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¨Jinyoung esta esperando a mi cachorro. ¨

Oración hermosa y tan llena de vida. Estaba feliz, por mucho miedo que tuviera al futuro y a los problemas, estaba contento cuando Jinyoung llego llorando a sus brazos aquella tarde de noviembre.

Jaebum había faltado ese día a clases con el pretexto de cuidar la casa al salir su madre de viaje de negocios y aunque la verdadera razón era la de saltarse un día la universidad de arquitectura, también su otro motivo era preparar una rica cena para la noche con su omega.

Luego de mandar un mensaje a su novio del horario y de haber hecho las compras luego, estaba preparado para una velada romántica. Jamás se espero haber recibido a Jinyoung bañado en lagrimas luego de sus clases, menos tener que estar en el sofá consolándolo en lugar de estar ambos en la cocina comiendo y riendo.

A veces los planes podían cambiar muy rápido, tanto que asustaban.

Jinyoung soltaba temor por cada poro. Su aroma era intenso y Jaebum se vio obligado a no sucumbir a tener también un ataque de pánico con él; era tan fuerte su conexión que necesitaba de todas sus fuerzas para ser el pilar que sabía que su omega estaba necesitando.

-¿Qué te paso? ¿Qué ocurre, Jinyoung?

-Yo... Jaebum, yo...

Temblando y con el corazón a mil lo primero que hizo fue sollozar por diez minutos en los brazos de Jaebum, escondiendo su rostro contra su cuello; ese pequeño escondite que fue su hogar desde que eran apenas unos bebés.

Ese escondite que le permitía oler a su alfa y saber que no estaba solo.

Que no tenía porque tener miedo, porque nunca más tendría que estar desprotegido.

Aunque fuera un Omega estúpido de 16 años, con miedo, con un gran problema dentro de su vientre que amenazaba por destruir todo, aun con todo en su contra, con Jaebum abrazándolo y a su lado él recobraba su fuerza; él podía si solo tenía la seguridad de alfa para acompañarlo en este tenebroso camino.

--Jaebum...

-Jinyoung, no me asustes ¿Qué pasa?

-Lo siento, enserio lo siento. Nos arruine la vida.

-¿Qué? ¿Qué demonios dices, amor?

Jinyoung temblaba, sus manos se aferraron cada una a la camiseta negra de su compañero y con un esfuerzo tomo un poco mas de aire. Era difícil, pero el aroma que Jaebum soltaba para calmarlo comenzaba a hacer efecto y su cuerpo comenzó a relajarse, optando por una posición más sumisa. Todo su peso recaía en el firme cuerpo del alfa, quien con gusto lo dejaba apoyarse y lo sujetaba con sus fuertes brazos.

Jaebum no lo soltaría, ni en un millón de años se permitiría soltarlo.

Jinyoung sin decir nada tomo una de las manos de Jaebum para deslizarla hasta su abdomen y en el centro, justo por sobre su obligo, se detuvo para dejar apoyada la palma de este. Una pequeña acción silenciosa que esperaba que su novio analizara y captara. Él tenía miedo de decirlo en voz alta, mucho más miedo del que había tenido cuando se hizo aquel test en el medio del baño de la escuela hacia unas horas atrás.

-¿Te duele el estomago?

Jinyoung negó con un movimiento pequeño de su cabeza.

Jaebum frunció los labios y por instinto acaricio ligeramente el abdomen de su novio. Fue en ese momento que entendió todo. Solo con su acción y los ojos de Jinyoung mirándolo enternecido, asustado, eso fue todo lo que necesito para comprender que había algo mucho más importante entre ellos dos.

CACHORRO; BNIORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora