Capítulo 25

5.2K 533 206
                                    


Durfen sacó a Hermy del baño arrastrándolo hasta la cama, se sentó obligándole a hincarse frente a su miembro expuesto, su mirada más que furiosa era una clara advertencia de lo que pasaría si no hacía lo que él deseaba, y Hermy sabía exactamente qué era.

—Durfen, yo...

—Si vas a abrir la boca, que sea para comerte lo que tienes enfrente. —siseó tomándole del cabello para acercarle.

Hermy se resignó, realmente no era capaz de oponerse, después de encerrarse en el baño y hacer aquello que Durfen antes había hecho, tenía suerte de que él no le lastimara por su osadía. Pero estaba confundido, quería entender y no sabía si Durfen le explicaría lo que había sucedido.

Casi se ahoga cuando fue impulsado hacia abajo, mientras ese miembro se metía hasta su garganta abriéndola más de lo que era posible, le lastimaba, las arcadas eran tan violentas que se impulsó hacia atrás empujando los brazos de Durfen, pero él no parecía querer soltarle. Una fuerza que no pudo controlar salió a través de sus manos que aferraban con desesperación los brazos del demonio, hasta que le soltó la cabeza y pudo separarse cayendo sentado en el piso, levantó la mirada viendo las marcas que habían quedado en la piel de Durfen.

— ¿Enserio? ¿Vas a usar tu magia para salir de esta? —Durfen se levantó furioso, le tomó nuevamente del cabello aún cuando el chico no paraba de toser. —Vamos, seguro puedes librarte de esto ahora.

—No quise hacerlo, perdón. —gimoteó al sentirle entre sus piernas. —Por favor, créeme, no quería... ¡AH!

Durfen entró en su cuerpo de manera precipitada, tras haber gritado le cubrió la boca comenzando a moverse dentro con mucha fuerza, estaba furioso y Hermy lloraba porque era lo único que se atrevía a hacer, si volvía a empujarlo y su poder se descontrolaba, Durfen no se limitaría a follarle, pero le hacía demasiado daño, el dolor se extendía hasta su vientre conforme más profundo llegaba.

Aferró las sábanas cuando le empujó hacia arriba, arqueando la espalda soltó otro grito que por alguna razón detuvo el arranque de Durfen por un momento, cuando abrió los ojos se encontró con la mirada oscurecida de ese demonio, quien se había quedado quieto varios segundos.

—Relájate y dejaré de hacerte daño. —le tocó la mejilla haciéndole ladear el rostro y se inclinó sobre su cuello para lamerlo.

—Duele... —gimió Hermy tratando enserio de obedecer, no quería hacerlo, pero si podía ser menos dañino, ya sería algo. —Me duele mucho, no puedo.

—Maldición. —Durfen volteó a verle tomándole firmemente de la mandíbula. —Mas te vale no pensar que esto significa algo, porque no es así. —advirtió y le besó bruscamente callando la queja que vino cuando salió de él.

Lo lastimaba tanto, que incluso al retirarse el chico tembló contrayéndose por el dolor, pero ese beso le distrajo lo necesario, mientras la lengua de Durfen acariciaba la suya haciéndole estremecer conforme más largo y profundo se iba tornando.

— ¿Qué mierda? —exclamó Durfen separándose abruptamente, su mano estaba en la espalda de Hermy y había rasgado algo que no debía estar ahí.

Hermy gimió y se sentó cuando Durfen se quitó de encima, su espalda dolía y al voltear no podía ver lo que ocurría, pensó que sus garras se habían enterrado en su espalda, se encogió al ver que él se ponía de pie.

Al separarse, Durfen notó que había sangre en las sábanas debajo del chico, no precisamente donde incluso podría haberlo esperado. Salió de la cama, y vio a Hermy temblar cuando le tomó el hombro empujándole hasta girarlo.

Los herederos de Varnow.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora