5 años después.
Lunes.
Marina se levantó, como cada día, a las seis de la mañana.
Con una sonrisa y su camiseta varias tallas más grandes que la suya de The Smiths, bajó las escaleras y recogió el correo.
Subió de nuevo a su apartamento y allí revisó las cartas; varias facturas, una carta del banco y una carta diferente, pero con una letra que conocía; Gold.
La abrió lentamente y el olor a lavanda la inundó, ante lo que sonrió.
Comenzó a leer;
"A Diana D'Altrui y Gold Brianni les complace invitarle a su enlace matrimonial.
Les esperamos el día 14 de agosto a las 11.00 a.m. en la ciudad de L'Aquila, en la región de Abruzos, en Italia.
Ciao!"
Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Marina.
Gold se casaba. Gold se casaba.
Con manos temblorosas cogió el móvil y marcó el número de su mejor amigo; Al.
Un pitido. Dos. Tres.
-¿Qué pasa, nena?
-Al, yo...Ven. Te necesito -Su voz sonaba temblorosa por el llanto.
-¿Estás llorando?
-Sí.
-Enseguida voy, cariño.
Y colgó.
****
-O sea que tu novio de la adolescencia se casa -resumió Al.
-Sí -susurró Marina.
-Pues vamos a ir -dijo Al, sonriendo.
-¿QUÉ?
Al rió.
-Cielo, te han invitado y te han mandado dos pasajes de vuelo y te quedarás en la casa de...¿Frances?
-Sí, pero...
-Pero nada -la interrumpió Al.
Marina resopló.
-De acuerdo.
Martes.
Marina estaba sentada en el sofá, con las piernas cruzadas, una taza de café en la mano y su libro de Biología Celular del tercer curso de Medicina estaba sobre su regazo.
No lograba concentrarse, por lo que cogió el libro y lo tiró en algún rincón de su apartamento.
Avanzó hasta uno de los armario de la cocina y sacó una botella de vodka.
Echó dos dedos en un vaso y se lo tragó de golpe, lo que dejó un ardor en su garganta.
Sería una noche larga.
Miércoles.
Estaba rebuscando en su armario como una loca. Gold se casaba el viernes y el avión hacia Italia salía aquel día, ya que había un día de viaje.
Metió todo hecho una pelota en su armario y se encaminó hacia la puerta, donde Al la esperaba con mala cara.
-¿Ya?
-Ya.
Al sonrió y ambos salieron de apartamento.
-Pues que se prepare esa gente porque una preciosa Marina Hal de veintiún años y la mejor estudiante de Medicina en su curso va a patearles el trasero -rió Al.
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Anónimo.
Random«Una semana más, una carta más, y un poco más de ganas de saber quién se esconde tras el Anónimo.»