Além gemía al ritmo de sus propios movimientos, estaba disfrutando tanto las caricias de Zareth que no le importaban los rasguños que provocaba en su cadera, hasta que las garras de su hermano se enterraron más deteniéndole por completo, abrió los ojos al mismo tiempo que todas las velas de la habitación se encendían y la penetrante mirada de Zareth se clavaba en su cuello.
— ¿Qué demonios es eso?
— ¿De qué hablas? —jadeó confundido tocándose casi por reacción, solo entonces supo lo que Zareth veía tan intensamente. —Esto, puedo explicarlo.
— ¿Puedes explicarlo? Comienza a hacerlo, ¿quién te hizo eso? ¿Alguien ha intentado hacerte algo? ¿Te obligaron a...
— ¡No! —exclamó sintiéndose bastante incómodo. Logró incorporarse, discutir mientras follaban no era el plan de pasar un buen rato con Zareth. —Tú dejaste esas marcas. —murmuró tras darle la espalda sentándose en la orilla de la cama, mirándose a sí mismo en el reflejo del espejo que decoraba una puerta.
Definitivamente eso no lo había hecho su hermano, no se dio cuenta que Nereus le había mordido y tenía marcas enormes en toda su clavícula y parte de su cuello, debió ser más cuidadoso, pero olvidó revisarse cuando tomó un baño horas antes. Le sorprendía que Zareth no lo notara desde un inicio, aunque hubiese preferido que jamás lo hiciera.
—No recuerdo haberte mordido la última vez. —siseó Zareth incorporándose tras él, mirándole a través del mismo espejo.
—No lo hiciste, me tallé muy fuerte cuando me bañé hace un rato, me irrité.
— ¿Estás seguro de que no es otra cosa? ¿Hay algo que quieras contarme? —preguntó posando ambas manos en los hombros del menor. —Além, lo que sea, será mejor que me lo digas.
El rubio desvió la mirada evitando la de Zareth, se mordió los labios pensando que quizá él tenía razón, debía decirle lo que ocurrió, ¿qué podría pasar? Zareth tenía que entender, aunque, ni él mismo sabía exactamente qué era lo que hacía con Nereus, al inicio solo fue el calor del momento y los tragos que nublaron sus sentidos, ahora no tenía pretexto alguno para justificarse, ni siquiera sabía por qué trataba de ocultarlo a esas alturas, en realidad, estar con él le ayudó a saber que no existía ningún vínculo con su hermano, algo que tal vez a Zareth también le interesaría.
— ¿Has estado viendo a otro? ¿Intentaste acostarte con alguien más? No sabemos lo que puede ocurrir si...
Zareth paró cuando Além se levantó de la cama y salió corriendo hacia el baño sosteniéndose el estómago. Fue tras él pensando que quizá no era el momento de reprocharle nada, jamás había visto a Além enfermo, encontrarle vomitando frente al retrete le hizo olvidar de inmediato lo que segundos antes comenzaba a molestarle, su preocupación se hizo realmente presente y se acercó ayudándole a incorporarse.
—Zareth, algo está mal, hay algo... —gimoteó sosteniéndose de él antes de volver a agacharse y seguir vomitando. —No...
Unos fuertes golpes a la puerta principal de la habitación molestaron al mayor, con su hermano así no iba a atender nada, aún sabiendo que debía ser una emergencia, no le molestarían de esa manera por cualquier cosa.
—Tranquilo, trata de respirar.
— ¿Sentiste eso? —jadeó sosteniéndose de los brazos que le rodeaban.
Un silencio absoluto se formó y entonces Zareth pudo percibir aquello de lo que Além hablaba, una pesada energía comenzaba a invadir el palacio, llevando al menor con él se acercó a la ventana fuera del tocador, observando la penumbra en la ciudad.
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Los herederos de Varnow.
FantasiaHan transcurrido años, Zareth ha heredado un reino entero que fue levantado tras un trágico final, el de sus padres. Todo comienza de nuevo años después, con aquel demonio ahora siendo el nuevo rey de Varnow, junto a su pequeño hermano llamado Além...