La claustrofobia nunca estuvo entre mis miedos, pero sentía que la enorme oficina de Aiden, se redujo al minúsculo espacio donde nos hallábamos. Pierre y Greg se hallaban sentados en los dos sillones blancos frente a nosotros. Aiden me había dejado en medio de él y Jason.
Apreté mis manos en mis piernas, porque tenía unas ganas de dañar físicamente al idiota a mi par. Cuando alguien lastima a mis seres queridos, se me sale el lado agresivo. Nina puede dar fe de ello, Rhae igual. Y no me importa si Jason comparte genes con mi novio, si resulta que ha estado mintiendo, y en realidad planeó matar a su propio hermano, haré lo posible para cortarle la cabeza.
—Cuando me llamaste, Aiden —inició Pierre, mirando a cada individuo en la sala—, creí que querías mantener esto lo más privado posible.
—Lamento romper tus ideales, Pierre.
—Deberías lamentar más que eso...
Su forma de gruñirlo, con ese tono amenazante, me hizo mirar al magnate francés. Annette es su hija y entiendo que la defienda. Por lo que inhalé hondo, y decidí bajar la tensión que empezaba a crecer entre ellos.
—¿Cómo está tu hija, Pierre? —le pregunté amable.
Los ojos oscuros del sujeto se fijaron en mí. Él y yo no tenemos ningún problema. Por lo que aprecié que exhalase su rabia y me observase sin el enojo iracundo que tenía para Aiden.
—Necesitará dos cirugías para recuperarse. Fue una zona sensible, y no se pueden evitar las cicatrices...
Lo que significaba que la modelo de la familia, tendría que renunciar a ese trabajo. Por más que quise alegrarme, porque se lo merece, mantuve mi expresión serena, por Pierre. Tal vez él sea el único en su familia al que yo le tenga consideración ahora.
—Si quieres hablar de indemnización —empezó Aiden.
Pierre bufó molesto, cruzándose de brazos.
—No quiero tu jodido dinero. Si vine aquí, fue para zanjar de una vez por todas tu relación con mi familia. Te quiero lejos de mis hijas, Aiden.
—Y yo quiero lo mismo, créeme. Pero yo no busqué a Annette. Le dejé muy claro que estoy con Madison, y aun así se apareció en mi hotel. Lo que ocurrió, fue su propia culpa, y no sé cómo tu hija consiguió hacerse con fármacos que casi me matan.
Pierre no creyó ninguna palabra, pero lució algo incómodo cuando Aiden soltó que casi muere. Apreté la mano de mi novio, solo recordarlo me regresaba la ansiedad a las venas.
—¿Tienes pruebas de lo que dices? Porque suena a una buena excusa, Aiden. Una chica te droga para estar contigo. Qué buen encabezado de periódico, en serio... —se mofó con desdén.
—Si no nos crees, míralo tú mismo...
Greg se sacó el móvil de Annette de su americana negra. Pierre se quedó mirando la pantalla, su expresión de escepticismo rápidamente mudó a horror, en especial al escuchar las palabras de su propia hija, culpándose a sí misma.
ESTÁS LEYENDO
NO TE ENAMORES DEL SR. SEXO
ChickLitMadison tiene problemas de sobrepeso debido a su pasado. Perdió a su gemela idéntica de adolescente, y desde entonces, el sentimiento de culpa no le permite ser ella misma. Hasta que un mal encuentro laboral con su amor platónico, arranca la venda d...