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Capítulo 21

Cuanto más tiempo estaba en Copperline, más me hubiera gustado no haber accedido a esta mierda esta noche. Era un típico viernes de
concierto de noche para los Mofos, pero estar allí sin Sophie era en realidad muy, muy insoportable.
Más cada vez que iba allí durante las últimas dos semanas. Real y jodidamente la echaba de menos. Hablábamos por teléfono casi todas las noches. A veces más tarde que otras si estaba trabajando el turno de la tarde o yo estaba con los Mofos, pero uno o ambos de nosotros siempre intentábamos conectarnos.
La primera vez que llamé y recibí su grabadora de voz en la noche, de hecho entré en pánico. ¿Dónde estaba? Me había dicho a mí mismo. ¿Con quién estaría? ¿Qué tan rápido podría conducir a Big Sky y patearle el trasero al hijo de puta? La verdad era que había sido un bastardo durante tanto tiempo que era difícil para mí confiar en ella. Sabía cuán bastardos los chicos furtivos podían ser. Podían oler el abatimiento y la soledad, lo utilizarían para influir en ella. Para alejarla de mí. Así que vivía en constante temor de que terminara.
Sabía que también se preocuparía si no me pudiera localizar. Con mi pasado libidinoso, realmente tenía una gran parte de razón para hacerlo. Nunca me había mostrado a mí mismo como digno de confianza para ninguna chica antes. Así que
malditamente trataba de asegurarme de responderle cuando llamaba cada maldita vez. No quería darle ninguna razón para dudar de mí. Le gustaba su trabajo como recepcionista en el restaurante del Huntley Lodge y adoraba a la gente con la que trabajaba. Le gustaba sentirse independiente por primera vez en la historia y estaba encantada con lo hermoso que era Big Sky. Al principio, esas conversaciones desgarraban mi corazón. Me hacían pensar que podría no funcionar. Que a ella no podría importarle tanto como yo me preocupaba por ella. Su voz estaba llena de emoción acerca de esta aventura en su vida. A medida que pasaba el tiempo, sin embargo, la novedad se disipó. Estaba volviéndose más confiada, al darse cuenta que en realidad era perfectamente capaz, pero su voz se hacía más melancólica. Sonaba más solitaria. Como si estuviera acercándose a un punto de ruptura. Esperaba fervientemente que eso significara que vendría a casa pronto, pero quería acabar la temporada de esquí; eso era probable que le tomara unos meses. Con las tormentas de nieve de primavera, podría ser hasta abril. Así que no le pedía que volviera a casa, a pesar de que estaba en la vanguardia de mi mente cada vez que hablaba con ella. En cambio, trataba de mantenerme optimista sobre todo. Trataba de no dejarle escuchar el anhelo lamentable en mi voz. ¿Cuándo me convertí en este patético hijo de puta?, me pregunté, mirando alrededor del Copperline. El bar no había cambiado. El mismo suelo pegajoso. Las mismas conejitas buscando una emoción. Mierda, aunque la banda no había cambiado. Los Bangin Mofos no habían hecho más que mejorar con los años, pero eran como un sinónimo del Copperline. Pero yo había cambiado. No veía este mundo ni de lejos igual. Solía saborear la prisa que tenía simplemente de caminar por la puerta y esta había desaparecido
por completo. En lugar de ser donde quería estar, era un lugar del que no podía esperar a escapar.
Desde que Sophie se había ido, las mismas de siempre me daban la vuelta para hacer las sugerencias ilícitas habituales. Desde Ruth, quien no parecía tan sorprendida cuando pasaba. Después Pauline, quien parecía casi enojada porque la rechacé. Esto no me molestaba tanto.
Francamente, todavía estaba un poco enojado con ella, también, por ir tras Sophie hace un tiempo. Entonces Laura me llegó y se puso un poco pegajosa. No me convertí en un completo idiota, a pesar de que todavía estaba enojado con ella,
también, pero le dije que retrocediera. Que la mierda que habían dicho no estaba bien conmigo.
Mi estado de ánimo era una mierda.
Solo quería a Sophie. Así que me quedé en la parte de atrás, de vuelta en las cortinas, lejos de la mayor parte de la multitud. A la espera de volver a casa y encontrarme en la cama,
así podía escuchar su dulce voz a través de la línea telefónica. Me incliné hacia delante para comprobar el reloj en la pared del fondo y vi que todavía había un buen par de horas por pasar. Maldita sea. Del mismo modo que empecé a acomodarme de nuevo en mi pequeño rincón antisocial, un destello de cabello rubio claro me llamó la atención junto a la
barra. Igual que Sophie, pensé. Y así, la siempre presente punzada de extrañarla se intensificó. Como si hubiera conjurando que se levantara de la nada. Entonces me di cuenta que Lily estaba a su lado. ¡Santa mierda!
¡Esa era Sophie! ¿Qué diablos estaba haciendo allí? Mis pies se movieron antes que mi cerebro pudiera procesarlo. No tomé la decisión consciente de dirigirme a la parte de atrás fuera del escenario. Toda mi
mente solo podía centrarse en que estaba aquí. Sophie estaba aquí.
Estaba de regreso. Rodeé la habitación hacia la barra, dando un paso detrás de las chicas escuchando la suave voz de Sophie, entrar en pánico.
-No lo veo, Lily. Tal vez no está aquí.
-Estoy segura de que lo vi antes, Sophie. Y su camioneta estaba fuera,
¿verdad?
-Oh Dios -gimió Sophie, sacudiendo la cabeza-. No crees que él... -Se
detuvo en seco-. No, no, no lo haría, ¿no?
-No -dijo Lily con firmeza-: tienes razón. No lo haría. El viejo y mujeriego
Harry probablemente lo haría, pero ya no es ese tipo.
-Pero lo dejé. ¿Por qué no lo haría? -Su voz se quebró mientras enterraba su rostro en sus manos-. ¿Por qué lo dejé? Lo amo. Joder, lo amo tanto. Esto no va como pensaba que sería. Y mi maldito teléfono está muerto. Pensé que tenía carga, pero murió antes de llegar a Bozeman. No puedo siquiera llamarlo o mandarle un texto. Estoy tan cerca, y nopuedo encontrarlo. Lily pasó el brazo por los hombros de Sophie.
-No te estreses, Sophie. Lo encontraremos. -Metió la mano en su bolso y sacó un cargador portátil-. Aquí -dijo-. Enchufa tu teléfono y llámalo. Lo encontraremos.
Sophie sorbió mientras obedecía, sacando su teléfono de su bolsillo.
-Nunca debí haberme ido. Me dijo que me amaba y me fui. -Sus hombros empezaron a temblar con sollozos mientras torpemente intentaba conectar el cable, luego se rindió y airadamente limpió las lágrimas de sus ojos-. Dios, soy
una idiota. No puedo incluso enchufar este teléfono.
Lily se hizo cargo, adjuntando la fuente de alimentación.
-Solo debe llevar unos cuantos minutos antes de que tu teléfono tenga la carga suficiente para encender.
-Tenía todo planeado en mi cabeza -sollozó Sophie-. Lo vería y me
volvería a ver y... -Me recosté en la barra y le hice un gesto al camarero por una servilleta, luego me moví detrás de Sophie y se la entregué, empujándola contra la punta de sus dedos.
-Gracias -susurró mientras la tomaba, solo mirando mi mano. Se quedó paralizada cuando vio el tatuaje en mi muñeca. Su cabeza se sacudió hasta verme observándola.
-Estás aquí -murmuré tontamente.
Asintió lentamente, pero no dijo una palabra. Me acerqué un poco más, tomando su mejilla en mi palma, limpiando sus lágrimas con mi pulgar.
-Sophie, nena... estás aquí.
-Quería darte una sorpresa.
-Lo hiciste -le dije con voz ahogada, tocando mi frente con la suya-.
Joder, te he echado de menos. ¿Cuánto te quedarás aquí?
Por favor, di que para siempre. Por favor, di que para siempre. Por favor, di que para siempre.
-Estoy aquí todo el tiempo que me quieras -susurró con labios
temblorosos. Bastante bien.
-Está bien -le sonreí mientras bajaba mis labios a los de ella-. Para
siempre será.
Sus labios eran suaves y cálidos y sabían a lágrimas. Levantó los brazos
alrededor de mi cuello y se apretó cerca de mi cuerpo. Y la sostuve,
balanceándome un poco al ritmo constante de la canción de los Mofos. Sostuve mi chica que estaba aquí para quedarse... Para siempre.
Finalmente levantó la cabeza de mi hombro y deslizó una sonrisa temblorosa hacia mí, la alegre intención completamente dominada por la emoción inconfundible en sus ojos.
-Supongo que tendré que quedarme contigo ya que me tienes como tu
rehén con mi cepillo de dientes favorito.
Me reí, tragándome el nudo apretado en mi garganta.
-Me quieres por ese cepillo de dientes.
-Esto va a sonar realmente estúpido, pero... casi me lo llevé y no pude. Era
como si lo necesitara allí, así sabrías que iba a volver.
-Sophie...
-Estúpido, ¿verdad?
-No habría dejado que te lo llevaras, Soph -sonreí-. Necesitaba que
permaneciera allí por la misma razón.
Sophie sonrió, pero levantó la ceja dubitativa.
-No estoy bromeando tampoco. Hubieras tenido una pelea en tus manos si lo hubieras intentado.
Cuando la canción terminó, oí la voz de Denny, entrando a la habitación.
-No solemos hacer dedicatorias -dijo en el micrófono-, pero en realidad escribí una canción sobre una pareja que está aquí esta noche. Verán, ese pequeño pájaro dulce de Lily aquí -asintió a Lily quien estaba de pie junto a su lado en el
escenario-, me acaba de decir que nuestra chica Sophie ha vuelto a casa.
Sophie había mirado al escenario cuando Denny empezó a hablar, pero en ese último momento, sus sorprendidos ojos se volvieron a los míos.
-¿Qué está haciendo?
Se veía tan jodidamente linda que no pude evitar reír.
-No tengo idea.
-Sophie chica, mira aquí... al escenario. Ahí estás. Entonces, de todos modos, mi amor, todavía estaba un poco sorprendido cuando apareciste en nuestro lugar
hace un tiempo. Más aún cuando mi hombre Brannon te trajo al Copperline. Nunca traía trozos de cosas al Copperline. Se iba con un montón, pero nunca traía a una.
-Me gustaría que todo el mundo dejara de decir esa mierda -murmuré y miré tímidamente hacia Sophie, quien se mordía el labio con aprehensión. Sin embargo, había un baile de luz divertida en sus ojos.
-¿Y Perkins, también? En ese mismo momento -continuó Denny-, debí
haber sabido que había algo especial. Sin embargo, estuve un poco sorprendido cuando te llevó a la casa unos días más tarde. Me guardaré algunos de esos detalles para mí mismo. -Suspiró felizmente, provocando una risa de la multitud-. Pero diré que, ella puede verse como una Barbie, pero puede fumar
como Marley.
-Oh, Dios mío. -Sophie se quedó sin aliento-. Acaba de decirles a todos
que fumé marihuana.
Me agaché y murmuré en su oído.
-Solo espera que eso sea todo lo que les diga, Soph.
Alarmada, se quedó con los ojos abiertos, mirándome, luego frunció la frente y asintió.
-Buen punto -dijo.
-Además -agregué-, la mitad de las personas aquí no pueden entender
una palabra de lo que dice con esa mierda de acento suyo. Fui recompensado con una risita agradecida.
-Esa grieta fue poderosa por un tiempo -Denny divagó, mirando por
encima de la multitud con un innato talento por el espectáculo.
-Para ser honesta -Sophie se inclinó para decirme al oído-, no estoy
segura de que entienda mucho lo que está diciendo, tampoco. ¿Qué significa la grieta?
-Es algo irlandés para impresionarte. Muy divertido... o alguna mierda así - le expliqué-. No estoy del todo seguro.
La voz de Denny llevó nuestra atención hacia él.
-Verán, por un tiempo, Harry fue como todo un hombre nuevo. Fue un
poco agradable que estuviera asentando porque liberó algún gatito para el resto de nosotros. Pero, entonces como que la jodió.
Casi como si estuviera ensayado, la multitud hizo un ―aww‖ melancólico
sincronizado y Denny sacudió la cabeza con tristeza, mirando hacia atrás a nosotros.
Sophie se volvió hacia mí con una mirada de preocupación y de pesar.
-Como que la jodí, también -susurró y le di un encogimiento de hombros medio culpable antes de volverme para mirar a Denny y no asesinarlo.
-No fue un espectáculo agradable -parloteó Denny-. El chico se bebió su
peso en whisky por una semana después, tratando de olvidarte, Sophie. Déjame decirte, que en el pasado mes o dos, ese amigo ha sido, el más triste, pensativo, sufrido amigo como nunca he visto.
-Voy a matar a ese hijo de puta -dije en voz baja, mirando hacia abajo para
ver a Sophie mirándome de cerca. Sabía que estaba escrito por todo mi rostro. Podía sentir la vulnerabilidad pateando su camino a través de mi fachada no afectada. Un cálido rubor quemando mi piel. Pero Denny simplemente siguió su camino. Bastardo.
-Nunca pensé que le pasaría a un tipo como él, pero estaba putamente
abatido. Las chicas ya no lo intentaban porque sabían que iba a limitarse a disparar. Así que, Sophie chica -continuó Denny-, haznos un favor a todos. Envuélvete en los brazos de Harry y baila al ritmo de la canción que escribí para ti. Y no lo dejes ir esta vez, ¿de acuerdo?
Un largo tañido de guitarra eléctrica sonó cuando Drew hizo el primer acorde y los Mofos comenzaron a tocar. Era la canción que había escrito acerca de nosotros. Acerca de una buena chica que se salió del carril. Y de un tarado que no merecía amarla. Estando ocupados en un sofá mientras él observaba. Fue toda la belleza, la intensidad y pura pasión cruda.
-Está bien -me incliné para murmurar en su oído-. Ahora sí se lo dijo a todos los demás. Mientras retrocedía, Sophie bajó los ojos y soltó un suspiro tembloroso. Una
sonrisa temblorosa tocó sus labios.
-Me advertiste acerca de eso hace mucho tiempo. -Rió entre lágrimas.
Luego levantó la mirada y sus ojos se oscurecieron. Serios. Y sin decir nada más, solo en un arrebato de emoción, se levantó para besarme. Con los acordes de la guitarra, primitivos en bruto y la profunda ronca voz de
Denny, oí lo que podrían haber sido aplausos. Un grito y un silbato se registraron débilmente en mi cerebro. Pero todo en lo que pude concentrarme fue en el sabor
del beso de Sophie, la sensación increíblemente abrumadora en el fondo de mi alma de que todo estaba bien en el mundo de nuevo.
Debido a que Sophie estaba de vuelta en mis brazos... para siempre.
***
-Bienvenida de nuevo, cariño -dijo Denny mientras le daba a Sophie un
rápido abrazo. La banda acababa de terminar por esta noche y se preparaba para irse-. Harry, tenemos una mano extra esta noche, así que se pueden ir ya si quieren.
Cuando se volvió para tomar su chaqueta, Sophie agarró su brazo.
-Denny -se quedó sin aliento-, perdiste la apuesta.
-Maldito infierno -contestó, sosteniendo su antebrazo que recientemente había recibido un tatuaje hacia abajo, grande y audaz, que decía PENDEJO. Frunció el ceño a Sophie y a mí-. Es tu culpa, de los dos.
-¿Nuestra culpa? -Sophie se quedó sin aliento-. ¿Por qué es nuestra culpa que hayas perdido la apuesta?
-Porque la apuesta era sobre los dos -se quejó-. Bueno, de ustedes dos y
de Justin.
La boca de Sophie se abrió.
-¿De nosotros y de Justin? -chilló-. Oh, Dios mío, Denny, por favor dime
que no es lo que pienso que es.
-Nunca pensé que lo tuvieras en ti, Sophie. -Denny se rió-. Resulta que ya tenías las dos cosas en ti.
Sophie se dio la vuelta para plantar su rostro en mi pecho, un rubor brillante
quemaba sus mejillas.
-Oh mi Dios, Harry -se quejó-. ¿Se lo dijiste?
-No -le dije mientras miraba a Denny, tratando realmente duro de verme enojado aunque esta conversación era en realidad un poco graciosa.
-No, Justin no podía esperar para decírmelo. -Rió Denny.
-Imbécil -gruñí, a pesar de que no pude borrar la sonrisa de mi rostro-.
Voy a tener que darle una patada en el trasero de nuevo.
-Te agradecería eso -murmuró Sophie en un gemido ahogado.
-Bueno, -Miré a Denny-, puedo garantizarte que no sucederá de nuevo. A partir de ahora, nadie, varón o incluso mujer, tocará a Sophie excepto yo.
-De acuerdo. -Su voz era apenas audible, pero lo suficientemente alta
como para que supiera que estaba perfectamente bien con eso.

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