E P I L O G O

204 10 2
                                    

Diez años después.

--Es taaan divertido hacer bebés--Finn se dio un estirón volteando a ver a su amada esposa sonrojada con solo una sábana Blanca cubrir su desnudez.

-¡Finn!--esta se tapó la cara con las manos sonrojada.

Hace tres meses ella y Finn intentan tener bebés, habían hablado qué ya era hora, pues no serían jóvenes siempres.

Actualmente llevan cinco años de casados, su boda fue en Vancuver la ciudad natal de Finn, todo fue precioso, ella seguía igual, la misma de siempre, sus ojos verdes con azul seguían brillando cada vez qué algo le emocionaba, tal vez había crecido tres o cuatro centímetros más.

Por otro lado Finn ya no seguía teniendo ese cuerpo flaco pero hermoso, ahora tenia una espalda ancha y definida, músculos visibles, y su piel pálida como la nieve estaba tan Lisa como siempre, y sus hermosos rulos negros seguían ahí.

No fue fácil llegar hasta donde están, siguieron pasando muchas cosas juntos, por ejemplo cuando Antonella sufrió una neumonía grave, él estuvo ahí para sostener su mano.

O cuando él padre de Finn falleció, eso sí fue algo duro, pero ella no lo dejó caer.

Y ahora ella tenía miedo de no poder darle un bebé a ese hombre qué lo ha dado todo por ella, y si ella era esteri-....

¡No! Eso no podía ser, definitivamente no.

//

La tercera semana de Junio, ella fue a un laboratorio a hacerse una prueba de embarazo, estaría lista en tres días.

//

Dio positivo.

Y la alegría no cabia en su sistema, ella...iba a ser mamá, iba a tener un mini Finn o una mini ella corriendo por toda la casa y coloreando por ahí.

Le iba a dar un hijo a Finn Wolfhard.

Decidió preparar una cena para darle la  noticia a su esposo.

--Cariño--Finn beso los labios de su esposa.

Comieron hablando temas triviales, ella se sentía nerviosa y no sabía por qué.

--Finn.--lo llamo.

--¿Si?

Esta lo miró a los ojos por unos segundos para luego darle un sobre blanco, sus manos temblaban.

Finn abrió el nombre leyendo el positivo y no lo podía creer, iba a tener un hijo...su primer hijo, y lo más importante con la mujer qué adoraba.

Un brillo inexplicable cruzó los ojos negros de Finn.

Este se paró y abrazando a su esposa la elevó por el aire mientras risas de felicidad se le escapaban a ambos.

--¿Crees qué debemos hacer otro bebé?--propuso Finn.

//

Un niño con rulitos castaños y ojos iguales a los de su padre correteaba por toda la casa, llevando un auto azul entre sus manitas.

--¡Luke, vuelve acá!

Si, ser madre no era para nada fácil pero ella había disfrutado cada etapa de ello.

Disfrutaba cada momento junto a Finn, son tan impredecible las vueltas qué puede dar la vida.

Y pensar qué todo comenzó con..

--Soy Finn Wolfhard.

--Lo sé.

Esa maldita sonrisa.

                 Fin de el epílogo.

No promises||Finn Wolfhard.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora