O N C E

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Capítulo once.

Antonella se sentía destrozada, incluso se sentía peor qué la última vez qué alguien le rompió el corazón, pero esta vez no tenía comparación, respirar dolía como si un cuchillo atravesará su respiración, cada lágrima que había derramado aquella noche parecía qué en mar se iba a convertir, ella a excepción de todas esas veces, no esperaba una respuesta, una disculpa, una justificación ella ya no quería nada, su corazón había estado sufientemente herido todo este tiempo, soportando todo, golpe tras golpe, pero las personas se cansan, todo tiene un límite, una persona nunca estara allí siempre si no la valoras, este era el caso, ella ya le había dado tantas oportunidades, y en cada oportunidad se perdía ella misma un poco más, tantas veces se miro en el espejo preguntándose qué había mal en ella para qué éste la tratase así.

No había nada malo.

Él era el idiota.

Aveces queremos escapar, y no, no por la ventana, escapar de el mundo, quisiéramos dormir y nunca despertar, pero hay escapes que están frente a nosotros y no los vemos, tenemos tantos problemas qué estamos absorbidos en ellos, no nos permiten ver una salida.

Decimos qué queremos ser felices pero no nos damos cuenta qué nadie nunca es feliz, los "felices para siempre" no existen.

Porqué  la felicidad es algo instantáneo, algo que hay que aprovechar al máximo.

Así mismo hizo ella, aprovecho cada buen momento junto a Finn.

Ahora ya no habrían mas oportunidades, ella se quería recuperar de nuevo, construirse de nuevo, porqué Finn, se llevó una parte de ella.

Aquella almohada color rosa, empapada de lágrimas saladas, Antonella estaba en un Estado de despecho, tenía tu nariz roja, la coleta mál hecha de la noche anterior permanecía ahí aún, pero más desordenada.

Su madre está al tanto de la situación ya qué ella la resivio ayer, para colmo ya lluvia le había caído encima a la pobre chica y llego hecha un desastre a su casa.

Aún trataba de comprender porqué le pasaba esto, el rechazo dolió tanto, pero ella logró cerrar esa página, pero esta vez era diferente, ella le entregó todo a Finn, absolutamente todo.

Y él fue un idiota qué no la valoro.

Así es el amor, duele tanto.

Un corazón roto duele tanto como si millones de agujas te perforaran.

Si, duele.

Pero no se debe de quedar ahí, a esa persona se le supera cueste lo qué cueste.

Lo qué ella no sabía es qué Finn si quería ir a esa preciada cita, hasta le había comprado un regalo, pero la vida no es justa, para nada.

Él también tenía la premier de una de las películas para las cuales actuaba, y se creía tan listo como para terminar con aquel evento y luego irse a la cita, él no podía faltar a ese evento era muy importante, pero ella también era importante, mucho más.

Como dije la vida no es justa, el evento se alargó cuatro horas más de las deseadas, y se tuvo que quedar, no hubo un momento qué él no quisiera salir corriendo de ahí, qué no pensará en ella, una excusa creíble, porqué la verdadera era realmente estúpida y quedaría aún más idiota de lo qué es.

Es un ser humano y comete errores, errores qué está pagando muy caro.

Cuando Finn trataba a Antonella mal, ese era el resultado de el estrés, y ella pagaba los platos rotos, él se descargaba con ella sin razón alguna, una y otra vez, hasta el punto de volverse alguien repugnante, era algo qué salía por si sólo.

Pero, él ha perdido un gran tesoro.

Lo qué ella no sabé es qué, él está vez luchara todo lo que no luchó antes para recuperarla.

Y.

Lo qué él no sabé es qué ella ya no será la misma chica, por la cual Él nunca lucho.

No promises||Finn Wolfhard.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora