Capítulo II - El Banquete

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El día había llegado.

Los asistentes reales entraban y salían del Gran Salón de Cair Paravel, colocando la vajilla más fina del palacio sobre la gran mesa, donde hermosos arreglos florales yacían adornando cada centímetro. Con el olor tan agradable del lugar, era imposible no quedarse un rato contemplado las pinturas de los antiguos reyes de Narnia - exhibidas en las paredes, donde se incluían a Frank y Helen, los primeros monarcas.
Todo debía ser perfecto, recibir a la nobleza de varios países era una gran responsabilidad. Pero no era algo que no hubieran hecho antes.

Ya entrada la tarde, las trompetas no dejaron de sonar al anunciar la llegada de la nobleza

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Ya entrada la tarde, las trompetas no dejaron de sonar al anunciar la llegada de la nobleza. Lucy, quien se encontraba arreglándose de último momento, salió apresurada para ver de quién se trataba.

- ¡He aquí el príncipe Cor y su esposa Aravis, del vecino reino de Archerland! - anunció con su potente voz el guardia de la entrada mientras las puertas del castillo eran abiertas al paso de un bello carruaje tirado por dos corceles dorados.

- ¡Bienvenidos! - expresó Lucy con suma amabilidad, justo al ver bajar a los jóvenes con ayuda de sus asistentes reales.

- Gracias por siempre abrirnos las puertas de su hermoso hogar, querida - mencionó la morena, esbozando una sincera sonrisa hacia la más joven de los hermanos Pevensie.

- ¡Sabes que nos encantan sus visitas, Aravis! Adelante, mi mayordomo se encargará de guiarlos personalmente hacia su alcoba -. La joven pareja, guiada por el simpático mayordomo de la Reina Valiente, fue llevada al ala este del castillo, donde se instalaron tranquilamente antes de la importante ceremonia.

Así fue bajando el sol, mientras todos los invitados llegaban uno a uno, acomodándose en Cair Paravel, esperando la hora en que se reunieran en el Gran Banquete.

Mientras tanto, la joven Ava se encontraba en sus aposentos, eligiendo el atuendo perfecto que luciría para la ocasión. Debido a la grandeza de la fiesta, sabía que no podía elegir cualquier cosa, y menos si justo ese día se anunciaría su compromiso con el Sumo Monarca.

Pensaba en lo feliz y afortunaba que sería al desposarse con el amor de su vida mientras giraba levemente en círculos, haciendo elevarse un poco la falda de su vestido azul con bordes dorados, que acentuaban su figura y hacían brillar a sus bellos ojos oscuros.

- Woah... - escuchó a Peter mencionar por detrás suyo, lo cual le provocó dar un pequeño salto hacia atrás, colocando una de sus manos sobre el pecho. Estaba levemente sorprendida.

- ¡Peter! ¡Me has sacado un susto...! - reclamó la azabache mientras miraba como su prometido no le quitaba la vista de encima - Oye... ¿Por qué me estás viendo tanto?

- Solo admiro lo hermosa que te ves hoy - dice él, acercándose lentamente hacia Ava y acariciando suavemente una de sus mejillas.

- Déjeme decirle que usted tampoco se ha quedado atrás, majestad... - ambos ríen un poco mientras se separan el uno del otro.

Las Crónicas de Narnia: Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora