*** [Madison] ***
Dejé la bandeja sobre la cama, Aiden seguía dormido como un tronco. Apenas se removió cuando trepé sobre él, quitándole la oscura sábana del cuerpo con toda la delicadeza que había en mí. Su gruñido adormilado me paralizó, me mordí los labios conteniendo el aliento. Oh, por Dios, que no se despierte aún.
El gran día llegó. Su cumpleaños, nuestra boda. En serio creí que él bromeaba con su idea, pero hoy se siente muy real.
No pude dejar de mirarlo, su duro pecho se elevaba en cada acompasada respiración. Sus ojos seguían cerrados, y con los míos repasé su cuerpo. Es un hombre bien hecho, no hay duda por qué se halaga tanto. Adoro que sea un fanfarrón.
Coloqué una mano al lado de su cadera, para sostenerme mientras irrumpía en su ropa interior. Bajé la cinturilla de su bóxer, alzando la mirada a su rostro esperando no ser atrapada aún. Cuando su miembro estuvo visible, lo tomé en mi mano. Sentí su calor como propio, lamí mis labios inclinándome hacia su pene.
—Mmm... —lo escuché gruñir casi un minuto después.
Seguí acariciándolo, pasando mi lengua de principio a fin por su erección. Es tan fácil excitarlo, y Aiden sigue dormido. Cuando apreté mi puño alrededor de su grueso tallo, fue el fin del juego. Sentí la mano de Aiden acariciando mi cabeza, y sus dedos incrustándose en mi cabello. Me dejó saborearlo un par de veces más, alcé la mirada y ese par de ojos azules se hallaban fijos en mí.
—Ven aquí —arrastró con voz adormilada.
Subí con mi boca y mi lengua saboreando su piel, crucé su abdomen y cada curvatura de sus músculos hacia su pecho. Besé su corazón, y seguí el reguero de besos húmedos hacia su cuello. Inhalé su delicioso aroma, solo entonces me separé para ver su masculino rostro.
—Feliz cumpleaños, mi amor... ¿Qué se siente cumplir 30?
—¿En estos momentos? —preguntó, alzando una ceja— Un martirio ya que me lo estás recordando, Madison. Sé amable conmigo, es mi cumpleaños, nena.
—Lo soy —me reí contra sus labios—. ¿Ves? Desayuno en la cama.
Él se fijó en la bandeja que había traído, sonrió al verme de nuevo. No puedo parar de enamorarme de él en cada gesto. Hace que mi corazón lata más rápido.
—Oh bueno, eso mejora las cosas. Te perdono, amor.
Alzó su rostro y pegó sus labios en los míos con un duro beso. Ambos soltamos el mismo jadeo aplacador de almas.
—¿Qué tal tu noche?
—Muy emocionante —admití sonriente—. Las chicas saben cómo divertirse. Fuimos a consentirnos a un spa y luego a bailar un rato.
Las cejas leonadas de Aiden se alzaron con sospecha. Estiré mis labios con sorna, sé lo que está pensando. En unas horas, seremos más que novios, más que un jodidamente exclusivos. Nos comprometeremos a estar juntos. Y aunque sé que él confía en mí, a mi futuro esposo le es imposible deshacerse de todos sus celos, hombre cavernícola.
ESTÁS LEYENDO
NO TE ENAMORES DEL SR. SEXO
ChickLitMadison tiene problemas de sobrepeso debido a su pasado. Perdió a su gemela idéntica de adolescente, y desde entonces, el sentimiento de culpa no le permite ser ella misma. Hasta que un mal encuentro laboral con su amor platónico, arranca la venda d...