hablarle, será fácil ya verás, confió en ti, suerte. •

—Si supiera que ya me estoy rindiendo seguro me mata. —Susurró para si misma tocándose la frente —Soy un fracaso total. Mejor me voy a dormir y mañana le voy a contar a Mery y a ver que hago. —

Por toda la noche no dejaba de pensar en él, aquél chico, cada vez se encontraba mas lejos de su alcance.

«Joder pensé que sería diferente, osea me gusta, pero al verlo ya de cerca pensé que tal vez íbamos a tener una conexión instantánea, no es la primera vez que le veo, pero desde que empecé a ir a misa lo vi si no estaba en misa pasaba por afuera, a veces platicaba con los acólitos, al principio no me llamó para nada la atención, sin embargo, un día cruzamos miradas, ese día me robó el corazón, lo empecé a necesitar y quería hablarle, ya pasaron 6 meses desde ese día, y aún sigo aquí sin hablarle y empezando a resignarme... es sólo que pensaba que me notaría y siento que me vio como una chica más, ni como una conocida sólo como una chica cualquiera, tal vez él no me quiere » Las lágrimas empezaron a recorrer el rostro de la de cabellos castaños con éstos cubriendo su rostro, mientras que se ponía en posición fetal en su cama.

—Él no me ama, ni siquiera existo para él. —

Se quedó dormida la de tez clara, con las mejillas sonrojadas por su llanto, empezaba a desilusionarse y estaba tan cerca de rendirse.
Por la mañana su teléfono no dejaba de vibrar, era su amiga Mery del otro lado de la línea.

—Dios por que no contestará, se le hará tarde, debe de arreglarse para su primer encuentro con el chico que la trae loca, Melina responde ya van 11 llamadas... —

—Hola... —Interrumpió a la de ojos almendra.

—Melina, hasta que te dignas a contestar...—

—Ah sí, ¿qué sucede son las 7:25 AM? Acaso estás loca estaba durmiendo como una persona normal en domingo. —

—¿Cómo pudiste olvidarlo tonta? Hoy vas a hablarle, ¿no lo recuerdas?. —

—Ah eso, ya se fue al caño. —Afirmó decaída.

A Quien Decidí Amar.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora