D I E Z C I N U E V E

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Capítulo diecinueve.

Al llegar a Los Ángeles, el club de los perdedores la recibieron con un cálido abrazo grupal, ellos le habían organizado una fiesta de bienvenida, y se contuvo al no preguntar donde estaba Finn.

Los chicos de verdad la habían extrañado, y estaban muy felices porque it se alargó para una tercera parte a lo qué ella se alegró y los felicito, eso la ponía muy feliz además de qué amaba ver a sus amigos en aquellos personajes era su película favorita.

La fiesta de bienvenida era a las ocho de la noche, a pesar de qué ella insistió en qué no era necesario qué eso era mucho y qué con una simple pijamas bastaba, Sophia dijo qué era lo menos qué podía hacer por ella luego de un año fuera de los Ángeles

Sophia la ayudó a alistarse, la muchacha castaña se colocó un vestido de encaje color rosa palo y unas zapatillas de el mismo color mientras qué tenia un hermoso collar acompañados por unos pendientes.

Sus grandes y largas pestañas resaltaban, aquellos grandes y preciosos ojos verdes con azul los cubría una sombra celeste, y un labial apenas visible era como un brillo, resaltando esos labios tan bonitos qué tenia la muchacha.

Sophia tenía un vestido celeste del mismo color qué sus ojos, tan hermosos, su cabello rojizo se veía precioso aquella noche, mientras qué una sombra azul Marina cubría los párpados de la pelirroja.

Se veían absolutamente preciosas.

Al llegar a la fiesta un montón de gente a la cual apenas ella conocía le dieron la bienvenida y lo qué ella solo respondía con una sonrisa asintiendo.

Ella tenía la esperanza de qué él estuviera ahí.

Había un pequeño escenario de el cual una luz Blanca se encendió, dejándolo ver a él...a su amado Finn.

¡Dios! Era un pecado qué el fuese tan hermoso porqué el parecía un Ángel, estaba guapísimo, ella no recordaba lo hermoso qué era, su melena negra había vuelto a crecer, y Finn era alguien realmente alto, sus manos tan blancas como la nieve, sus inconfundibles pecas marrones como chispas y esos ojos negros qué gritan misterio.

Sus miradas quedaron enganchadas haciendo qué las mariposas qué hace tanto tiempo ella había dejado de sentir, se revolvieran en su estómago, haciendo flaquear sus delgadas piernas, su corazón latiendo por mil pero su mundo se paralizó cuando el empezó a cantar.

Cuando sus manos empezaron a tocar esa guitarra fue como ver el mismísimo arte.

--Sé que cometí errores
Y le rezo a Dios que no sea demasiado tarde
Porque de nuevo estoy soñando despierto
Sí, nos acercamos tanto que no pude ver
Reíamos cuando pintamos mi habitación, sí
Y ahora el de la burla soy yo

¿Y si te contara una historia
Acerca de alguien que te ama?
¿Y si te dijera que siente haberte hecho esperar?
¿Y si te dijera que está muriéndose porque no puede cambiar la historia?
¿Y si te dijera que ese alguien soy yo?

Cuando te llamo, sé que él está ahí
Pero aun así contestas y te levantas de la cama
Hablas bajo para que él no pueda oír
Y eso me da la esperanza de que todavía queda algo

Él no dejaba de mirarla mientras ella sentía qué iba a ponerse a lloriquear ahí mismo.

Él lo recordó, le estaba cantando una canción de Shawn Mendes.

--Y cuando me preguntas con quien salgo ahora
Quiero decirte que eres tú en quien pienso
Trato de encontrar las palabras, de algún modo
Para decir las cosas que nunca dije
Haré lo que sea necesario, necesito saber lo que dirás
Porque ejerces un poder sobre mí, sí, ejerces un poder sobre mí

--Estoy preparado para contarte una historia
Soy alguien que te ama
Quiero decirte que estoy arrepentido
Y, cariño, solo escucha, no te preocupes
Podríamos hacer historia
¿Por qué no dejas que tu alguien sea yo?

Ahí consumida por los mismísimos nervios, sintiendo la mirada de todos sobre ella, escapó, sintió qué le faltaba el aire.

Recordó su primer beso con Finn, qué hasta se desmayó por los mismísimos nervios, parecía haber pasado tanto tiempo, y eso solo fue hace dos años.

Su respiración era pesada.

--Antonella....--escucho su voz estaba igual, seguía siendo entre gruesa y aguda esa combinación perfecta.

Se dio media vuelta teniéndolo allí...a unos centímetros de distancia como había querido tantas veces.

Ella se acercó y él acuno su rostro en las palmas de sus manos.

--Dios, Finn--dijo ella como si se quitara un peso de encima.

--Perdóname.

--Finn, hace mucho tiempo qué estás perdonado--levanto su rostro para verlo a los ojos.

--Te dije qué nunca iba a dejar de luchar.

--No espere qué te rindieras.

--Te amo.

--Tambien te amo, Finn.

Y ahí la noche de el mes de Enero, envueltos en un abrazo lleno de sentimientos ellos por fin podían empezar de nuevo.

--¿Sabes Mike?, no había notado qué lo de las cartas fue algo como, "te llamé durante 353 dias"--dijo ella en tono juguetón.

--Pues..¿Qué te digo eleven? Quería una manera de volverte a conquistar, a mi manera--le siguió el juego.

--Y vaya qué funcionó--solto ella una risilla.

El le dio un beso lleno de ternura y amor, ese amor infinito qué él sentía por ella.

Ella había encontrado el amor, y esta vez no estaba equivocada, esta vez tenia un nuevo comienzo, un amor puro y bonito, qué después de tanto sufrimiento tenia lo qué merecía.

Y tú, ¿Ya empezaste la construcción de el puente de tu felicidad? En el camino puede qué nos caigamos, qué salgamos heridos miles de veces pero nunca hay qué rendirse, busquemos la felicidad la vida es hermosa y solo hace falta buscar a las personas correctas para darnos cuenta de ello.

A pesar de qué el "por siempre" no existe, a ellos les bastó ser feliz hasta qué les dure, porqué todo es momentáneo, tanto como lo bueno y lo malo, y es lo qué debemos de hacer aprovechar.

                   Fin.

No promises||Finn Wolfhard.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora